80 ejercicios de comprensión de lectura
1ª parte 20 ejercicios. Dada la importancia de este estudio lo dividiremos en 4 capítulos , estamos seguros que padres y profesores lo seguiréis.
Para ser un buen lector, no basta con leer textos y más textos. Es necesario aprender a cuestionar el discurso y a obtener información de él. Los siguientes ejercicios están diseñados para que niños, en la etapa primaria, desarrollen su comprensión lectora.
La comprensión lectora
Hay tres niveles en la comprensión lectora: primero cuando somos capaces de identificar los elementos centrales del texto de manera literal; segundo, cuando podemos interpretar lo que hemos leído; y tercero, cuando a partir de la lectura podemos dar nuestra opinión personal o emitir juicios.
Una lectura que se comprende, se analiza y de la cual surge un punto de vista tendrá posibilidades de quedarse en la memoria a largo plazo. Y una vez ahí, se le puede relacionar con otras fuentes de información y llegar a conocimientos nuevos.
Cada uno de los bloques engloba una temática y va aumentando en complejidad. De esta manera, el lector –según sus intereses– elegirá por cuál cuadro comenzar y avanzará dependiendo de su habilidad para comprender el texto.
Aspectos importantes de la comprensión de lectura
¿Qué es leer?
Leer significa reconocer las letras como palabras y como frases y ser capaz de enunciarlas. Aunque leer no significa necesariamente comprender. La comprensión de una lectura solo se puede dar si el lector conoce, en primera instancia, el significado de la mayoría de las palabras. Así, tenemos que en el proceso de lectura intervienen dos integrantes: el texto y el lector.
Comprender va más allá de leer; es el proceso mental mediante el cual se asimila lo leído, se piensa, se razona y se otorga un significado. Este proceso implica el reconocimiento de información previa que se actualiza con la nueva.
Cada lector comprenderá el texto escrito dependiendo de su capacidad para entender y darle significado a las ideas relevantes, de asimilar, analizar e interpretar el mensaje escrito y de relacionar el contenido del texto con los conocimientos previos que cada uno posee, de la habilidad y de la práctica que cada uno tiene leyendo textos.
Factores que desempeñan un papel importante en la comprensión lectora:
- El conocimiento que el lector posee del significado de las palabras del texto.
- Las ideas, conceptos y la cultura que de cada lector.
- La capacidad para cuestionar y juzgar un texto.
Paso a paso: la clave de la lectura
Para que un niño pueda obtener raíces cuadradas en su curso de matemáticas, debe saber multiplicar y conocer las ecuaciones básicas. De la misma manera, para que un niño pueda comprender determinados textos, primero debe tener en su memoria, en su archivo mental, los esquemas que le permitan explicar un texto nuevo.
Con cada nueva lectura, estos esquemas se actualizan y se amplían. Un niño que ha leído un número suficiente de cuentos con estructura clásica, podrá deducir con facilidad el desenlace de un cuento más, sabrá que el personaje principal saldrá victorioso y que el antagonista recibirá su castigo.
El buen lector no nace, sino se hace. Con esto queremos decir, que la lectura no es inherente al ser humano, sino que requiere de un proceso de aprendizaje y de práctica. Para llegar a ser buenos lectores, los niños deben ejercitarse en la lectura.
Los ejercicios que encontrarás a continuación tienen como finalidad que los niños aprendan a cuestionar el texto y a buscar respuestas en él. Por otro lado, en ellos encontrarás datos de cultura general para que su horizonte se amplíe y sean capaces de relacionar diversos conocimientos.
CLÁSICOS EN BOCA DE TODOS
Solo leyendo, los niños se vuelven buenos lectores; por un lado, porque adquieren la habilidad de cuestionar al texto, y por otro, porque se forman un bagaje cultural que les permitirá relacionar la información que reciben con la que ya cuentan.
Un niño que conoce los cuentos clásicos y reflexiona sobre ellos, será capaz de reconocerlos en las múltiples reinterpretaciones que se siguen haciendo. Los cuentos que nacieron de la oralidad y fueron retomados por escritores del pasado, siguen teniendo vigencia en nuestra actualidad, porque siguen siendo fuente de reflexiones. Por eso, creemos importante que los niños desarrollen su comprensión lectora a la vez que conocen los cuentos clásicos que siguen en boca de todos.
1. Cuentos clásicos
Los clásicos son historias que se cuentan una y otra vez, de una y de otra manera, con un final o con otro, y que siguen existiendo porque han pasado de voz en voz, de libro en libro. Las abuelas se las contaron a sus nietos; a su vez, ellas de pequeñas las escucharon de sus abuelas; y estas abuelas las escucharon de sus abuelas o de un libro o de un cuentista o de qué sé yo. Lo que queremos decir es que un cuento clásico atraviesa todas las épocas y no se pierde ni se olvida en el camino porque a los niños le sigue gustando, porque quisieran ser como alguno de los personajes, estos seres imaginarios que aparecen en la historia, o porque les ayudan a entender el mundo en el que vivimos.
Ahora responde:
- ¿Recuerdas algún cuento antiguo? ¿Cuál?
- ¿Por qué crees que se siguen contando los cuentos clásicos?
- ¿Por qué será que estos cuentos nos siguen gustando?
- Cuéntanos qué te viene a la mente con estas imágenes.
2. Caperucita Roja
Nadie sabe su nombre, solo sabemos que era una niña que vivía cerca de un bosque un poco frío. Esto lo intuimos porque siempre se cubría con una caperuza, que es una especie de capa con gorro. Suponemos que esta niña era linda o así nos gusta imaginarla.
Esta niña, además de bonita, era una hija responsable y de buenos sentimientos. Vivía con su madre y, de tanto en tanto, su abuela las visitaba. Un día, su abuela enfermó. Quizá le dio una de esas gripas que hacen que no podamos salir de la cama. La madre de Caperucita Roja, preocupada por la abuela, le preparó una ricas galletas de jengibre. También pudo haberle preparado un caldito de pollo con verdura. Eso no lo sabemos. Pero como la madre tenía mucho trabajo que hacer, le pidió a Caperucita que llevara la canasta con comida a su abuela.
“Vete por el pueblo, aunque sea más largo el camino, y llévale este refrigerio a tu abuela”, dijo la madre a Caperucita, confiando en ella. A punto de tomar la senda indicada, se le hizo fácil optar por la vía corta: el bosque. Así fue que se adentró entre pinos y oyameles muy contenta por su decisión y con su cesta en la mano. A mitad del camino, salió a su encuentro un lobo, que le preguntó con demasiada amabilidad: “¿Adónde vas, querida?”
Confiando en el desconocido, la niña le contó con todo detalle adónde y con quién iba.
A ese lobo, que estaba muy hambriento, se le ocurrió que sería fácil comerse a una abuela desvalida; luego a la niña, de postre; y, para llenar ese último huequito, las viandas de las canasta. El lobo se despidió con la misma cordialidad y se apresuró a llegar a casa de la abuela. Entró a la casa, encontró a la abuela y de un bocado…
¿Qué prefieres: el final feliz que escribieron los hermanos Grimm o la versión de Charles Perrault en la que el lobo satisface su hambre?
Ahora responde:
- ¿Qué decisión crees que debió haber tomado Caperucita? ¿Por qué?
- Imagina que el lobo no es simplemente un lobo, que representa algo más, ¿qué podría ser?
- Un peluche
- Un hombre muy malo
- Un ladrón
- ¿Por qué la madre le aconsejó a Caperucita que tomara el camino largo?
- Si tú fueras el que te encuentras con un lobo que simplemente quiere platicar contigo, ¿qué harías?
- ¿Qué lobos podemos encontrarnos en nuestro mundo actual?
3. El gato con botas
Había un vez un viejo molinero que al morir heredó a sus hijos aquello que poseía. El hijo mayor recibió como herencia el molino, el segundo hermano recibió el asno y al menor le tocó el gato.
Triste por su suerte, el más pequeño de los hijos se lamentaba de poseer tan solo un gato. En esas estaba, quejándose por su suerte, cuando escuchó que alguien le hablaba: “Oye, tú, deja de llorar, y mejor consígueme un par de buenas botas”. “Un gato que habla debe ser un gato astuto”, fue lo que pensó el joven, así que atendió la demanda del gato y fue en busca de las dichosas botas.
Mientras esperaba sus botas, el gato se puso a cazar conejos. Y una vez que tuvo puestas las botas que le consiguió el joven, le llevó los animales cazados al rey. “Estos conejos se los envía mi señor, el marqués de Carabás”, le dijo el gato a este rey. ¿Por qué dijo “marqués de Carabás”? Porque fue el primer nombre que se le ocurrió al gato. Cada día, el animal le llevaba las presas cazadas al rey en nombre del tal marqués de Carabás.
Un día, el gato se enteró que el rey iba a salir de paseo con su hija y urdió un plan. Le pidió a su amo que se metiera al río a nadar y que él haría el resto. Cuando la carroza del rey pasó cerca del río, el gato empezó a gritar: “¡El marqués de Carabás se ahoga! ¡Ayuda, ayuda!”
El rey, que escuchó al gato, pidió a sus guardias que lo salvaran. El animal se acercó al rey para contarle que mientras nadaba, unos ladrones se habían llevado la ropa del marqués. Al escuchar que se trataba del marqués de Carabás, aquel que le había mandado conejos y demás animales cazados, el rey, para agradecer los regalos, mandó que le trajeran finos trajes a este marqués. Con tales trajes, el hijo del molinero parecía todo un noble y la princesa al verlo así, se enamoró de él. El gato tramó un par de ocurrencias más para hacer parecer que su amo era muy rico. El rey cayó en su trampa y le dio la mano de su hija.
El hijo del molinero se casó con la princesa, fue muy feliz y nunca más volvió a ser pobre gracias a la astucia de este peculiar gato, que también vivió con todas comodidades el resto de sus vidas, porque los gatos tienen siete vidas.
Ahora responde:
- ¿Te parece que el gato hubiera podido convencer al rey si no hubiera tenido sus botas?
- ¿Por qué era tan importante que el gato tuviera estas botas?
- ¿Por qué crees que se eligió un gato para esta historia?
- Si encontraras un gato que hablara, ¿qué le pedirías?
- ¿Consideras que la princesa se hubiera enamorado del hijo del molinero de haberlo conocido con sus pobres ropajes? ¿Por qué?
- Conoce el resto de las astucias del gato.
4. Pedro y el lobo
Hace poco más de 80 años, a un músico llamado Serguéi Prokófiev le propusieron que compusiera una sinfonía para niños. Con música, este compositor ruso contó la historia de Pedro, un joven que vive con su abuelo en las montañas.
Los peligros de un bosque son muchos, por eso el abuelo no se cansaba de advertirle a su nieto que debía estar adentro de la casa. Pero Pedro era muy inquieto y le gustaba salir a jugar al estanque donde vivían un pato y un pajarito, que eran sus amigos. El día que su abuelo lo encontró fuera de casa, se enfureció y de inmediato lo metió a la casa.
Un día, Pedro se encontraba acompañado de su gato viendo a través de la ventana cómo el pato y el pajarito discutían en el estanque. De pronto vio cómo un lobo salía de entre los árboles, daba un brinco y en un segundo se engullía al pato. No contento con haberse comido al pato, el lobo intentaba atrapar al pajarito también.
Pedro, resuelto a salvarlo, fue por una cuerda, se subió al muro de barda y de ahí brincó a una rama cercana. Trepado en el árbol, ató la cuerda y preparó una trampa para el lobo. Una vez hecho el nudo, chifló al pajarito para que pasara por el centro del círculo de la cuerda. El ave entendió la señal e hizo lo indicado. El lobo lo siguió, pero cuando quiso cruzar por el aro, Pedro jaló la cuerda y lo enlazó. Así fue como este jovencito, atrapó al temible lobo del bosque.
Ahora responde:
- ¿Quién era Serguéi Prokófiev?
- ¿Tenía razón el abuelo en no dejar que Pedro jugara en el bosque? ¿Por qué?
- ¿Qué hubieras hecho tú, de haber estado en el lugar de Pedro?
- ¿Qué reacción crees que tuvo el abuelo cuando vio al lobo atado a la cuerda?
- Si Pedro y su abuelo vivieran en la ciudad en la época moderna, ¿de qué tendrían que cuidarse?
- Escucha la sinfonía de Prokofiev que cuenta la historia de Pedro y el lobo. ¿Qué te parece?
5. Los músicos de Bremen
Hace muchos años existió un grupo que no era ni de música ni de Bremen, pero que así se les llegó a conocer con el paso del tiempo. Los protagonistas de nuestra historia son un burro, un perro, un gato y un gallo. Cada uno de ellos, por muchos años sirvió a un dueño: el burro había cargado sacos de trigo, el perro ayudaba a cazar, el gato libraba de los ratones y el gallo había sido el despertador de cada mañana, pero después de tantos años de trabajo ya estaban cansados; además, sus amos querían deshacerse de ellos.
El burro fue el primero en abandonar su casa. Tenía la idea de viajar a Bremen y volverse músico.
En su camino se encontró al perro en la misma situación y lo invitó a viajar con él. Juntos continuaron el viaje y se encontraron al gato y luego al gallo, quienes compartían las mismas penas.
El trayecto a Bremen era largo, así que decidieron descansar un poco. A lo lejos vieron unas luces y pensaron que sería buena idea pedir posada. Al asomarse por la ventana, vieron que sobre la mesa estaba servida bastante comida y bebida. Al escuchar a los ocupantes de la casa, descubrieron que aquellos eran unos ladrones.
Los animales se pusieron de acuerdo, y entraron intempestivamente: el gato maullando, el perro ladrando, el burro rebuznando y el gallo cantando. Espantados, los ladrones salieron corriendo y los amigos pudieron disfrutar del festín.
Por la noche, mientras los animales dormían, uno de los ladrones volvió para inspeccionar la casa. Entró con todo el sigilo posible, pero al avanzar le pisó la cola al gato y este respondió con un gran arañazo. Aterrorizado, el ladrón quiso salir de la casa por la puerta de atrás, pero tropezó con el perro que con el susto, lo mordió. Al atravesar el patio, chocó con el burro y este le dio una fuerte coz con las patas traseras. El gallo, que para esas alturas ya estaba despierto, no paraba de cantar con gran escándalo.
El ladrón llegó con el resto y les contó que en esa casa no debían volver, porque ahí vivía una terrible bruja de afiladas uñas, veloz y malvada que lo había atacado. Los bandidos al verlo en tan mal estado ya no quisieron volver.
Los animales se instalaron en esa casa y ahí vivieron el resto de sus días.
Ahora responde:
- ¿Por qué se les conoce como “los músicos de Bremen?
- ¿Qué desgracias tienen en común los cuatro animales?
- ¿Cómo lograron los animales ahuyentar a los ladrones?
- Cuando los ladrones abandonan la casa, ¿de qué pueden disfrutar los animales?
- ¿Qué tienen que hacer los animales para ahuyentar a los ladrones?
- ¿Los animales lograron llegar a Bremen?
- Si el burro hubiera estado solo, ¿crees que hubiera podido ahuyentar a los ladrones?
- ¿Es importante que hicieran equipo los animales? ¿Por qué?
6. El pastor embustero
Todos los días, un joven pastor llevaba a pastar sus ovejas al monte. Una tarde, se le ocurrió gastar una broma a sus habitantes. Al volver al pueblo con sus animales, empezó a gritar “¡El lobo, el lobo!”, y los buenos pueblerinos salieron a ayudarlo. Pero no había lobo, sino tan solo un chico que no paraba de reír.
Le pareció tan simpática la broma que pensó en repetirla al día siguiente. Nuevamente, al grito del muchacho, los vecinos fueron a auxiliarlo, pero una vez más encontraron al jovencito desternillándose por la broma.
Una tarde, los aldeanos volvieron a escuchar los gritos del niño. Acostumbrados a la broma, decidieron ignorarlo. ¿Cómo iban a saber que en esa ocasión sí era verdad la presencia del lobo?
El pobre y mentiroso pastor se quedó sin sus ovejas, pues nadie acudió a ayudarlo. Pero eso sí, al lobo le dio tiempo de saborearlas a sus anchas.
Ahora responde:
- ¿Cuál es la diversión del pastor?
- Además de llamarle “pastor”, ¿con qué otros nombre reconoces cuando se habla de él?
- ¿Cómo responden los habitantes del pueblo al oír sus gritos?
- ¿Por qué hacía esta broma el joven pastor?
- ¿Por qué un día los habitantes del pueblo ya no le hicieron caso?
- ¿Qué ocurrió con las ovejas?
- En tu opinión, ¿cómo podría el pastor volver a ganarse la confianza del pueblo?
- ¿Tú le creerías a alguien muy mentiroso?
7. Los duendes zapateros
Se dice que los duendes aparecen cuando más se les necesita. Se sabe que son pequeñitos, huidizos, pero que se divierten haciendo el bien a los demás, aunque de tanto en tanto esconden objetos solo por travesura.
Un día de tantos, los duendecitos escucharon a un viejo zapatero lamentarse ante su esposa de los malos tiempos por los que pasaban, de lo caro que estaba el cuero y del poco dinero que recibían por sus zapatos. Se encontraban afligidísimos porque ya solo contaban con una tira de cuero para hacer un último par de zapatos.
Los duendes se compadecieron y quisieron ayudarlos. Esperaron a que los viejos estuvieran dormidos para comenzar a trabajar. Cortaban, cosían y cantaban, hasta que terminaron el par de zapatos.
Por la mañana, la sorpresa del zapatero y su esposa era tal, que no daban crédito a lo que veían sus ojos: ahí estaban los más hermosos zapatos que persona alguna se hubiera imaginado. Puestos en el aparador, pronto llamaron la atención de los paseantes. Un rico caballero ofreció una buena paga por ellos, y con el dinero no solo pudieron comprar comida sino una pieza de cuero con la cual podrían hacer hasta dos pares de zapatos.
La pareja quiso descubrir quién los había ayudado, así que a la noche siguiente se escondieron para averiguar el misterio de los zapatos. Después de una paciente y silenciosa espera, los vieron llegar: eran unos simpáticos duendecillos desnudos que alegres confeccionaban los nuevos pares de zapatos.
En agradecimiento a los duendes, a la siguiente noche, los zapateros les hicieron ropita a su medida. Los duendes recibieron gustosos el regalo y se marcharon para seguir haciendo sus buenas acciones. Con el dinero que recibieron, los viejos pudieron hacer muchos zapatos más y ya no volvieron a pasar hambre nunca jamás.
Ahora responde:
- ¿Cómo son los duendes de este cuento?
- ¿Cómo era la situación de los zapateros?
- ¿Quién y cómo ayuda a los zapateros?
- ¿Por qué la esposa del zapatero les hizo ropa a los duendes?
- ¿De qué manera beneficiaron los duendes a los zapateros?
- Imagínate que cuando más lo necesitas, unos misteriosos duendes aparecen y…. (continúa tú la historia)
8. La mejor voz
Una cigarra cantaba alegremente, cuando un sapo la interrumpió: “Yo canto mucho mejor”. La cigarra, en vez de ignorarlo y seguir cantando en otro lado, le respondió: “No, no es verdad, yo canto mucho más lindo”. El sapo insistió: “A los animales les gusta más mi canto”. A lo que la cigarra contestó: “¿Cómo puedes saber eso?”. “Me lo han dicho”, contestó el sapo. Así estuvieron discutiendo un buen rato hasta que a la cigarra se le ocurrió la idea de elegir un juez que determinara quién era mejor cantor.
Se encontraron con una garza que, apacible, descansaba sobre una sola de sus patas. “Señora garza, ¿podría escucharnos y decidir quién de los dos canta mejor?”, le preguntó el sapo al ave. La garza los observó indiferentes, pero aceptó ser juez.
La cigarra comenzó a cantar, pero la garza la interrumpió: “Querida, no te escucho desde donde estás, ¿podrías acercarte un poco más?” La cigarra dudo en acercarse, pues sabía que no era seguro, pero el sapo dijo: “Lo que pasa es que te da miedo perder”. El sapo se acercó a la garza y comenzó a cantar. Como la cigarra era muy orgullosa, para no perder la competencia se acercó al ave.
Mientras el sapo cantaba absorto, la garza se engulló a la cigarra. Y como la mesa estaba servida, se comió también al sapo. La garza se posó sobre su otra pata y siguió disfrutando de la tarde.
Ahora responde:
- ¿Sabes lo que es una fábula?
- Este pequeño cuento es una fábula porque cuenta una historia con animales y contiene una moraleja, es decir, un consejo. ¿Conoces otra? ¿Cuál?
- ¿Cuál crees que sea la moraleja de esta historia?
- ¿Quiénes son los protagonistas de esta fábula y por qué discutían?
- ¿A quién recurrieron para que actuara como juez?
- ¿Cuáles eran las intenciones de la garza?
- ¿A que se refiere el texto cuando dice “la mesa estaba servida”?
- ¿Por qué la cigarra dudó en acercarse?
- ¿Cuál de estos adjetivos definen mejor a la cigarra y al sapo?
- alegres y cantadores
- inteligentes y rápidos
- confiados y engreídos
- ¿Alguna vez te ha pasado que, por sentirte orgulloso, te descuidas de algo?
9. El lagarto está llorando
El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.
Han perdido sin querer
su anillo de desposados.
¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!
Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.
El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.
¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
¡Ay, cómo lloran y lloran,
¡ay! ¡ay! cómo están llorando!
– Federico García Lorca
Ahora responde:
- ¿Quién es el autor de este poema?
- ¿Quiénes estaban llorando y por qué?
- ¿Quién es el “capitán redondo”?
- ¿Por qué les entristecerá tanto haber perdido sus anillos?
- Lee el poema en voz alta varias veces y escucha cómo suena. ¡Seguro te gustará!
10. El sapito Glo Glo Glo
Nadie sabe dónde vive.
Nadie en la casa lo vio.
Pero todos escuchamos
al sapito Glo Glo Glo.
¿Vivirá en la chimenea?
¿Donde el pillo se escondió?
¿Donde canta cuando llueve
el sapito Glo Glo Glo?
¿Vive, acaso, en la azotea?
¿Se ha metido en un rincón?
¿Está abajo de la cama?
¿Vive oculto en una flor?
Nadie sabe dónde vive.
Nadie en la casa lo vio.
Pero todos escuchamos
cuando llueve: glo… glo… glo…
– José Sebastián Tallón
Ahora responde:
- ¿Quién es el autor de este poema?
- ¿Quién es el personaje de este poema?
- ¿Por qué crees que en el poema se repiten la primera y la última estrofa?
- Nadie sabe donde vive.
- Nadie en la casa lo vio.
- Pero todos escuchamos
- Cuando llueve: glo… glo… glo…
- ¿Por qué crees que el sapito se llama Glo Glo Glo?
- ¿Dónde suponen todos que se puede encontrar el sapito?
- ¿En dónde crees tú que vive este sapito?
11. Poema
Que no suba el caracol
ni al rosal, ni a la maceta,
ni al almendro, ni a la flor…
Que enseñe los cuernos,
que salga de casa,
que se estire al sol.
¡Qué caminitos de plata
va dejando el caracol
cuando sale de su casa!
– Pura Vázquez
Ahora responde:
- ¿Por qué dice que el caracol no debe subir ni al rosal ni al almendro ni a la flor?
- ¿Para qué debería enseñar los cuernos?
- ¿Qué te imaginas que sean los caminos de plata que deja el caracol?
- ¿Cuál es la casa del caracol?
- Escribe un buen título para este poema.
12. Marea baja
¿Dónde anda la onda
si la luna rotunda
se enciende redonda
se espeja precisa
en la calma tan lisa
de la piel del mar?
¿En qué funda se enfunda esa onda?
¿En qué red se enreda?
¿En qué sonda se ahonda?
¿Dónde ronda su randa
de espuma tan fina
de brillo lunar?
– Ana María Machado
Ahora responde:
- Lee el poema varias veces hasta que lo puedas leer sin trabarte.
- Trata de leerlo muy rápido.
- Ahora léelo muuuuy lento.
- ¿Qué palabras riman en este poema?
a)espuma
enreda enciende |
b)onda
redonda ahonda |
c)piel de mar
calma lisa espuma fina |
- ¿Crees que la rima hace que se escuche especial el poema?
- ¿Te ha gustado este poema? ¿Por qué?
- ¿Qué palabras no conoces?
- ¿Dónde se refleja la luna?
- ¿Qué te imaginas que sea la “onda”?
13. El patito feo
Esta es la historia de un patito que nació feo. El problema no es que fuera feo, sino que sus hermanos que nacieron muy bonitos, lo despreciaban por verse diferente a ellos. A la mamá pata también le daba penita ese hijo que no se parecía en nada ni a ella ni al resto de los patitos. Como este pobre pato era, además, algo torpe, sus compañeros se burlaban de él. Tan mal se sentía el animalito y era tanta su tristeza que decidió mejor marcharse.
En su camino, encontró un estanque en el que nadaban unas hermosas aves de elegante porte. El patito las miraba con admiración, pero temeroso de que lo vieran. Sin querer, hizo un poco de ruido al tratar de esconderse entre los juncos, y llamó la atención del grupo, quien al verlo le preguntó: “¿Qué hace un pequeño cisne tan solo?”. “¿Cuál cisne?”, preguntó el patito. “Tú eres un cisne como nosotros. ¿Acaso no lo sabes?”, dijeron los cisnes.
El patito feo, o mas bien, el cisne hermoso, por fin encontró su lugar en el mundo. Y adivina qué… pues fue muy feliz.
Ahora responde:
- ¿Por qué se sentía triste el patito?
- ¿Por qué sus hermanos no lo querían?
- ¿Alguna vez te has sentido incómodo con algún grupo? ¿A qué crees que se deba?
- ¿Qué podemos aprender de esta historia?
- ¿Podrías contar una historia parecida pero, en vez de un patito, de un niño?
14. Los tres cochinitos
Esta historia que estás por conocer, o que quizás ya conozcas, se contó hace cientos de años a otros niños como tú. Y, ¿por qué crees que se sigue contando? ¿Será que aprendemos algo con ella? Este pequeño cuento ha sido transmitido, a través de tiempos, de distintas maneras y desde variadas y nuevas miradas.
Ahora te contaremos, después de tanto bla bla bla, la historia de los tres cochinitos, así como nos la contaron a nosotros de niños.
Los tres cochinitos llegaron a la edad en que debían dejar la casa materna y construir la suya. Así fue que cada uno comenzó la construcción de su nuevo hogar. El primer cerdito, que siempre fue un poco flojito, reunió unas cuantas pacas de paja y en un solo día dejó lista su casa. El segundo cerdito recogió varitas y palos de madera y se construyó su casa. El tercer cerdito recordaba las advertencias que su madre constantemente les hacía sobre la presencia del lobo feroz, y por eso construyó una sólida casa de ladrillo, que le llevó muchos días y mucho esfuerzo poder terminar.
Para no hacer el cuento más largo solo diremos que el lobo encontró la primer casita de paja, le sopló, la derrumbó y se comió al cerdito (en algunas versiones el cerdito se esconde en la segunda casa). El lobo también sopló y tiró la casa de madera y se comió al cerdito. Solo la casa del cerdito trabajador resistió el soplido del lobo.
Ahora responde:
- ¿Conocías esta historia o te recuerda a alguna que hayas escuchado?
- ¿Qué enseñanza te deja este cuento?
- ¿Por qué crees que se sigue contando?
- Ahora cambia la historia y escribe:
…un final feliz para los tres cochinitos. | |
…desde la mirada del lobo | |
…desde la mirada de los cochinitos flojos | |
…desde la mirada del cochinito trabajador | |
… y si no fueran cerditos, ¿qué se te ocurre que puedan ser? |
15. Cenicienta
En la época en la que había reyes y reinas, príncipes y princesas, y en que los finales terminaban en felicidad, existió Cenicienta. Ella era una chica muy dulce, que tenía por amigos a los ratones, y que tuvo la mala fortuna de vivir con una madrastra y tres hermanastras que la trataban muy mal. El padre, que la quería mucho, poco se enteraba de estos malos tratos.
Un día llegó a la casa de esta familia una invitación para las fiestas del castillo, pues el príncipe quería conocer a las jóvenes de su reino para elegir con cuál casarse. La madrastra, muy contenta, le mandó a hacer a sus tres hijas lindos vestidos para el gran día. Cenicienta también quería ir, pero la madrastra hizo lo que pudo para evitar que la muchachilla asistiera. Con una falsa amabilidad, le dijo: “Querida, no tienes vestido ni zapatos ni joyas, así no puedes acompañarnos”. Y tras decir esto, se marchó con sus hijas al magno evento.
Triste quedó la pobre Cenicienta, a quien llamaban así porque su cara solía estar tiznada por las cenizas de la chimenea que siempre tenía que limpiar. Los ratoncitos, que la querían mucho, se acercaron a conocer la causa de su desdicha. Y para alegrarla, le ayudaron a confeccionar un simpático vestido. Algunos dicen que fue un hada la que ayudó a la jovencita; otros, que fue el espíritu de su fallecida madre. Imaginemos que fue el hada, quien apareció y transformó aquel traje hecho por los ratoncitos, en un fino vestido, peinó a la chica y la dejó como toda una princesa. Pero… esta historia tiene un “pero”. A las 12 de la noche el hechizo desaparecería: su vestido se volvería nuevamente un andrajo.
Adivina quién era la más hermosa joven de la fiesta. Sí. La más bella era Cenicienta, y el príncipe se enamoró de ella al momento. Bailaron y bailaron, y al punto de la medianoche, ella recordó que la magia a esa hora terminaba y salió corriendo del espléndido baile. En su huida una de sus zapatillas cayó.
El príncipe pudo encontrar a su querida princesa probando el zapato en todas las muchachas de la comarca, hasta dar con la verdadera dueña del zapato.
Ahora responde:
- ¿Quién era Cenicienta?
- ¿Quiénes son los amigos de Cenicienta?
- ¿Por qué crees que las hermanastras no querían a Cenicienta?
- ¿Cómo se llamaba realmente Cenicienta? ¿Por qué le decían así?
- En el texto, ¿a qué se refiere con el “gran día”?
- Y, ¿qué entiendes cuando se dice que la historia tiene un “pero”?
- ¿Por qué Cenicienta tiene que huir a la medianoche?
- ¿Cómo encuentra el príncipe a Cenicienta?
MITOS: UN VISTAZO AL PASADO
La tradición mítica pervive en nuestros tiempos, y aunque ya no nos rige como antaño, sí forma parte de nuestro inconsciente colectivo. Aquellos arquetipos creados hace miles de años perviven en nuestro imaginario y siguen estando presentes, con otros nombres y con otras formas.
Presentarles las historias de los dioses y héroes de antaño a los niños, les permitirá imaginar otras formas de vida, reconocerse en aquellos modelos humanos y conservar ese contacto, ese fino hilo que nos une al pasado y que da sentido a nuestras vidas.
16. Los dioses griegos
Los griegos, que vivieron hace muchos, pero muchísimos, más de 2500 años atrás, buscaron una explicación de ese mundo en el que vivían. Así que imaginaron que todo era obra de unos seres grandiosos, poderosos e inmortales: los dioses.
Alguna vez te has preguntado: ¿cómo comenzó el mundo?, ¿por qué existe el cielo, la tierra y los mares?, ¿por qué el sol sale todos los días?, ¿por qué tras el invierno llega la primavera?, ¿cómo el hombre descubrió el fuego? o ¿por qué existe la guerra?
Los griegos antiguos explicaban todas estas cuestiones a partir de la existencia de dioses. Sigue leyendo y conoce alguna de estas historias.
Ahora responde:
- ¿Cómo se explicaron los griegos el mundo que existe?
- ¿Te imaginas cómo era las personas y las ciudades hace 2500 años?
- ¿Cuéntanos cómo te imaginas que comenzó el mundo?
17. El dios más poderoso
Para los griegos, Zeus era el dios más poderoso, el creador del cielo y de la luz. Su poder era tal que gobernaba al resto de los dioses y decidía también sobre los mortales. ¿Quiénes son los mortales? Aquellos que mueren, los que tienen la vida contada, es decir, el ser humano. Porque ya te imaginarás que los dioses eran inmortales.
Zeus era un dios muy coqueto, que tenía muchas aventuras amorosas con otras diosas, ninfas y mujeres mortales, y esto enojaba mucho a su esposa Hera, la diosa de los cielos y del hogar. De estas aventuras nacieron otros dioses.
A Zeus se le representa con un rayo en la mano, con el cual podía fulminar a sus enemigos. También se le dibuja acompañado de una águila o de un toro y con un cetro en la mano.
Ahora responde:
- ¿Cómo te imaginas a Zeus? Dibújalo.
- ¿Por qué crees que Zeus tuvo muchas aventuras y que de ellas nacieron muchos hijos?
- ¿Cómo te imaginas que eran sus hijos? ¿Qué poderes especiales crees que pudieran tener?
- ¿Cuál es el arma de Zeus?
- ¿Por qué Zeus era un dios tan importante?
18. Cronos
El padre de Zeus era Cronos, y no fue un buen padre, porque se comía a sus hijos. Y esto lo aprendió de su propio padre, Urano, que también odiaba a sus hijos. Cronos escapó del encierro en que lo tenía su padre y lo venció. Entonces se volvió el dios más importante.
Pero alguien le dijo que dejaría de ser el rey de todo, porque uno de sus hijos le iba a quitar el trono. Y para que ninguno de sus hijos lo destronara, decidió comérselos. Rea, la esposa, no estaba de acuerdo en que sus hijos fueran comidos, así que decidió engañar a su marido. Cuando nació Zeus, lo escondió y en vez de entregarle al hijo, le entregó una piedra bien envuelta que parecía el recién nacido. Cronos se lo tragó pensando que era su hijo.
Zeus creció y regresó a liberar a sus hermanos. Ganada la batalla, obligó a Cronos a vomitarlos. Desde entonces es Zeus el que gobierna los cielos y es el rey de los dioses.
Ahora responde:
- ¿Por qué Zeus es el dios más importante de entre todos los demás?
- ¿Cómo salva Rea a su hijo Zeus?
- ¿Recuerdas que dijimos que las historias de los dioses no son más que explicaciones que daban los griegos antiguos sobre el mundo que les rodeaba? ¿Por qué crees que imaginaban el origen del cielo a partir de esta historia del padre que se come a los hijos?
- ¿Sabías que el séptimo planeta de nuestra galaxia se llamaba Urano? ¿Por qué crees que el planeta lleva ese nombre?
- ¿Qué palabras recuerdas que comienzan con “crono”? ¿Qué crees que signifique “crono”?
19. Poseidón
Entre los hermanos que Zeus liberó del estómago de Cronos, estaba Poseidón. En la repartición de las áreas que cada hermano gobernaría, a Poseidón le tocaron los mares. Además de las aguas marinas y submarinas, Poseidón también era el dios de los caballos y de los terremotos. Los griegos dibujaban a este dios como un hombre fuerte con un tridente, que es un bastón con tres picos. También lo imaginaban sobre un carro tirado por caballos.
Poseidón podía generar tempestades o aguas tranquilas, según el estado de ánimo en el que se encontrara. Si los navegantes no eran de su agrado, Poseidón podía mandarles fuertes olas y hundirlos. El gran regalo que hizo este dios de las aguas al ser humano fue el caballo.
Ahora responde:
- ¿Quién era Poseidón?
- ¿De qué era dios, qué gobernaba?
- ¿Cómo se representa a este dios?
- ¿Qué le debe el ser humano a este dios?
- ¿Cómo explicaban los griegos antiguos que hubiera tempestades en las aguas?
20. Dédalo e Ícaro
Dédalo era un hábil inventor y arquitecto que vivía en Atenas. El rey de Minos le pidió que construyera un laberinto para encerrar al Minotauro, un terrible monstruo con cabeza de toro y cuerpo de hombre que amenazaba el reino.
Dédalo y su hijo Ícaro diseñaron un intrincado laberinto para que quien entrara no pudiera salir. Para que ningún mortal pudiera conocer el secreto de los caminos, el rey Minos encerró al diseñador y a su hijo dentro de la construcción.
La salida estaba clausurada, así que padre e hijo debían pensar en una solución que no fueran las puertas. Observaron a su alrededor, reflexionaron y, por fin, a Dédalo se le ocurrió la solución después de ver volar a los pájaros cerca de ellos. ¡Se harían sus propias alas y escaparían volando!
Con plumas de aves y cera de abeja se hicieron unas espectaculares alas y así escaparon de aquella prisión. Toda bien, ¿cierto? El padre le advirtió a su hijo que estarían seguros siempre y cuando no volaran ni muy alto ni muy bajo.
Ícaro se sintió libre y tan seguro de sus alas que olvidó los consejos de su padre. Empezó a acercarse al sol y la cera comenzó a derretirse. Las alas se desprendieron de Ícaro, quien cayó en picada al mar y murió.
Ahora responde:
- Dibuja cómo te imaginas a Dédalo y a Ícaro con sus alas.
- ¿Cuál fue la solución de Dédalo para escapar del laberinto?
- ¿Cómo llegó a esta solución?
- ¿Qué tenía que haber hecho Ícaro para salvar su vida?
- ¿Qué otro final le darías a la historia?