Distintas variedades de quinoa desarrollan diferentes estrategias para afrontar la sequía
Los resultados, publicados en la revista “Environmental and Experimental Botany”, facilitarán la selección de las mejores variedades de quinoa que pueden cultivase en zonas de secano
El aumento de población en las últimas décadas, así como la limitación de terrenos aptos para la agricultura y del agua destinada a actividades agrarias, ha hecho necesaria la búsqueda de cultivos alternativos que contribuyan a la diversificación de la agricultura y a la seguridad alimentaria.
Uno de estos posibles cultivos alternativos con capacidad productiva en España es la quinoa (Chenopodium quinoa), cultivo originario de Sudamérica que ha alcanzado gran popularidad en los últimos años gracias a su alto valor nutricional y a su enorme variabilidad génica, lo que permite una selección de diferentes variedades con el objetivo de adaptarlas a zonas nuevas de cultivo con características específicas.
Con el objetivo de evaluar la tolerancia a estrés hídrico prolongado, investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) mimetizaron en invernadero las condiciones de la agricultura de secano para evaluar la respuesta de cuatro variedades de quinoa (F14, F15, F16 y Titicaca).
Modelo de clasificación de los distintos genotipos de quinoa en tolerantes o sensibles en función de las características que otorgan resistencia al estrés hídrico en términos de uso del agua, rasgos y cambios morfológicos, parámetros fotosintéticos y parámetros de interés agronómico. Se representa el genotipo tolerante (panel izquierdo) frente al genotipo sensible (panel derecho) / Maestro et al.
A través de la medición y evaluación de distintos parámetros fisiológicos, fenológicos y morfológicos, los investigadores propusieron una clasificación dependiente de genotipo en la que se estableció qué características otorgan tolerancia frente a estrés hídrico a la quinoa. Así, lograron establecer y clasificar las variedades analizadas en dos grupos: uno de genotipos tolerantes a estrés hídrico, y otro de genotipos sensibles a este estrés.
“Observamos que variedades como F16 presentaban una mejor adaptación a condiciones de sequía, incluyendo un mantenimiento del rendimiento bajo estrés y un menor requerimiento hídrico en comparación con el resto de las variedades, tanto en condiciones de control como en condiciones de sequía”, explican los autores.
“Esta mayor tolerancia —detallan— se relacionó con una reducción en la transpiración en condiciones de estrés hídrico y una defoliación de las hojas de la parte inferior de la planta, lo que permitía una optimización en el uso de agua, sin verse afectada la actividad fotosintética, que se mantenía en los mismos niveles que bajo condiciones control”.
Los resultados, publicados en Environmental and Experimental Botany, contribuye a ampliar el conocimiento de las respuestas de quinoa frente a estrés hídrico, destacando las diferencias dependientes de genotipo con el objetivo de permitir una mejor selección de variedades adaptadas a condiciones de cultivo de secano, de especial interés para la agricultura de la cuenca mediterránea.
El trabajo fue llevado a cabo por investigadoras de la Unidad de Fisiología Vegetal del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), junto a investigadores del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX).
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