Salvar el planeta desde la España vaciada
Que el campo español nos da de comer es algo que tenemos bastante interiorizado. Sin embargo, mucha gente no sabe que lo que se conoce como ‘España vaciada’ nos puede proteger también de los peores impactos de la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad, la gran amenaza inminente para nuestra supervivencia.
Por eso en Greenpeace hemos querido demostrar con datos la importancia que tiene el medio rural en el futuro del planeta. Después de analizar el uso del suelo en más de 8.000 municipios de toda nuestra geografía, la conclusión principal a la que hemos llegado es que los municipios rurales contribuyen un 34% menos al cambio climático y un 40% más a la conservación de la biodiversidad que los municipios urbanos.
Ocupación del suelo en actividades que contribuyen al cambio climático o la conservación de la biodiversidad
El tipo de asentamiento humano, rural o urbano, determina el tipo de actividades económicas y usos que se hacen del territorio y sus ecosistemas, lo que, a su vez, afecta a la conservación de la biodiversidad y al cambio climático. Es decir, el uso que hagamos del territorio puede acelerar o solucionar la emergencia climática.
Por eso, si protegemos los ecosistemas naturales de la España rural, como bosques, pastos o humedales, estos pueden convertirse en nuestros grandes aliados como sumideros de CO2 o, por el contrario, si los descuidamos, pueden empeorar radicalmente el escenario a base de sequías y grandes incendios forestales.
El modelo de ganadería industrial solo pone en la balanza los beneficios económicos inmediatos, sin considerar los efectos en el largo plazo sobre las personas, la salud pública, el medio ambiente o el bienestar animal.
A pesar de que muchas veces se anuncian como su salvación, las macrogranjas asfixian el medio rural porque a la larga destruyen empleo local y favorecen la despoblación. Además, su impacto ambiental es elevado.
Estas son las diez amenazas más importantes de la ganadería industrial:
- Calentamiento global
La ganadería es responsable del 14,5% de la emisión mundial de gases de efecto invernadero. En España, según los últimos datos publicados, el sector agrícola emite ya el 14,1% de las emisiones totales y fue casi el único que en el 2020 no disminuyó sus emisiones, siendo la ganadería la responsable del 65% de estas emisiones. Según el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes la ganadería industrial de porcino en España es la responsable del 34% de las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero más potente que el CO2. Curiosamente, el vacuno industrial está exento de declarar sus emisiones de metano.
- Pérdida de diversidad biológica y contaminación del agua
La ingente cantidad de piensos y pastos necesarios para alimentar la producción industrial de carne son uno de los principales factores de deforestación mundial y de cambio de usos del suelo. El 80% de la superficie agrícola mundial ya se destina a producir alimentos para animales y no para consumo humano directo. Por otro lado, la sobrefertilización en la agricultura industrial lleva incluso a la aparición de “zonas muertas” en los océanos y a la contaminación de los acuíferos, por este motivo la Comisión Europea abrió un procedimiento de infracción contra España. Incluso, muchos pueblos se quedan sin agua potable por este motivo. A esto habría que añadir los plaguicidas y fertilizantes químicos que se utilizan para producir los piensos.
- Emisiones de amoniaco
La ganadería industrial es la principal y casi única emisora de amoniaco en España y en la UE. En España, el 94% de las emisiones de amoniaco son generadas por la ganadería industrial, 73% por el porcino industrial y 21% por el sector avícola. España viene incumpliendo el umbral de emisiones de amoniaco desde que se estableció en 2010.
- Impacto paisajístico y destrucción de hábitats
Las macrogranjas implican una ocupación territorial importante. Además de las instalaciones, en España el 66% de la superficie cultivada ya se destina a producir alimentos para animales, no para personas. Como ejemplo, las instalaciones de la macrogranja proyectada en Noviercas (Soria), donde se pretenden explotar 23.520 vacas para producir leche, ocuparían lo equivalente a 120 campos de fútbol aproximadamente. De hacerse, esta sería la macrovaquería más grande de Europa y estaría entre las cinco más grandes del mundo.
- Impacto en nuestra salud
El excesivo consumo de carne está asociado al sobrepeso, obesidad, cáncer, diabetes tipo II y enfermedades cardiovasculares. Es fundamental adoptar una dieta de salud planetaria.
- Resistencia a los antibióticos
- Seguridad alimentaria y pandemias
Las grandes y recientes crisis de seguridad alimentaria en el mundo vienen de la mano de la ganadería industrial: vacas locas, gripe aviar, gripe porcina, salmonella, listeria… Por otro lado, pandemias como la de la COVID19 están íntimamente relacionadas con la destrucción de los hábitats.
- Sufrimiento animal
En la ganadería industrial los animales son tratados como máquinas de producir dinero. Las condiciones en las que viven quedan relegadas al beneficio económico. En España, en 2020 se han sacrificado más de 910 millones de animales para consumo humano, 1.700 al minuto.
- Escasez de agua
La agricultura industrial usa enormes cantidades de agua, y gran parte se destina a producir alimentos para animales. En España, Greenpeace ha estimado que la ganadería utiliza en un año lo equivalente al consumo de todos los hogares en 21 años. Un ejemplo: la macrogranja de Caparroso, denunciada reiteradamente por Greenpeace, además de estar contaminando los acuíferos con la ampliación para explotar 7.200 vacas consumirá tanta agua como todas las personas de los pueblos más cercanos: Caparroso, Marcilla y Villafranca.
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Pérdida de empleos y más concentración en el sector
Una macrogranja genera menos empleo que la ganadería extensiva y ecológica, dado que todo está mucho más automatizado. Además supone una amenaza para las pequeñas y medianas granjas de la zona. En España, entre 2004 y 2016, en España se redujo un 27% el número total de explotaciones agrícolas, habiendo desaparecido totalmente las granjas más pequeñas e incrementándose un 96% el número de las más grandes (con una producción económica de 500.000€ o más).
La temperatura media a nivel mundial ya ha aumentado 1,1ºC desde niveles preindustriales y nos queda poco tiempo para evitar que esa subida supere los 1,5ºC antes de finales de siglo, lo que tendría consecuencias devastadoras para la humanidad. Además, 1 millón de especies están en peligro de extinción, en gran parte debido a la actividad humana más dañina.
En concreto, España es el país con mayor biodiversidad de Europa y, al mismo tiempo, el que tiene más especies amenazadas. Sin embargo, el Gobierno solo destina el 0,1% del PIB a la preservación de la biodiversidad.
Un campo fuerte y lleno de vida nos ayudará a enfrentarnos al reto que tenemos por delante. ¿Seguimos abandonándolo o le damos la importancia que merece?