Pacto Verde: propuestas pioneras para restaurar la naturaleza en Europa de aquí a 2050 y reducir a la mitad el uso de plaguicidas de aquí a 2030
Bruselas, 22 de junio de 2022
La Comisión ha adoptado hoy propuestas pioneras para restaurar los ecosistemas dañados y recuperar la naturaleza en toda Europa, desde las tierras agrícolas y los mares hasta los bosques y los entornos urbanos. La Comisión también propone reducir el uso y el riesgo de los plaguicidas químicos en un 50 % de aquí a 2030. Se trata de propuestas legislativas emblemáticas para seguir las Estrategias sobre Biodiversidad y «De la Granja a la Mesa» que contribuirán a garantizar la resiliencia y la seguridad del suministro de alimentos en la UE y en todo el mundo.
La propuesta de Ley de Restauración de la Naturaleza es un paso clave para evitar la desaparición de los ecosistemas y prevenir las peores consecuencias del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Restaurar los humedales, ríos, bosques, pastizales, ecosistemas marinos y entornos urbanos de la UE y las especies que albergan es realizar una inversión rentable y fundamental en nuestra seguridad alimentaria, nuestra resiliencia frente al cambio climático, nuestra salud y nuestro bienestar. En la misma línea, las nuevas normas sobre plaguicidas químicos reducirán la huella ambiental del sistema alimentario de la UE, protegerán la salud y el bienestar de los ciudadanos y los trabajadores agrícolas y contribuirán a mitigar las pérdidas económicas que ya estamos sufriendo debido al deterioro de la calidad del suelo y a la pérdida de polinizadores inducida por los plaguicidas.
Una Ley de Restauración de la Naturaleza para reparar los daños causados a la naturaleza europea de aquí a 2050
La Comisión propone hoy la primera legislación de la historia que se propone explícitamente restaurar la naturaleza de Europa, reparar el 80 % de los hábitats europeos en mal estado y devolver la naturaleza a todos los ecosistemas, desde los bosques y las tierras agrícolas hasta los ecosistemas marinos, de agua dulce y urbanos. En virtud de esta propuesta de Ley de Restauración de la Naturaleza, se aplicarán a todos los Estados miembros objetivos jurídicamente vinculantes para la restauración de la naturaleza en diferentes ecosistemas que complementarán la legislación vigente. El objetivo es que las medidas de restauración de la naturaleza alcancen al menos al 20 % de las zonas terrestres y marítimas de la UE de aquí a 2030 y se extiendan finalmente a todos los ecosistemas que necesiten ser restaurados de aquí a 2050.
La Ley desarrollará las experiencias existentes en materia de restauración de la naturaleza, como la renaturalización, la replantación de árboles, la ecologización de las ciudades y las infraestructuras o la eliminación de la contaminación para permitir la recuperación de la naturaleza. Restauración de la naturaleza no equivale a protección de la naturaleza y no implica automáticamente la creación de más zonas protegidos. Aunque las zonas protegidas también necesitan ser restauradas debido al estado en que se encuentran, cada vez más deteriorado, no todas las zonas restauradas se convertirán en zonas protegidas. La mayoría de ellas no lo harán, ya que la restauración no excluye la actividad económica. La restauración consiste en vivir y producir en armonía con la naturaleza, recuperando más biodiversidad en todas partes, incluso en las zonas en las que se desarrolla la actividad económica, como los bosques gestionados, las tierras agrícolas y las ciudades, por ejemplo.
La restauración implica estrechamente y beneficia a todos los sectores de la sociedad; debe llevarse a cabo en un proceso integrador y tiene un impacto especialmente positivo en quienes dependen directamente de una naturaleza sana para su sustento, como agricultores, silvicultores y pescadores. La inversión en restauración de la naturaleza suma entre 8 y 38 euros en valor económico a cada euro gastado, gracias a los servicios ecosistémicos que garantizan la seguridad alimentaria, la resiliencia y mitigación de los ecosistemas y el clima y la salud humana. También contribuye a aumentar la presencia de la naturaleza en nuestros paisajes y en nuestra vida cotidiana, proporcionando beneficios demostrables para la salud y el bienestar, así como valor cultural y recreativo.
La Ley de Restauración de la Naturaleza establecerá objetivos y obligaciones de restauración en un amplio abanico de ecosistemas terrestres y marinos. Los ecosistemas con mayor potencial para eliminar y almacenar carbono y prevenir o reducir el impacto de las catástrofes naturales, tales como inundaciones, serán las principales prioridades. La nueva Ley se basa en la legislación vigente, pero cubre todos los ecosistemas, no solo las zonas protegidas por la Directiva sobre hábitats y la Red Natura 2000, poniendo a todos los ecosistemas naturales y seminaturales sobre la senda de la recuperación de aquí a 2030. Contará con una financiación sustancial de la UE: el marco financiero plurianual actual destinará alrededor de 100 000 millones de euros al gasto en biodiversidad, incluida la restauración.
Los objetivos propuestos incluyen:
– Reversión de la disminución de las poblaciones de polinizadores de aquí a 2030 y aumento su población a partir de ese año.
– Ninguna pérdida neta de espacios verdes urbanos de aquí a 2030, aumento del 5 % de aquí a 2050, cubierta mínima de árboles del 10 % en todas las ciudades, grandes y pequeñas, y suburbios, e incremento neto de espacios verdes integrados en edificios e infraestructuras.
– En los ecosistemas agrícolas, aumento global de la biodiversidad y tendencia positiva para las mariposas de pradera, las aves de medios agrarios, el carbono orgánico en los suelos minerales de las tierras cultivadas y los elementos paisajísticos de gran diversidad en las tierras agrícolas.
– Restauración y rehumidificación de las turberas drenadas en terrenos de uso agrícola y en los lugares de extracción de turba.
– En los ecosistemas forestales, aumento general de la biodiversidad y tendencia positiva para la conectividad forestal, la madera muerta, el porcentaje de bosques de poblaciones no coetáneas, las aves forestales y las reservas de carbono orgánico.
– Restauración de hábitats marinos, como las praderas marinas o los fondos sedimentarios, y restauración de los hábitats de especies marinas emblemáticas, como delfines y marsopas, tiburones y aves marinas.
– Eliminación de las barreras fluviales para que al menos 25 000 km de ríos pasen a ser ríos de caudal libre de aquí a 2030.
Para contribuir a alcanzar los objetivos, manteniendo al tiempo flexibilidad para las diferentes circunstancias nacionales, la Ley exigiría a los Estados miembros la elaboración de planes nacionales de restauración, en estrecha colaboración con científicos, las partes interesadas y la ciudadanía. Establece normas específicas sobre gobernanza (seguimiento, evaluación, planificación, presentación de informes y ejecución), que también mejorarían el diseño de políticas a escala nacional y europea, y velarían por que las autoridades estudien conjuntamente las cuestiones interrelacionadas de la biodiversidad, el clima y los medios de subsistencia.
La propuesta responde a un elemento clave del Pacto Verde Europeo: el compromiso de la Estrategia sobre la Biodiversidad de aquí a 2030 de dar ejemplo revirtiendo la pérdida de biodiversidad y restaurando la naturaleza. Constituye la principal contribución de la UE a las negociaciones en curso sobre un marco mundial para la diversidad biológica posterior a 2020 que se adoptará en la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP15) que se celebrará en Montreal, del 7 al 15 de diciembre de este año.
Normas estrictas para reducir el uso de plaguicidas químicos y garantizar sistemas alimentarios más sostenibles de aquí a 2030
La propuesta presentada hoy para reducir el uso de plaguicidas químicos es la expresión concreta de nuestro compromiso de detener la pérdida de biodiversidad en Europa. Contribuirá a construir sistemas alimentarios sostenibles en consonancia con el Pacto Verde Europeo y la Estrategia «De la Granja a la Mesa», que garanticen al mismo tiempo una seguridad alimentaria duradera y protejan nuestra salud.
Los científicos y la ciudadanía están cada vez más preocupados por el uso de plaguicidas y la acumulación de sus residuos y metabolitos en el medio ambiente. En el informe final de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, los ciudadanos solicitaron específicamente que se abordara la utilización y el riesgo de los plaguicidas. Sin embargo, las normas vigentes de la Directiva sobre el uso sostenible de los plaguicidas han demostrado ser demasiado débiles y se han aplicado de forma desigual. De la misma manera, no se ha avanzado lo suficiente en el uso de la gestión integrada de plagas, ni en otros enfoques alternativos. Los plaguicidas químicos perjudican la salud humana y reducen la biodiversidad en las zonas agrícolas. Contaminan el aire, el agua y el medio ambiente en general. La Comisión propone, por lo tanto, normas claras y vinculantes:
– Objetivos jurídicamente vinculantes a nivel de la UE y nacional para reducir en un 50 % la utilización y el riesgo de los plaguicidas químicos y el uso de los plaguicidas más peligrosos de aquí a 2030. Los Estados miembros fijarán sus propios objetivos nacionales de reducción dentro de parámetros definidos para garantizar la consecución de los objetivos fijados a escala de la UE. Nuevas normas estrictas sobre el control de plagas respetuoso con el medio ambiente: Las nuevas medidas garantizarán que todos los agricultores y otros usuarios profesionales de plaguicidas practiquen la gestión integrada de plagas (GIP), en la que se barajan en primer término métodos ecológicos alternativos de prevención y control de plagas y se considera el posible uso de plaguicidas químicos como medida de último recurso. Las medidas también incluyen la obligación de llevar registros para los agricultores y otros usuarios profesionales. Además, los Estados miembros deben establecer normas específicas por cultivos que indiquen las alternativas a los plaguicidas químicos que han de utilizarse.
– Prohibición de todos los plaguicidas en zonas sensibles. Se prohibirá el uso de todos los plaguicidas en lugares tales como zonas verdes urbanas, incluidos los parques o jardines públicos, parques infantiles, escuelas, parques recreativos o terrenos deportivos, caminos públicos y zonas protegidas con arreglo a Natura 2000, y en cualquier zona ecológicamente sensible que deba conservarse para los polinizadores amenazados. Estas nuevas normas retirarán los plaguicidas químicos de nuestro entorno inmediato en nuestro día a día.
La propuesta transforma la Directiva vigente en un Reglamento que será directamente aplicable en todos los Estados miembros. De este modo se ofrecerán soluciones a los problemas persistentes de aplicación deficiente y desigual de las normas vigentes en la última década. Los Estados miembros deberán presentar a la Comisión informes anuales detallados de situación y ejecución.
Apoyo a la transición:
Un paquete de medidas políticas clave ayudará a los agricultores y demás usuarios en la transición hacia sistemas de producción de alimentos más sostenibles, en particular:
– nuevas normas de la política agrícola común para garantizar que los agricultores sean compensados por cualquier coste relacionado con la aplicación de las nuevas normas durante un período transitorio de cinco años;
– medidas más firmes para aumentar la variedad de alternativas biológicas y de bajo riesgo en el mercado;
– investigación y desarrollo en el marco de los programas Horizonte de la UE en apoyo de las nuevas tecnologías y técnicas, incluida la agricultura de precisión, y
– un plan de acción ecológico para alcanzar los objetivos de la Estrategia «De la Granja a la Mesa» en relación con los plaguicidas.
También contribuirán a la transición la propuesta sobre datos de sostenibilidad agrícola y la evolución del mercado en materia de agricultura de precisión, como los pulverizadores que utilizan técnicas geoespaciales de localización y reconocimiento de plagas.
Conseguir resultados a escala mundial:
En consonancia con su política de utilización sostenible de los plaguicidas, la Comisión propondrá pronto, por primera vez, una medida que dé continuidad a su compromiso de tener en cuenta las consideraciones medioambientales mundiales a la hora de decidir los límites máximos de residuos en los alimentos. Los alimentos importados que contengan residuos cuantificables de sustancias prohibidas no deberán, con el tiempo, comercializarse en la UE. Esto contribuirá a crear un círculo virtuoso y animará a terceros países a limitar o prohibir también el uso de esos plaguicidas que ya estarán prohibidos en la UE.
Concretamente, la Comisión consultará en breve a los Estados miembros y a terceros países sobre una medida que reduzca a cero los residuos de tiametoxam y clotianidina, dos sustancias de las que se sabe que contribuyen significativamente a la reducción mundial de los polinizadores. Son sustancias que ya no están autorizadas en la UE. Cuando se adopte la medida, los alimentos importados que contengan residuos cuantificables de esas dos sustancias podrán dejar de comercializarse en la UE, una vez transcurridos los correspondientes períodos transitorios.
Declaraciones de los miembros del Colegio de Comisarios:
El vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, ha declarado: Los seres humanos dependemos de la naturaleza, para el aire que respiramos, para el agua que bebemos, para los alimentos que comemos, es decir, para vivir. Nuestra economía también depende de la naturaleza. Las crisis climática y de biodiversidad amenazan el fundamento mismo de nuestra vida en la Tierra. Estamos avanzando en la lucha contra la crisis climática, y hoy añadimos dos leyes que representan un gran paso adelante para hacer frente al inminente ecocidio. Cuando restauramos la naturaleza, le permitimos que nos siga proporcionando aire limpio, agua y alimentos, y protegernos de lo peor de la crisis climática. Reducir el uso de plaguicidas también contribuye a la recuperación de la naturaleza y protege a las personas que trabajan con esas sustancias químicas.
Virginijus Sinkevičius, comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, ha declarado: Los europeos lo han expresado claramente: quieren que la UE actúe en favor de la naturaleza para que vuelva a ocupar un lugar en sus vidas. Los científicos también lo han dicho claramente: no hay tiempo que perder, estamos en la cuenta atrás. Y también está claro el argumento comercial: cada euro gastado en restauración de la naturaleza nos reportará al menos ocho. Esta propuesta histórica trata de eso, de restaurar la biodiversidad y los ecosistemas para que podamos vivir y prosperar en harmonía con la naturaleza. Es una ley para todos los ciudadanos de Europa y para las generaciones venideras, para un planeta sano y una economía sana. Es la primera de este tipo a escala mundial y esperamos que pueda inspirar un alto compromiso internacional para la protección de la biodiversidad en la próxima COP15.
Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, ha destacado: Ha llegado el momento de cambiar de rumbo en la utilización de los plaguicidas en la UE. Están en juego la salud de nuestros conciudadanos y de nuestro planeta. A través de esta propuesta, estamos cumpliendo las expectativas de nuestros conciudadanos y los compromisos que contrajimos en la Estrategia «De la Granja a la Mesa» de construir un sistema de producción de alimentos más sostenible y saludable. Tenemos que reducir el uso de plaguicidas químicos para proteger nuestro suelo, nuestro aire y nuestros alimentos y, en última instancia, la salud de los ciudadanos. Por primera vez, prohibiremos el uso de plaguicidas en los parques públicos y en los parques infantiles, de manera que todos estemos mucho menos expuestos en nuestra vida cotidiana. La política agrícola común brindará apoyo económico a los agricultores para cubrir todos los costes de la nueva normativa durante un período de cinco años. Nadie se quedará atrás.
Próximas etapas
Ambas propuestas serán examinadas ahora por el Parlamento Europeo y el Consejo, con arreglo al procedimiento legislativo ordinario. Una vez adoptadas, sus consecuencias reales serán progresivas: las medidas de restauración de la naturaleza deben estar en vigor de aquí a 2030, mientras que los objetivos en materia de plaguicidas deben alcanzarse de aquí a 2030.
No existe una relación directa como tal con las repercusiones inmediatas de la guerra rusa de agresión contra Ucrania. Estas propuestas reforzarán la resiliencia y la seguridad alimentaria de Europa a medio plazo, a medida que las poblaciones de polinizadores vayan siendo más sanas y abundantes, que disminuya la erosión de los suelos y mejore la retención de agua y que nuestro entorno natural se vaya volviendo más limpio y menos tóxico. También reducirá la dependencia de los agricultores de insumos caros, como los plaguicidas químicos, favoreciendo la oferta de alimentos asequibles para todos los europeos.
Contexto
Unos ecosistemas sanos y resilientes son la clave de nuestro bienestar y nuestra prosperidad, ya que son los que nos proporcionan alimentos, agua limpia, sumideros de carbono y protección contra las catástrofes naturales, incluidas aquellas provocadas por el cambio climático. Más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza y de los servicios que nos presta, y más del 75 % de los tipos de cultivos alimentarios del planeta dependen de la polinización animal.
A pesar de su importancia, la naturaleza europea se encuentra en un estado de deterioro alarmante, con más del 80 % de los hábitats en mal estado. Los humedales, las turberas, los pastizales y los hábitats de dunas son los más afectados. En Europa occidental, central y oriental, los humedales se han reducido en un 50 % desde 1970. El 71 % de las poblaciones de peces y el 60 % de las poblaciones de anfibios han disminuido en la última década. Entre 1997 y 2011, la pérdida de biodiversidad representó una pérdida anual estimada de entre 3,5 y 18,5 billones de euros.
La evaluación de impacto de la Ley de Restauración de la Naturaleza ha demostrado que los beneficios de la restauración de la naturaleza superan con creces los costes. Se calcula que los beneficios económicos de la restauración de turberas, marismas, bosques, brezales y matorrales, pastizales, ríos, lagos, hábitats marinos y aluviales y humedales costeros son ocho veces mayores que los costes.
La propuesta sobre el uso sostenible de los plaguicidas sustituye a la Directiva 2009/128/CE sobre el uso sostenible, que se proponía lograr una utilización sostenible de los plaguicidas en la UE, al reducir los riesgos y los efectos de su uso para la salud humana y el medio ambiente y fomentar la utilización de la GIP. Las principales medidas de la Directiva se referían a la formación de los usuarios y los distribuidores, la inspección de los equipos de aplicación de plaguicidas, la prohibición de la pulverización aérea y la limitación del uso de plaguicidas en las zonas sensibles. Diversos informes pusieron de manifiesto deficiencias en la aplicación de la Directiva que tenían como resultado una reducción insuficiente del uso y el riesgo de los plaguicidas.
Ciudadanos procedentes de toda Europa y de diversos sectores recomendaron en la Conferencia sobre el Futuro de Europa una «reducción drástica de los plaguicidas y fertilizantes químicos en todos los tipos de explotaciones agrícolas» y «el desarrollo de la agricultura sostenible, en particular [con] el respeto de la naturaleza y los trabajadores». Con el paquete de hoy, la Comisión responde a cinco propuestas y a ocho medidas específicas recomendadas por los ciudadanos.
Más información
Preguntas y respuestas sobre restauración de la naturaleza
Ficha informativa sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza
Ficha informativa sobre biodiversidad y resiliencia
Folleto: Restaurar la naturaleza (proyectos existentes en los Estados miembros)
Preguntas y respuestas sobre los plaguicidas
Ficha informativa sobre reducción del riesgo y el uso de plaguicidas en Europa
Ficha informativa sobre un uso más sostenible de los plaguicidas en Europa
Ficha informativa sobre el apoyo a los agricultores para reducir el uso de plaguicidas químicos