La próstata es una glándula que se encuentra entre la vejiga y el conducto de la orina, la uretra, y que produce la parte líquida del semen. A partir de los 45 o 50 años, el hombre debe estar pendiente de ella, porque crece con la edad y se puede producir el cáncer más prevalente entre la población masculina: el de próstata.
Este cáncer suele ser asintomático en sus fases iniciales y por eso, difícil de detectar.
Los urólogos, especialistas que tratan esta parte del organismo, alertan de la importancia de que los hombres acudan a sus revisiones a partir de los 45-50 años, porque una detección precoz de este cáncer es vital para su tratamiento y curación. Afortunadamente, las técnicas para abordar este tipo de cáncer han evolucionado espectacularmente en los últimos años y, en la actualidad, existen tratamientos muy eficaces para curarlo, sobre todo la intervención quirúrgica, llamada prostatectomía radical, que ha permitido reducir drásticamente los potenciales efectos secundarios. “Los hábitos de vida saludables son fundamentales para prevenir este y otros tipos de cáncer. No obstante, el cáncer de próstata no tiene factores de riesgo claramente identificables, por lo que es fundamental acudir a las revisiones con el urólogo, porque la detección precoz es clave”, explica el doctor Salvador Esquena, jefe del servicio de Urología del Hospital Universitari General de Catalunya.
Otra opción de tratamiento es la radioterapia, indicada sobre todo en pacientes mayores, para no tener que someterlos a una intervención quirúrgica.
La palabra cáncer asusta mucho, pero, en un cáncer de próstata, con un diagnóstico y un tratamiento precoces, se curan más del 95% de los casos.
La próstata puede sufrir otras patologías, como la hiperplasia benigna, que es el crecimiento progresivo de la próstata, que sufren todos los hombres a partir de cierta edad y que puede requerir intervención quirúrgica cuando provoca notables problemas urinarios que no responden al tratamiento con medicación oral. La hiperplasia provoca aquellos síntomas “típicos” como necesidad frecuente de orinar, de día y de noche, sensación de vaciado incompleto y reducción en la potencia del flujo urinario.
iTind, la nueva técnica poco invasiva para tratar la hiperplasia benigna de próstata
La técnica consiste en un dispositivo de nitinol que se introduce en el paciente y remodela la uretra
Por Julia Porras, Andrea Martín
20 de diciembre de 2023
La hiperplasia benigna de próstata afecta a uno de cada dos varones a partir de los 50 años, cifra que se incrementa casi al 100% a partir de los 80. Es un trastorno que afecta severamente a la calidad de vida de los pacientes.
En los últimos años ha aparecido un tratamiento quirúrgico mínimamente invasivo que reduce el riesgo de efectos secundarios. Se trata del sistema iTind, un dispositivo de Nitinol que se introduce mediante una intervención ambulatoria con anestesia local y que actúa entre cinco y siete días. Durante su implantación, el dispositivo remodela la uretra y el orificio uretral creando nuevos canales para que fluya la orina.
El paciente debe pasar por dos pruebas sencillas antes de someterse a la intervención: una flujometría y una ecografía para ver la morfología de la próstata. Ambas son suficientes para indicar el tratamiento con iTind. Además, “la técnica iTind está indicada para pacientes con una próstata igual o inferior a 60 cc y con un lóbulo medio pequeño o inexistente. De hecho, se puede aplicar en pacientes con un cuello vesical elevado, hipertrofia del cuello de la vejiga. Se trata de una técnica segura y eficaz a cualquier edad, incluso en pacientes mayores de 80 años”, explica el doctor Carlos Suárez Fonseca, jefe del grupo de Urología de mínima invasión del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo.
Durante su implantación, y en los días posteriores, el paciente puede tener un síndrome irritativo leve o escozor al orinar, que se mitiga con antiinflamatorios. Sin embargo, una vez extraído el dispositivo, el paciente puede volver a casa sin necesidad de sonda y llevar una vida completamente normal.
Los resultados con iTind son muy positivos. Los pacientes siguen teniendo hiperplasia prostática benigna, pero sin síntomas. Es decir, pueden preservar su función sexual y eyaculatoria y no provoca incontinencia urinaria.
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