Universidad 2030 – INVESTIGACION, TRANSFERENCIA
Información especial. Crue Universidades Españolas – 2
INVESTIGACION
Un sistema de investigación muy castigado
Como consecuencia de los recortes de financiación que se produjeron durante la crisis económica, España se encuentra con un sistema de Ciencia e innovación maltrecho y necesitado de importantes reformas y cambios relacionados con su financiación y gestión, y la incorporación y retención de talento investigador. En 2017, la inversión en investigación y desarrollo (I+D) de España, aunque incrementada en un 6,1% respecto al 2016, seguía en niveles de hace una década, situando a nuestro país a la cola de los países desarrollados en inversión en I+D. En 2017, la inversión en I+D representó un 1,21% del producto interior bruto (PIB), cuando la media de la Unión Europea a 28 estaba en el 2,07%. Aun así, el número total de publicaciones de las universidades ha aumentado de 2008 a 2017 en un 59,11% y el número total de participaciones de las universidades españolas en proyectos europeos en ese mismo periodo pasó de 266 en 2008 a 404 en 2017, lo que supone un incremento de casi un 52%. En cuanto a la participación en el Plan Estatal de Investigación, el número de proyectos gestionados por las universidades ha ido decayendo de forma continuada a lo largo de la década con una importante pérdida de financiación. En concreto, en el año 2017, el SUE consiguió financiación para 2.114 proyectos, un 15,7 % menos que en 2008 (2.508 proyectos). Esta disminución de proyectos y de financiación de la investigación universitaria está generando desincentivación y abandono de una parte del PDI y, en consecuencia, la pérdida de competitividad de muchos grupos universitarios de investigación de calidad.
Las universidades necesitan centros de investigación propios
La falta de financiación y de apoyo a la I+D+i ha hecho que las universidades vayan perdiendo peso y competitividad investigadora con respecto al CSIC y los centros de nuevo cuño, tanto en la captación de fondos competitivos como en la calidad y producción científicas. Los resultados se explican por dos factores: el PDI de las universidades tiene obligaciones docentes que le impiden una dedicación intensiva a la investigación y el entorno y estructura organizativa en el que se desarrolla la investigación en las universidades está diseñada más para la docencia que para la actividad investigadora. Es excepcional encontrar en las universidades centros de investigación propios dotados de infraestructuras (equipo) y personal de apoyo (técnicos, gestores) que permitan hacer una investigación altamente competitiva. Pese a estas condiciones adversas, los departamentos universitarios han sido capaces de crear, en muchos casos, un entorno investigador de alta calidad y servicios de apoyo a la investigación que suministran infraestructuras comunes competitivas para un número significativo de grupos de investigación altamente competitivos, así como para otros que realizan una investigación de calidad, la llamada clase media investigadora. Sin embargo, esta clase media investigadora de las universidades está desapareciendo paulatinamente en las circunstancias actuales por la falta de financiación, la pérdida de recursos humanos y la obsolescencia de la instrumentación a su alcance.
Decálogo para impulsar la investigación en las universidades
Las universidades actúan dentro de un único marco legal muy rígido. Para impulsar la investigación en las universidades es necesario:
• Dotar de auténtica autonomía de funcionamiento a las universidades y asegurar su financiación para que compitan en igualdad de condiciones con las mejores universidades europeas
• Potenciar la investigación en las universidades públicas mediante el diseño de una buena carrera académica
• Diseñar procesos de acreditación simples y flexibles en base a indicadores de investigación, docencia y transferencia que solo requirieran una validación, no una evaluación detallada, reduciendo al mínimo la burocracia
• Implementar una vía rápida de acreditación para personal con un alto perfil investigador (provenientes del extranjero, OPIS o Centros de investigación) que quieran incorporarse al SUE
• Crear unidades básicas de investigación dentro de la estructura de las universidades y hacer la adscripción del profesorado a grandes ámbitos de conocimiento
• Permitir la creación de nuevas estructuras organizativas basadas en proyectos y que gozaran de la suficiente flexibilidad para diseñar y desarrollar investigación y formación interdisciplinar y focalizada en la resolución de grandes problemas científicos y sociales en un contexto de máxima flexibilidad y limitadas en el tiempo Universidad 2030 – INVESTIGACION
• Establecer un modelo general de financiación basal de las universidades donde se contemple la financiación de la investigación y la transferencia de conocimiento Universidad 2030 – INVESTIGACION Universidad 2030 – INVESTIGACION
• Permitir la creación de escalas de tecnólogos, gestores y ayudantes (técnicos) de investigación
• Incrementar el protagonismo institucional y financiar adecuadamente las escuelas de Doctorado en las que se fomente la captación de talento
• Simplificar la gestión administrativa de la investigación. Especificidad de la investigación en la ley de contratos. Evaluación en base a objetivos con un sistema simplificado de control
Investigación de excelencia, también en las universidades
En los últimos años, en nuestro país se ha apostado por la acreditación y financiación directa de centros donde se realiza investigación de excelencia (programas Severo Ochoa y María de Maeztu). En 2019, había 49 centros y unidades de excelencia (29 centros Severo Ochoa y 20 unidades María de Maeztu). De los 29 centros Severo Ochoa, 17 son centros de nuevo cuño, 3 son centros propios del CSIC, 7 son centros mixtos CSIC-Universidad y uno es un centro mixto INIA-Universidad. Hay un solo centro o Instituto universitario propio que tenga la mención de excelencia Severo Ochoa. Y si consideramos las Unidades María de Maeztu, creadas para dar protagonismo a las universidades, de las 20 que están reconocidas en 2019, solo la mitad (10) son centros propios o departamentos universitarios. La mayor parte de la investigación de excelencia estructurada, reconocida y financiada se desarrolla con una participación moderada de las universidades o totalmente fuera de su entorno de influencia. Para revertir esta situación actual e incentivar la investigación universitaria para crear un número significativo de grupos de investigación de primer nivel en las universidades en función de su especialización es necesario tener muy presente el entorno científico actual a nivel nacional e internacional, y considerar la investigación no como un complemento, sino como una parte esencial de la actividad universitaria. Es imprescindible desarrollar una estrategia nacional para la Educación Superior coordinada con la estrategia de Ciencia, Tecnología e Innovación Universidad 2030 – INVESTIGACION
TRANSFERENCIA
Conocimiento al servicio de la sociedad
La Universidad debe explotar su potencial intelectual, científico y tecnológico y promover la transferencia del conocimiento. Esta última constituye un elemento fundamental en los procesos de aplicación del conocimiento que generan las instituciones universitarias para que, como bien social que son, contribuyan a un desarrollo humano sostenible. Este nuevo marco conceptual integra a la Universidad como una pieza más de la comunidad y del territorio en el que se genera el conocimiento. El hecho de asociar la Universidad a la empresa y a otras estructuras de producción tecnológica-industrial resulta imperativo al tiempo que necesario. Pero la Universidad también ha de implicarse en la sociedad. Esta acción de colaboración en la generación de conocimiento y transferencia entre la Universidad y las empresas, administraciones públicas y ciudadanía favorece el crecimiento económico y la competitividad empresarial; genera mejores políticas públicas, y conduce al progreso social. Para incentivar en la Universidad la acción orientada a este triple objetivo, se han puesto en marcha dos sistemas de indicadores: la evaluación del esfuerzo de la institución para promocionar las actividades de transmisión y de transferencia de conocimiento y el Sexenio o tramo de Transferencia que premia los resultados y méritos individuales de los investigadores e inventores que contribuyen a la mejora en la cuantificación y cualificación de los impactos generados en el conjunto de la sociedad civil.
Un sexenio de transferencia como el de investigación
La Universidad debe explotar su potencial intelectual, científico y tecnológico, y promover la transferencia del conocimiento. Esta última constituye un elemento fundamental en los procesos de aplicación del conocimiento que genera la Universidad para que, como bien social que es, contribuya a un desarrollo humano sostenible. El sexenio o tramo de transferencia tiene que ser consolidado de manera equiparada al sexenio de investigación, para todas las áreas de conocimiento. Esto requiere que se promueva o facilite el equivalente a los sexenios del personal contratado, es decir, para la totalidad del Personal Docente e Investigador (PDI) del Sistema Universitario Español. También es importante valorizar la transferencia en la promoción de la carrera académica del PDI; impulsar el papel de las universidades del siglo XXI en la labor de transferencia del conocimiento y un plan estatal de aplicación y reconocimiento de la transferencia del conocimiento, o fomentar las acciones de transferencia como objetivo de la movilidad de recursos humanos, facilitando y flexibilizando los regímenes de compatibilidad del funcionario y empleado público.
Acciones para acercar Universidad y empresa
La Universidad tiene un enorme potencial para responder a las necesidades del tejido empresarial español en la mejora de su competitividad. Para ello, Crue propone las siguientes acciones bilaterales Universidad-empresa:
• Favorecer la participación de las empresas en el tejido universitario y de los universitarios en las empresas: movilidad de investigadores a las empresas y viceversa, formación dual o con la participación de profesorado como consejeros no ejecutivos en las empresas.
• Estudiar y elaborar una nueva política de participación de los profesionales externos en las actividades docentes e investigadoras • Establecer mecanismos que faciliten el reconocimiento en el currículum del estudiante su formación en las empresas y entidades
• Ayudar a la formación de los profesionales de las empresas en la Universidad (formación a demanda y especializada, doctorados industriales, etc.) • Estimular la creación de empresas de base tecnológica (EBTs, spin-offs, start-ups), en las que participe PDI e incluso las pueda dirigir, a través de la mejora en los sistemas de compatibilidad del empleado público • Abrir y flexibilizar el marco regulador para poder dar respuesta a los ritmos marcados por la dinámica propia del tejido empresarial
• Simplificar los procesos de certificación y auditoría para incentivar las actividades de transferencia del conocimiento y dar seguridad jurídica en la ejecución de estas • Modificar la normativa para posibilitar el uso de las infraestructuras en actividades realizadas en partenariados público-privados, un problema especialmente acuciante en el caso de las universidades públicas Universidad 2030 – INVESTIGACION Universidad 2030 – INVESTIGACION
Colaboración estratègica, primer paso hacia la nueva Universidad