España vuelve a apostar por las energías renovables
El Real Decreto del ‘impuesto al sol’ aprobado por el Partido Popular en 2015 frenó en seco la apuesta por las energías renovables, que se ha vuelto a poner en marcha a lo largo de estos dos últimos años con el objetivo de cumplir la Directiva de la Unión Europea sobre generación de energía de fuentes renovables de un 20% en 2020, y de un 32% para el año 2030. La tendencia de utilización de combustibles fósiles, como el petróleo, el carbón o el gaso, parece que empieza a menguar.
España ha vuelto a apostar por la riqueza de sus recursos naturales en los últimos años, después que el Ministerio realizara tres subastas de energías renovables, especialmente de eólica, fotovoltaica y biomasa aunque en menor medida, entre los años 2016 y 2017. El informe “Las energías renovables en España y Latinoamérica” de Jesús Reglero, profesor de OBS Business School analiza el presente y futuro de las energías renovables.
En 2017, el viento era ya la segunda fuente de generación de energía eléctrica permitiendo un ahorro de costes de hasta un 70%. La energía fotovoltaica también experimenta un crecimiento constante consolidándose como las dos principales apuestas del gobierno español como
fuentes de energía renovables.
Actualmente, España utiliza un 32% de recursos renovables para la producción de energía. Dentro de ese porcentaje, cerca del 80% lo acaparan la energía eólica y la energía hidráulica. La clave en el cambio de tendencia han sido las diferentes subastas que ha impulsado el Gobierno español, provocando un enorme interés entre los promotores del sector y que en pocos meses se hayan adjudicado más de 8.500 MW, entre el mes de enero de 2016 y el mes de julio de 2017. Esta potencia de energía ha supuesto, además, una inversión que se sitúa entre los 7.000 y los 8.000 millones de euros. La reducción de los costes de producción ha sido otra de las claves para que España volviera a apostar por las energías renovables. En concreto, desde el año 2011, la energía eólica en tierra ha reducido su coste en un 28%, la eólica en mar en un 66%, y finalmente la energía fotovoltaica ha caído hasta un 85% confirmándose como la tecnología más barata que existe actualmente en España.
Sin embargo, la crisis financiera y el nuevo contexto empresarial que están viviendo las entidades bancarias también está provocando que muchos inversores en energías renovables no estén consiguiendo la financiación necesaria para poder actuar de la forma más eficiente posible. Muchos proyectos no cuentan con los recursos propios suficientes para hacer frente a dicha inversión, mientras que los bancos tampoco pueden comprometerse a aportar el 100% de los recursos de forma ajena. Las fuentes de financiación son otro de los grandes retos que se debe afrontar si se quiere seguir creciendo en la apuesta por las fuentes de energía renovables.
Si segmentamos la producción energética renovable de España por comunidades autónomas, nos encontramos que Castilla y León está posicionada como la zona con mayor producción renovable seguida de Castilla- La Mancha y Andalucía. Sin embargo, estos datos son anteriores a la adjudicación de las tres subastas y, por tanto, en los próximos años podría sufrir numerosas modificaciones.
Excepto Extremadura y la Comunidad de Madrid (junto a las ciudades de Ceuta y Melilla), el resto de comunidades autónomas son productoras de energía eólica. Durante este año 2018, la ciudad de Plasencia ha iniciado la construcción de su primer parque eólico por lo que Extremadura tiene previsto unirse en breve a la producción eólica. Por lo que a producción de energía fotovoltaica se refiere, Castilla- La Mancha y Andalucía, por sus condiciones ambientales, se posicionan como las principales productoras a nivel nacional con un 40% del total. La energía hidráulica es otra de las principales fuentes de energía renovables por las que apuesta España debido a su cantidad de ríos y del caudal de los mismos. Las principales zonas de producción son Castilla y León y Cataluña, seguidas de cerca por la comunidad de Galicia. En total, representa un 20% de la producción del total de energías renovables en España.
Después de muchos años de parón, España ha impulsado políticas a través de diferentes subastas que han sido un completo éxito y, que además, le permitirá cumplir con las exigencias previstas por parte de la Unión Europea para los próximos años. Además, también permite impulsar proyectos competitivos sin la necesidad de subsidios ni subvenciones públicas que permiten, a su vez, reducir el coste eléctrico frente a otras fuentes más contaminantes y perjudiciales para el medio ambiente.