
Camilo García, urólogo: «El 80 % de los pacientes con cáncer de próstata van a poder curarse»
El jefe del Servicio de Urología del CHUS destaca la evolución en el diagnóstico, que ha sido clave para multiplicar la supervivencia al detectar los tumores de manera precoz
Camilo García Freire (Bueu, 1961) abre la puerta de su consulta con una sonrisa afable. El jefe del servicio de Urología del área sanitaria de Santiago lleva décadas luchando contra el cáncer de próstata, patología de la que en España se detectan 35.000 casos nuevos cada año, que provocan 6.000 muertes. ¿Qué técnicas se utilizan para lograr su diagnóstico? ¿Cómo han evolucionado los tratamientos? ¿Qué esperanza de vida tienen los enfermos? Esas son algunas de las preguntas que resuelve el experto.
—¿Cuál cree que es la realidad actual del cáncer de próstata?

García Freire, en una de las dependencias del servicio de Urología del Hospital Clínico SANDRA ALONSO
—Es el tumor más frecuente en varones y se trata de una patología que diagnosticamos cada vez más. Los medios para hacerlo son cada vez más finos y precisos. Eso nos permite identificar tumores en estadios más precoces. Hace 25 o 30 años, se diagnosticaban por exploración física y poco más… En ese momento el 80 % ya estaban localmente avanzados.
—Era ya demasiado tarde.
—Desde hace años se usa el PSA (un análisis de sangre que mide los niveles de una proteína que produce la próstata), así como otros estudios diagnósticos. Se invirtió totalmente la realidad y pasamos de ver un 80 % de tumores avanzados a lo contrario. Ahora mismo cerca del 80 % de los pacientes son curables en el momento del diagnóstico.
—Los tratamientos también han evolucionado exponencialmente.
—Sin duda. A nivel de supervivencia, el mejor tratamiento sigue siendo la prostatectomía radical, pero disponemos de opciones en radioterapia y nuevos fármacos de bloqueo hormonal. Estamos casi en condiciones de decir que muchos de los cánceres de próstata se convierten en una enfermedad crónica, ya que contamos con opciones escalonadas que podemos ir aplicando a lo largo del tiempo.
—¿Gracias a esos fármacos?
—Es una enfermedad hormonosensible. Hace años dos científicos americanos, que ganaron el premio Nobel, demostraron la dependencia del cáncer de próstata de la las hormonas sexuales masculinas. Eso permitió desarrollar nuevos tratamientos de bloqueo androgénico. Son útiles en algunos casos y en pacientes resistentes a la castración. El problema es que con los años, el paciente va haciéndose resistentes y el tumor vuelve a progresar. Para ellos hay nuevos tratamientos de quimioterapia. Mejoran su calidad de vida y su supervivencia. Casi el 80 % de los pacientes con cáncer de próstata van a poder curarse.
—¿A partir de qué edad hay empezar a controlar la patología?
—Los antecedentes familiares aumentan el riesgo y a partir de los 45 años es conveniente hacer revisiones bianuales. En el resto de pacientes, la incidencia es mayor desde los 60 años.
—¿Qué señales arroja?
—No son señales específicas, salvo en situaciones muy avanzadas. La sintomatología es la misma que en cualquier crecimiento prostático. El paciente empieza a tener dificultad para orinar, el chorro tiene menos fuerza, la frecuencia miccional es mayor, se tiene que levantar por la noche para orinar y a veces con urgencia o pérdidas. Ocurre que puede ser una hiperplasia benigna, que es lo más común. Tampoco conviene alarmar a la población, que tenga este tipo de síntomas no dice que sufra un cáncer, hay que realizar un estudio.
—Con despertarse por la noche para orinar no es suficiente.
—El que bebe tres litros orina más veces que el que bebe uno. En el caso del cáncer de próstata, esa frecuencia es mayor aún y no depende de que un día beba más o menos, sino que su vejiga le obliga a vaciar con más frecuencia.
—¿Cuántos casos están diagnosticando cada año?
—Hacemos varios tipos de biopsias. La estándar es una biopsia transrectal dirigida por ecografía. El año pasado llevamos a cabo 680. De este tipo, el 30 % más o menos pueden ser positivas. También realizamos la biopsia de fusión, con resonancia magnética, que tiene una sensibilidad importante. El año pasado hicimos 340, pero el porcentaje de positividad es mucho mayor, hablamos de que detectamos entre un 60 y un 65 % de tumores.
«Todas las cirugías las hacemos con robot»

García Freire destaca la importancia de la cirugía robótica en su especialidad, en la que el Da Vinci se ha convertido en una herramienta ineludible.
—¿Cuántas operaciones están realizando anualmente?
—Prostatectomías radicales hacemos, dependiendo del año, entre 200 y 250. En este momento, todas las hacemos con robot. Los resultados son muy buenos.
—¿Cuánto tardan entre diagnosticar y operar?
—La espera siempre es mayor que la que uno quisiera. Tenemos una espera razonable, pero echamos de menos disponer de más días de cirugía robótica. Para nosotros es obligado aplicarla en todos los casos porque el posoperatorio es muy cómodo, las pérdidas sanguíneas son menores, la recuperación de la continencia es mejor y la preservación de las erecciones es también mayor. Las estancias medidas son más cortas y lo lógico es aplicar la mejor tecnología que disponemos. Volviendo a la lista de espera, el compromiso del Sergas es la asistencia en 60 días y estamos en esas cifras. Hay casos que actuamos antes y otros más tarde. En este caso, se trata de un tumor de biología lenta y eso nos da tranquilidad, aunque lógicamente la persona que recibe el diagnóstico no está a gusto en una lista de espera.
—Parece que el objetivo de la Xunta es ampliar esta tecnología en un futuro cercano.
—Sí, ojalá así sea y podamos disponer cuanto antes de un nuevo robot. Eso nos permitiría mejorar un poco los resultados y disminuir los tiempos de espera. Además, en los hospitales de tercer nivel, como este, habría un mayor número de especialidades que podrían beneficiarse.
—¿Y cuántos pacientes mantienen en seguimiento?
—Es difícil cifrarlo. En este momento contamos con cuatro consultas semanales con una media de 20 pacientes. Vemos entre 80 y 100 personas. Se hacen además biopsias y operaciones. El cáncer de próstata no es nuestra única actividad, la especialidad cuenta con mucha patología tumoral, como los de vejiga o renales, que son muy prevalentes. Hay que atender a todos los frentes.
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