Por Aurora Cancela
Los más mayores todavía recordarán a los antiguos Serenos, pero los más jóvenes, seguro que algo menos. Por eso vamos a intentar describir qué eran y las funciones que desempeñaban.
Los Serenos durante muchos años fueron los guardianes nocturnos de las calles de Madrid y de otras muchas ciudades España.
Guillermo Herrero, impulso de toponimos.es y experto en toponimia, ha hablado en Onda Cero Madrid Norte (100.1 fm) de este antiguo oficio.
Es 1935, y a lo lejos viene un sereno por una calle de Madrid. Esto era algo bastante habitual en aquella época, pero ahora el sereno se ha convertido en un oficio desaparecido, y que tuvo a sus últimos protagonistas en la década de los setenta.
Los más mayores todavía recordarán a los antiguos Serenos, pero los más jóvenes, seguro que algo menos. Por eso vamos a intentar describir qué eran y las funciones que desempeñaban.
Serenos: guardianes nocturnos
Los Serenos durante muchos años fueron los guardianes nocturnos de las calles de Madrid y de otras muchas ciudades España. En su origen, las funciones que tenían, entre otras, era activar el alumbrado de la ciudad, por ello, popularmente también eran conocidos como “faroleros” y hacer “rondas nocturnas” para preservar la seguridad en las calles.
Aparte de todo esto, con el tiempo comenzaron a asumir otras funciones no oficiales, buscando alguna propina, siempre y cuando lo requería la ocasión. Por ejemplo, acompañar a los vecinos a sus viviendas y abrir el portal, ahuyentar a malhechores, avisar a los servicios sanitarios cuando ocurría un accidente o avisar a la policía en caso de necesidad.
¿Sabías que… El cuerpo de “Serenos”, creado en Valencia en 1777, fue el primero que existió en España, y se formó con los “coheters” que se quedaron sin trabajo cuando se prohibieron las prácticas pirotécnicas por “inciviles”?La idea la puso en práctica un valenciano, Joaquín Fos, alcalde de barrio de aquella época. Rondaban las calles los serenos desde las 11 de la noche hasta las 5 de la mañana. Llevaban un chuzo, un farol y un silbato.
Los despertadores de la época
Pero quizá lo más curioso es que iban pregonando las medias y los cuartos de cada hora, además de informar de las condiciones meteorológicas del momento. Algo que hoy en día resulta peculiar y llamativo. De estas situaciones, han quedado dichos populares tales como “son las tres y cuarto y nublado”.
El uniforme que llevaban para llevar a cabo el oficio se ha convertido en un referente del tipismo madrileño. Consistía en lo siguiente: capote gris, gorra de plato, un chuzo (era un arma defensiva que consistía en un palo de madera acabado en una punta de hierro), un silbato de bronce y un buen manojo de llaves.
“Tomar por el pito un sereno”
Dicen que era tanto el uso que hacía del silbato que la policía llegó a ignorar en ocasiones tal señal y de ahí nació el refrán “Tomar por el pito un sereno”.
Su presencia era fundamental sobre todo a partir de las diez de la noche, cuando para entrar en la vivienda era necesario que el sereno abriera el portal.
Entonces en esa época, la persona en cuestión para que el sereno le abriera el portal, tenía que dar fuertes palmadas y gritar ¡¡SEREEENOOO!!!. Entonces a esta llamada, ellos respondía con un ¡VAAA! y daban un golpe al suelo con el chuzo.
Con la llegada de los porteros automáticos la figura del sereno, poco a poco, va desapareciendo hasta que a finales de los años 70 desaparece por completo su oficio.
Un afectuoso recuerdo para todos los que ejercieron este oficio.