Asturias se prepara para contar con su propia ley de Ciencia.
ligado a la Universidad y un cuerpo propio de investigadores
Nos hacemos eco del reportaje aparecido en La Nueva España y que adjuntamos, magnificó acierto el fusionar la nueva Ley con la Universidad, a nuestro juicio este debe de ser el binomio perfecto, la Universidad es una institución con un potencial formidable para dirigir el cambio necesario hacia la economía del conocimiento y transformar la sociedad.
La nueva universidad pública debe ser un espacio diáfano y libre de toda injerencia, una institución puesta al servicio objetivo de la libertad intelectual de la comunidad académica.
Sin duda debe de ser el eje principal desde donde se organice la ley regional de Ciencia abrir la puerta a la Universidad creando un cuerpo exclusivo de científicos, impulsa el mecenazgo e invita a los centros educativos a participar en proyectos.
La investigación e innovaciones propias son esenciales, potenciando la colaboración con otras entidades para crear sinergias al más alto nivel que permitan la creación de patentes propias o conjuntas.
Centrar la nueva ley en la Universidad como entidad independiente, será posible evitar los vaivenes que puedan afectar los proyectos en curso.
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Asturias se prepara para contar con su propia ley de Ciencia, que tiene como uno de sus objetivos la creación de un cuerpo superior de investigación , garantizando la estabilidad laboral de nuestros investigadores, colocándoles en el lugar que les corresponde ya que de su trabajo depende el progreso de nuestra sociedad.
Crear medidas específicas que ayuden a recuperar investigadores asturianos que se encuentran desplazados fuera de la región e incluso de la nación.
La futura ley regional de Ciencia, saldrá a información pública en los próximos días y desarrollará la carrera profesional de sus científicos y hará que contribuya a fomentar la transferencia del conocimiento y la innovación para el desarrollo de productos, procesos y servicios innovadores.
Asturias lleva desde 2021 trabajando en tener su propia ley de Ciencia y pronto verá la luz. es necesaria organizar para asesorar el sistema de ciencia e innovación de la comunidad y los instrumentos necesarios para desarrollarlo,
La norma constituye uno de los principales ejes de acción de la Consejería de Ciencia, junto con la Agencia de Ciencia, el histórico contrato programa con la Universidad de Oviedo y la licitación en curso para fusionar los cinco centros tecnológicos en uno gigante.
Además de la creación del cuerpo superior de investigación, la ley de Ciencia viene cargada de novedades, entre ellas, la posibilidad de crear en la Universidad de Oviedo un cuerpo de personal de investigación de excelencia
Abre la puerta a crear en la Universidad de Oviedo un cuerpo de personal de investigación de excelencia.
Otra medida que incluye la ley de Ciencia es la creación del Sistema Asturiano de Ciencia e Innovación (Saci), en el que cualquier centro de investigación o tecnología, institución académica, empresa u otro organismo deberá registrarse si desea optar a ayudas. Este sistema también realizará la categoría de ente singular, pensada para agentes que no encajen en ninguna de las categorías tradicionales, como el foro Agrocarrio.
Además, la ley prevé la creación de un Observatorio asturiano de la innovación para tener todas las cifras del sistema a golpe de clic y poder adoptar políticas en el futuro.
En cuanto al apartado económico, la futura norma fija como objetivo que la inversión pública en I+D en los presupuestos regionales deberá ser en 2030 del 5%. En la actualidad, se encuentra en torno al 2%. La meta es llegar al 1,25% del PIB.
Uniones de empresas y centros de investigación. Por otro lado, se quiere impulsar aún más la innovación en las empresas. Para ello, se fomentará la investigación cooperativa.
Esto es que las compañías y los organismos de investigación creen agrupaciones de interés económico o uniones temporales para compartir inversion, ejecutar proyectos y explotar resultados de investigación.
Asimismo, se diseñará un Plan Asturiano de Ciencia, de Tecnología e Innovación que “contribuya a facilitar el acceso de las empresas innovadoras a la financiación de sus actividades y proyectos”. Este tendrá una vigencia mínima de siete años y se prorrogará automáticamente hasta la aprobación del siguiente plan.
Asimismo, se fomentará la ciencia en entornos locales. “Esto está pensado para que ayuntamientos interesados en desarrollar una acción determinada, puedan hacerlo. El impulso de la I+D no es competencia de ellos, sino del Gobierno y nosotros tenemos que apoyarles”, concreta Borja Sánchez.
Igualdad y vocaciones científicas. De manera transversal en la norma se aborda la perspectiva de género, que deberá estar presente en todos los procesos de selección y evaluación. Además, “se fomentarán medidas de conciliación, que haya proyectos liderados por mujeres, se implantarán protocolos…”, describe el Consejero. Y, por supuesto, se cultivarán las vocaciones STEAM para reducir la brecha de género en las carreras científico-tecnológicas.
Los convenios tendrán más duración. La ley ampliará la duración de los convenios de colaboración con el Principado, que hasta ahora eran como máximo de cuatro años, aunque ya se rompió esa tendencia con la financiación de la Universidad. En el futuro serán de cinco años, prorrogables a otros cinco, con la novedad de que si se trata de uso de inmuebles o de la formación de centros o unidades puedan ser indefinidos.
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