Todos los Estados deben actuar ya.

Estas palabras me han conmovido mucho,

«No quiero que mi hijo muera de hambre»

Nos las dijo una de las 35 personas desplazadas con las que hemos logrado hablar              recientemente en la ciudad de Gaza.
 

“No preguntamos si los alimentos son nutritivos o no, si son frescos o buenos; eso es un lujo, sólo queremos llenar el estómago de nuestros hijos e hijas”, nos contaba.

La hambruna es una de las consecuencias más devastadoras del bloqueo total. Desde hace dos meses, Israel impide la entrada de cualquier ayuda humanitaria a Gaza: comida, agua, medicamentos… a lo que se unen cortes eléctricos y la destrucción del sistema de salud.

Los ataques israelíes se han intensificado desde el fracaso del alto el fuego. Al menos 2.325 personas han muerto desde entonces, entre ellas 820 niños y niñas.
 

“Creíamos que íbamos a tener por fin la oportunidad de llorar a nuestros muertos en paz, de enterrar a quienes no habíamos podido enterrar y de comenzar la vida”, nos contaba otra persona que vive allí. “Las condiciones eran muy duras, pero por lo menos podríamos empezar a planear algo que no fuera la muerte”.

Las madres embarazadas y lactantes, junto con sus bebés, son quienes más sufren: el 92% no puede cubrir sus necesidades nutricionales, según la ONU. Los hospitales no pueden hacer nada porque están arrasados por los bombardeos y la falta de suministros.
 

“Observamos el impacto del hambre en los niños y niñas que vienen aquí para recibir tratamiento: se desvanecen”, nos explicó un miembro del personal médico del hospital Al Rantissi, de la ciudad de Gaza.

Y esta semana ha empeorado aún más: hemos conocido los planes de Israel para ampliar sus operaciones militares, incluida la anexión de territorio y el desplazamiento forzoso de la población palestina.

Desde Amnistía Internacional llevamos meses diciéndolo alto y claro: el sufrimiento de Gaza es la consecuencia directa de un genocidio en curso por parte de Israel.

La comunidad internacional no puede seguir mirando hacia otro lado porque permitir que esto continúe sin consecuencias es abrir la puerta a la impunidad. No actuar frente a un crimen tan atroz pone en riesgo de convertirse en cómplice a quien prefiere quedarse de brazos cruzados.
 

Seguimos trabajando para conseguirlo. Y puedo asegurarte una cosa: no nos rendimos. Va a ser imposible ignorarnos porque no vamos a parar hasta que Israel detenga el genocidio en Gaza.

Si quieres (y puedes) ayudarnos a cumplir este objetivo te lo agradecería mucho porque cualquier ayuda, por pequeña que sea, consigue cambios reales en las vidas de quienes más lo necesitan. 

Ayúdanos ahora

De verdad, muchas gracias por tu compromiso con los derechos humanos. El mundo necesita más personas como tú.

Por una humanidad en la que las personas disfruten de libertad, justicia, dignidad y protección, sin sufrir violencia, discriminación ni abusos de poder.

Miles de personas necesitan tu ayuda

Carlos de las Heras Responsable de la campaña sobre derechos humanos en Israel y Gaza en Amnistía Internacional España