Además de la edad, hay otros factores que pueden influir en la cantidad de horas de sueño que necesitas. Por ejemplo:
– Calidad del sueño: Si tu sueño se interrumpe con frecuencia, es probable que no estés descansando adecuadamente. La calidad del sueño es tan importante como la cantidad.
– Privación de sueño previa: Si has experimentado falta de sueño, es probable que necesites más horas de sueño para recuperarte.
– Embarazo: Los cambios en los niveles hormonales y las molestias físicas pueden afectar la calidad del sueño durante el embarazo.
– Envejecimiento: Aunque los adultos mayores necesitan aproximadamente la misma cantidad de sueño que los adultos jóvenes, sus patrones de sueño pueden cambiar con la edad. Los adultos mayores tienden a dormir más ligero, les cuesta más conciliar el sueño y suelen despertarse varias veces durante la noche.
En el caso de los niños, cumplir regularmente con la cantidad recomendada de horas de sueño se relaciona con una mejor salud en general, lo que incluye una mejora en la atención, el comportamiento, el aprendizaje, la memoria, la capacidad para controlar las emociones, la calidad de vida y la salud física y mental.
La cantidad de sueño que necesitas depende de varios factores, especialmente de tu edad. Aunque las necesidades de sueño varían significativamente entre individuos, considera estas pautas generales para los diferentes grupos etarios:
| Grupo etario | Cantidad de horas de sueño recomendada |
|---|---|
| Bebés de 4 a 12 meses | De 12 a 16 horas por cada 24 horas, incluidas las siestas |
| De 1 a 2 años | De 11 a 14 horas por cada 24 horas, incluidas las siestas |
| De 3 a 5 años | De 10 a 13 horas por cada 24 horas, incluidas las siestas |
| De 6 a 12 años | De 9 a 12 horas por cada 24 horas |
| De 13 a 18 años | De 8 a 10 horas por cada 24 horas |
| Adultos | 7 horas por noche o más |
Por otro lado, en el caso de los adultos, dormir menos de siete horas por noche de manera regular se ha relacionado con un estado de salud deficiente, lo que incluye aumento de peso, un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30, diabetes, presión arterial alta, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y depresión.