Laboratorios de física y el sesgo de género
La división de tareas en los laboratorios de prácticas de física muestra un sesgo de género cuando se deja a los alumnos elegir estas tareas sin asignación previa de un docente.
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En artículos anteriores hemos hablado sobre la brecha de género en las carreras STEM, y formas de ayudar a cerrarla desde la perspectiva familiar y cultural. Sin embargo, en el caso de las carreras orientadas a Física, las diferencias con base en el género, se acentúan en las prácticas de laboratorio de física.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Physics Education Research, hombres y mujeres asumen diferentes roles cuando participan en las prácticas de laboratorio de física en sus universidades.
El estudio sostiene que, sin una instrucción previa, los hombres son más prestos a manejar e interactuar con los instrumentos dentro del laboratorio, mientras que las mujeres trabajaban más en tareas de análisis, escritura o diseño de reportes y presentaciones.
En el estudio participaron alumnos con poca experiencia en experimentos de física, y como parte del experimento, no se asignaron roles ni tareas, dejando a los alumnos elegir por sí mismos. El estudio mostró que la elección de dividir las tareas con base en el género y que esta división se inclinara a que los estudiantes hombres fueran quienes manejaron más el equipo de laboratorio, puede estar conectado a los aspectos culturales de cómo se percibe el género y cómo se relaciona más a los hombres con el uso de herramientas e instrumentos técnicos.
Un anuncio realizado por Verizon en el 2014, ejemplifica perfectamente cómo desde las familias se socializa a las mujeres a realizar tareas que no involucren el uso de herramientas percibidas como complicadas o no tener proyectos o realizar actividades que interrumpan lo que se espera de sus rol asignado en la familia. Práctica que sigue vigente hasta hoy.
“Ten cuidado con eso, ¿porque no le das eso a tu hermano”
A los 35 segundos del video, se escucha una voz preocupada, posiblemente de un padre de familia, que le pide a su hija que le entregue el taladro con el que están trabajando a su hermano mayor. Los roles, en la mayoría de los casos, se establecen desde las dinámicas familiares.
Podemos hablar de familias que impulsan el involucramiento de las mujeres en la ciencia, desde la perspectiva teórica, pero no es común una formación hacia la práctica que implique el trabajo manual y el manejo de herramientas.
De acuerdo con los resultados del estudio, que subrayan una división de las tareas con base en el género, se puede hablar de la necesidad de una intención educativa que se dirija a la equidad en todos los aspectos de la educación de la Física.
Un esfuerzo por guiar hacia prácticas más balanceadas con base en el género en los laboratorios puede cambiar el panorama para incentivar un ambiente en el que las alumnas tiendan al uso de herramientas y equipo de laboratorio en la misma medida que lo hacen sus compañeros hombres.
“Mientras la cultura de la física evoluciona para remover un sesgo sistémico con base en el género dentro de este campo del conocimiento, los instructores a cargo de los entornos educacionales deben no solamente remover del currículum los sesgos de género explícitos, sino también tomar acción en asegurar aspectos potencialmente discriminatorios no se refuercen inadvertidamente”, concluye Katherine Quinn, postdoctora en el Centro para la Física y la Función Biológica de la Universidad de Princeton, quien dirigió el estudio citado.
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COMUNICADO RESPECTO A LAS MEDIDAS ADOPTADAS PARA PALIAR EL IMPACTO DE LA PANDEMIA COVID-19 EN EL SISTEMA ESPAÑOL DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN.
Fuente: AEAC
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Desde la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC) apoyamos el Comunicado respecto a las medidas adoptadas para paliar el impacto de la pandemia COVID-19 en el sistema español de Ciencia, Tecnología e Innovación emitido por los colectivos en defensa de la ciencia, Marea Roja y CienciaconFuturo.
Distintos colectivos relacionados con la actividad científica quieren hacer expreso su apoyo a las actuaciones que las administraciones públicas (AAPP) están emprendiendo para atajar el brote pandémico de COVID-19 en nuestro país, y al mismo tiempo intentar paliar el impacto en la economía de las medidas de contención impuestas al amparo de la declaración del Estado de Alarma (EdA) el pasado 15 de marzo.
En principio, valoramos que el Gobierno de España, en su calidad de Mando único durante el EdA y con el soporte de sus propios consejos asesores y cuerpos técnicos, esté adoptando criterios en sintonía con los de la OMS, y además haya considerado las necesidades y particularidades del sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación en las medidas de mitigación de los impactos económicos y sociales del EdA, incluyendo la disposición adicional decimotercera en el RD 11/2020, de 31 de marzo.
Sin embargo, consideramos que las medidas incluidas en ese RD 11/2020, y la consiguiente implementación por parte de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) de aquellas que le corresponden (según las notas informativas difundidas por esta entidad), no son suficientes. Creemos que habría que ampliar la posibilidad de aplicar esas medidas a todos los contratos temporales de personal de investigación, y no sólo a los de las convocatorias de personal del sistema estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación que se encuentran a fecha de 2 de abril de 2020 en su último año de contrato. Al menos la extensión por el tiempo que dure el EdA y sus prórrogas debería poder aplicarse a todos los contratos temporales de personal de investigación. A nivel del sistema estatal, eso significaría aplicarlo no sólo a todos los contratos vigentes de las convocatorias de personal, independientemente del tiempo que falte para la finalización del contrato (y desde luego sin crear diferencias de trato en los contratos de una misma convocatoria), sino también a los contratos realizados con cargo a los proyectos de investigación del sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación en sus distintas modalidades. A esos habría que sumar en la medida de lo posible los contratos correspondientes a convocatorias de personal y/o con cargo a proyectos de la Unión Europea (UE), empresas, universidades, comunidades autónomas (CCAA), etc.
Téngase en cuenta que el EdA ha forzado una paralización súbita e imprevista de la mayoría de las actividades que requieren trabajo presencial en los laboratorios, centros tecnológicos y centros de investigación Aunque muchas actividades sí puedan seguirse desarrollando de forma telemática, la aplicación del EdA ha supuesto una importante paralización de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación en España (por encima del 85 %), y esa suspensión afecta a muchísimos contratos, no sólo a los dependientes de subvenciones directas en convocatorias de personal, sino también a los financiados mediante los proyectos de investigación concedidos por las distintas AAPP a todos los niveles (así como múltiples instituciones de derecho privado). El impacto del EdA en dichos proyectos es aún difícil de evaluar, pero en muchos casos el efecto de este tiempo de pausa en las actividades que requieren trabajo presencial no podrá recuperarse completamente al levantarse la actual cuarentena, y por eso nos parece importante extender la actividad de esos contratos y proyectos al menos por un periodo equivalente a lo que dure el EdA.
Por otra parte, nuestro sistema reconoce la independencia de las Universidades en gran parte de su gestión. No obstante, sería deseable que la presente situación no creara desigualdades y, por tanto, agravios comparativos e injusticias, al tomarse resoluciones dispares en las distintas universidades frente al EdA. Las noticias recibidas apuntan, por ejemplo, a que ciertas universidades considerarán la posibilidad de permitir por este motivo (EdA) aplazamientos para la presentación de los trabajos fin de grado (TFG) o máster (TFM), o para las defensas de las tesis doctorales, extendiendo el tiempo máximo permitido para la presentación del TFG, TFM, o la tesis, e incluso exonerando del pago de nuevas tasas en los casos que ese aplazamiento se lleve a cabo. Sin embargo, otras universidades insisten en que los plazos deben mantenerse. Obviamente, la flexibilidad y solidaridad de las primeras sería el ejemplo a seguir.
Es por eso que solicitamos al Ministerio de Ciencia e Innovación y al Ministerio de Universidades que
- Extiendan la posibilidad de prolongar los contratos a todas las convocatorias públicas de personal de investigación que dependen de esos Ministerios (independientemente del tiempo que falte para su finalización), y lo mismo para el plazo de ejecución de todos los proyectos en vigor y los contratos que dependen de ellos.
- Se coordinen con las otras AAPP (Consejerías con competencias en investigación de las CCAA, Diputaciones, Universidades, etc) para que hagan lo mismo.
- Negocien (en la medida de sus posibilidades) con los financiadores privados para que ellos también se hagan cargo de la expansión de los periodos de ejecución/contratación.
- Soliciten a la UE medidas para que estas prolongaciones también sean aplicables en los proyectos con financiación comunitaria.
- Coordinen la respuesta de las distintas Universidades, y en su caso regulen las normas para que los estudiantes y doctorandos de todas las universidades puedan acogerse por igual a medidas compensatorias por la paralización de las correspondientes actividades presenciales de investigación en estos estudios.
- Por último, solicitamos que el artículo 49 del RDL 11/2020 “Disponibilidades líquidas de los organismos autónomos y otras entidades integrantes del sector público estatal” no se aplique a los organismos del sistema sanitario y del sistema público de I+D
Siendo conscientes de que estamos en una situación de crisis, nos gustaría remarcar la importancia de la investigación y la ciencia, ahora mas que nunca, y no solamente de la investigación relacionada con la medicina y la sanidad. Las aportaciones de la investigación y la ciencia son muy numerosas y tienen un carácter transversal, abordando distintos retos de la sociedad actual. Para salir de esta crisis sanitaria y de la crisis económica que viene, es necesario revertir los recortes en sanidad, pero también en educación y ciencia. Un modelo productivo basado en Ciencia, Tecnología e Innovación es lo que permite afrontar crisis como éstas, y las que vengan, por lo que, de nuevo, reivindicamos un Pacto de Estado por la Ciencia.
CON EL APOYO DE LOS SIGUIENTES COLECTIVOS, ASOCIACIONES, SINDICATOS:
- Marea Roja
- Ciencia con Futuro (CCF)
- Ciencia para el pueblo (CxP)
- Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC)
- Defensa de la Dignidad Investigadora-Universidad de la Rioja (PDDI-UR)
- Asociación Nacional de Investigadores Hospitalarios (ANIH)
- Federación de Jóvenes Investigadores (FJI)
- Asociación de Jóvenes Investigadores Innova Salamanca (INNOVA)
- Comisiones Obreras (CCOO)
- Unión Sindical Obrera (USO)
- Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF)
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Investigadores del Instituto de Oftalmología Molecular y Clínica de Basilea, junto al Centro Alemán de Primates, han desarrollado una estrategia terapéutica para mejorar la visión en pacientes con degeneración de la retina: aumentar la sensibilidad de los fotorreceptores a la luz de infrarrojo cercano. De momento, la aproximación se ha probado con éxito en un modelo animal y en cultivos de retinas humanas.
Los científicos han puesto a punto una terapia génica que consigue que las células fotorreceptoras de la retina sean sensibles –hasta cierto punto– a los cambios térmicos, de forma similar a lo que ocurre en la visión de algunas serpientes o de los murciélagos. A partir de la expresión inducida de canales sensibles a los cambios de temperatura, el equipo ha ampliado la capacidad de las células humanas responsables de la visión, confiriéndoles una percepción complementaria que podría facilitar la vida diaria de las personas con ceguera. El resultado, explican, es una imagen térmica que se superpone a la información visual percibida.
Una terapia que no interaccione con la visión
Nuestra visión depende de las células fotorreceptoras situadas la retina. Estás células perciben la información visual y la convierten en señales nerviosas que son enviadas a través del nervio óptico al cerebro, donde son procesadas e interpretadas como imágenes.
La pérdida o degeneración de las células fotorreceptoras es responsable de la mayor parte de los casos de ceguera. Es lo que ocurre en la degeneración macular o la retinosis pigmentaria. Los detalles de cómo se produce la pérdida de visión se conocen en gran medida. No obstante, el diseño de estrategias terapéuticas presenta algunas paradojas. En algunos tipos de ceguera la terapia génica sólo es aplicable mientras existen suficientes células fotorreceptoras supervivientes. Una vez superado un límite de degeneración, sin embargo, son las propias células fotorreceptoras supervivientes las que interfieren con los tratamientos.
En el trabajo publicado en Science, los investigadores se plantearon ampliar la capacidad de detección de los fotorreceptores a otras longitudes de onda, para proporcionar información complementaria a la información visual habitual obtenida de los fotorreceptores supervivientes. De este modo la terapia no comprometería la visión remanente proporcionada por estas células.
¿Cómo activar la detección térmica en los fotorreceptores?
El sistema sensor desarrollado por los investigadores consta de varios elementos. La pieza central es una proteína de membrana sensible al calor cuya expresión es inducida en las células fotorreceptoras denominadas conos. Los otros componentes del sensor son unos bastones nanoscópicos de oro que absorben la luz cercana al infrarrojo y un anticuerpo que conecta la proteína de membrana sensible al calor con los nanobastones.
El mecanismo de funcionamiento es el siguiente: los nanobastones absorben la luz y la convierten en calor que, a través de la unión con el anticuerpo, llega a los canales de membrana sensibles a temperatura. Por último, éstos generan una respuesta en las células fotorreceptoras similar a la que induce la percepción de la luz.
El sistema funciona en ratón y es adaptable
Los investigadores han probado su aproximación en modelos de ratón. Los resultados muestran que en animales con degeneración de la retina tratados con la terapia la luz de infrarrojo cercano aumenta la actividad de los conos y se produce la transmisión de señales a las células ganglionares, que envían las señales a otros centros nerviosos. Además, los animales tratados realizan experimentos de comportamiento relacionados con la visión con mejor rendimiento que los animales no tratados.
Adicionalmente, a partir de la utilización de nanobastones de diferente tamaño y distintos tipos de canales de membrana sensibles a la temperatura, los investigadores han conseguido adaptar la respuesta a la luz de infrarrojo cercano a diferentes longitudes de onda e intensidad de la radiación.
¿Podría ser utilizada esta terapia en humanos?
De momento, los investigadores han probado la terapia en retinas humanas procedentes de tejido post mortem. En estas retinas han observado que, tras ocho semanas en cultivo, la terapia consigue generar respuestas a la estimulación con luz cercana al infrarrojo en una pequeña proporción de las células fotorreceptoras. Este resultado es muy interesante, ya que las células de la retina pierden su actividad de sensibilidad a la luz 24 horas después de su aislamiento.
El estudio marca los primeros pasos de una estrategia terapéutica que podría mejorar la calidad de vida de las personas ciegas. Si bien la aproximación no recuperaría la visión tal y como la reconocemos en la actualidad, la visión de patrones térmicos podría contribuir a facilitar múltiples actividades diarias, así como un mayor reconocimiento de personas u objetos a personas con ceguera visual.
“Creemos que la estimulación con luz cercana al infrarrojo es un paso importante hacia proporcionar visión útil a los pacientes ciegos para que puedan recuperar su capacidad para leer o ver caras”, señala Daniel Hillier director del grupo de investigación de Circuitos Visuales y Reparación en el Centro Alemán de Primates. “Queremos dar esperanza a la gente ciega con estos resultados e intensificaremos nuestra actividad investigadora en esta área en el Centro Alemán de Primates dentro de nuestro proyecto principal, enfocado en la restauración de la visión”.
Referencia: Nelidova D, et al. Restoring light sensitivity using tunable near-infrared sensors. Science. 2020. Doi: http://dx.doi.org/10.1126/science.aaz5887
Fuente: Restoring vision by gene therapy, https://www.dpz.eu/en/news/news/single-view/news/sehvermoegen-durch-gentherapie-wiederherstellen-2.html
“Carta al G20”: ¿más de lo mismo?, no.
Fuente Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC)
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Está claro que el G20, establecido en 2008 para aminorar el escándalo autárquico del G6, G7 y G8, ha fracasado estrepitosamente, ampliando la brecha social y desatendiendo a los más vulnerables. Estamos en una nueva era, frente a procesos potencialmente irreversibles como el cambio climático, y es necesario ahora inventar con sabiduría y firmeza nuevas medidas a escala global.
La pandemia por el coronavirus ha vuelto a poner de manifiesto las deficiencias y falta de medios que pudieron, si no evitar, hacer que las consecuencias fueran de menor impacto y causaran no sólo menos daños materiales sino, sobre todo, menos pérdidas humanas….
Ante la actual crisis del coronavirus -COVID-19- que estamos viviendo no se puede tolerar por más tiempo una economía basada en la especulación, deslocalización productiva y guerra sino una economía basada en el conocimiento para un desarrollo global sostenible, que permita una vida digna a toda la humanidad y no excluya, como sucede ahora, al 80% de la misma.
Cuando nos apercibimos de la dramática diferencia entre los medios dedicados a potenciales enfrentamientos y los disponibles para hacer frente a recurrentes catástrofes naturales (incendios, inundaciones, terremotos, tsunamis,…) o sanitarias como la actual pandemia, constatamos, con espanto, que el concepto de “seguridad” que siguen promoviendo los grandes productores de armamento es no sólo anacrónico sino altamente perjudicial para la humanidad en su conjunto, y que se precisa, sin demora, la adopción de un nuevo concepto de “seguridad”, bajo la vigilancia atenta e implicación directa de las Naciones Unidas.
La salud es lo más importante, y debe tratarse siempre, en sus aspectos curativos y preventivos, con absoluta profesionalidad, dejando a un lado cualquier otra consideración. Porque la salud es un derecho de todos. En medicina se han realizado grandes avances pero se ha compartido poco. El gran reto es compartir y extender.
Progresivamente, las epidemias, que siempre han existido y existirán, pasarán a ser graves pandemias porque el “trasiego humano” no cesará de aumentar. Hasta hace unas décadas la difusión era muy escasa porque la gran mayoría de la humanidad se hallaba confinada en espacios reducidos y la posibilidad de transmisión al exterior de los mismos era infrecuente.
Se nos presentan a diario imágenes de las acciones admirables que está llevando a cabo el personal sanitario para atender con gran profesionalidad y humanidad a todos los enfermos del coronavirus, a pesar de los menguados recursos con que cuentan por el afán desmedido de los últimos años de debilitar al Estado (así “mueren” las democracias actuales…). Ponderamos y aplaudimos el impagable trabajo que siguen desempeñando todos aquellos que colaboran en los sectores esenciales (nutrición, transporte, distribución, regulación de la conducta ciudadana, limpieza, desinfección…), así como la actividad de los efectivos militares y de las fuerzas de seguridad en situaciones de emergencia. Es en estas circunstancias cuando se ponen de manifiesto -y no debe olvidarse, una vez más- los efectos de los recortes en la capacidad investigadora, la reducción del tejido industrial y de los distintos y tan relevantes sectores de la sanidad pública que, de ahora en adelante, deberán siempre encontrarse preparados para contingencias de esta naturaleza y gravedad.
En la “Carta al G20”, que acaba de ser firmada por “líderes mundiales para dar una respuesta global a la crisis del coronavirus”, se proponen las mismas medidas que se adoptaron frente a la crisis financiera del año 2008, que han conducido a la situación presente habiendo demostrado que los mercados no resuelven los desafíos globales. Frente a amenazas de ámbito mundial se requiere una reacción proporcional de “Nosotros, los pueblos”. No es la plutocracia -que representa en realidad la fuerza de un solo país- sino el multilateralismo democrático el que puede estar a la altura de las circunstancias. ¿Por qué 20 países deben tener las riendas del destino común cuando en estos momentos hay en el mundo 196 países? No es el “gran dominio” (financiero, militar, energético, mediático) el que va a solucionar los problemas sino la voz y manos unidas de todos los pueblos. La Carta debería ser dirigida a las Naciones Unidas, para dar un renovado vigor al multilateralismo y no a su principal oponente.
Ha llegado el momento –que la irreversibilidad potencial hace apremiante- de reducir las sombrías tendencias actuales propias de la deriva neoliberal, que ha desoído los llamamientos de la comunidad científica para la oportuna adopción de medidas contra el cambio climático y la puesta en práctica sin dilación de los ODS ( Objetivos de Desarrollo Sostenible, Agenda 2030) adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en noviembre de 2015 “para transformar el mundo”.
La ciencia debe ayudar al ciudadano para que no quede a merced de unos grandes consorcios internacionales y de unos pocos gobiernos. Es, preciso, verificar bien las informaciones tan rápidamente asequibles en la actualidad, para que, en breve plazo, sean los conocimientos y no los intereses los que orienten la brújula del mañana.
La sabiduría se halla hoy en favorecer la evolución de la gobernanza de tal modo que no sea necesaria la revolución. Volver a soluciones periclitadas y parciales sería dar la razón a la excelente viñeta publicada por El Roto en el periódico “El País” el día 5 de abril: “Cuando todo esto pase nada volverá a ser igual… ¡menos lo de siempre, claro!”.
El progreso que ha alcanzado la medicina en los últimos años –vacunas, antibióticos, prácticas quirúrgicas, conocimiento profundo de la fisiopatología, de los reguladores moleculares, de los mecanismos de expresión genética y de los condicionamientos epigenéticos, de la señalización celular, del diagnóstico enzimático y la introspección física…– ha logrado mejorar la calidad de vida y la longevidad de la población. Se han realizado grandes avances, pero no han sabido aportarse los medios de su aplicación a todos los seres humanos, iguales en dignidad.
El gran reto ahora es compartir y extender el progreso. Hasta hace unas décadas, no sabíamos cómo vivían la mayoría de los moradores del planeta. Ahora lo sabemos y, por tanto, si no contribuimos a facilitar el acceso de todos a niveles razonables de bienes y servicios nos convertimos en cómplices.
La atención debe ser integral y dirigida a toda la población. El tiempo de la pasividad y del temor ha concluido, y hay que decir alto y firme que la sociedad no transigirá en cuestiones de las que depende, con frecuencia, la propia existencia.
El por-venir está todavía por-hacer. Y la democracia está en peligro. El futuro que anhelamos emergerá de la conciencia global, de la ciudadanía mundial, con una equidad progresiva, capaz por fin de expresarse y dejar de ser invisible, silenciosa, sumisa. Por fin, la ciudadanía podrá, presencialmente y en el ciberespacio, manifestarse sin cortapisas. Por fin, la fuerza de la razón en lugar de la razón de la fuerza. Por fin, todos y no unos cuantos. Por fin, la implicación ciudadana. Por fin, la palabra esclareciendo los hoy sombríos caminos del mañana.
Federico Mayor Zaragoza, Presidente de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC).
Roberto Savio, Presidente de “Othernews”.
Rosa María Artal, periodista
Emilio Muñoz, Socio Promotor de AEAC.
María Novo, Catedrática de Desarrollo Sostenible UNESCO/UNED.
Vicente Larraga, Socio Fundador de AEAC.
Enrique Santiago, Jurista, experto en Derechos Humanos y Derecho Internacional.
Esta carta ha sido publicada en:
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Impulso a la recuperación verde de la UE: La Comisión invierte 1 000 millones de euros en proyectos innovadores de tecnologías limpias
Bruselas, 3 de julio de 2020
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La Comisión pone en marcha hoy la primera convocatoria de propuestas del Fondo de Innovación, uno de los mayores programas mundiales de demostración de tecnologías innovadoras con baja emisión de carbono, financiado con ingresos procedentes de la subasta de derechos del régimen de comercio de derechos de emisión de la UE. El Fondo de Innovación financiará tecnologías vanguardistas para las energías renovables; las industrias de gran consumo de energía; el almacenamiento de energía; y la captura, el uso y el almacenamiento de carbono. Impulsará la recuperación verde mediante la creación de empleos locales con garantía de futuro, preparando el camino hacia la neutralidad climática y reforzando el liderazgo tecnológico europeo a escala mundial.
El vicepresidente primero, Frans Timmermans, ha declarado: «Esta convocatoria de propuestas llega en el momento preciso. La UE invertirá 1 000 millones EUR en proyectos prometedores y listos para el mercado, como el hidrógeno limpio u otras soluciones con bajas emisiones de carbono para industrias con gran consumo de energía como la siderurgia, la cementera y la química. También apoyaremos el almacenamiento de energía, las soluciones para la red y la captura y almacenamiento de carbono. Estas grandes inversiones contribuirán a relanzar la economía de la UE y a poner en pie una recuperación verde que nos lleve a la neutralidad climática en 2050».
Para el período 2020-2030, el Fondo de Innovación asignará alrededor de 10 000 millones de euros procedentes de la subasta de derechos de emisión en el marco del régimen de comercio de derechos de emisión de la UE, además de los ingresos no desembolsados del predecesor del Fondo de Innovación, el programa NER 300.
La primera convocatoria aportará financiación por un importe de 1 000 millones de euros a proyectos a gran escala para tecnologías limpias con el fin de ayudarles a superar los riesgos vinculados a la comercialización y la demostración a gran escala. Este apoyo contribuirá a que las nuevas tecnologías lleguen al mercado. En el caso de los proyectos prometedores que aún no están listos para el mercado, se ha reservado un presupuesto específico de 8 millones de euros para ayudarles en su desarrollo.
La convocatoria está abierta a proyectos en sectores admisibles de todos los Estados miembros de la UE, Islandia y Noruega. Los fondos pueden utilizarse en cooperación con otras iniciativas de financiación pública, como ayudas estatales u otros programas de financiación de la UE. Los proyectos se evaluarán en función de su potencial para evitar las emisiones de gases de efecto invernadero, potencial de innovación, madurez financiera y técnica, y potencial de expansión y rentabilidad. El plazo de presentación de candidaturas finaliza el 29 de octubre de 2020. Los proyectos pueden presentarse a través del portal de financiación y licitaciones de la UE, donde se detalla el procedimiento.
Contexto
El Fondo de Innovación tiene por objeto crear incentivos financieros adecuados para que las empresas y las autoridades públicas inviertan ahora en la próxima generación de tecnologías con bajas emisiones de carbono y para dar a las empresas de la UE una ventaja que las convierta en líderes mundiales en tecnología.
El Fondo de Innovación será ejecutado por la Agencia Ejecutiva de Redes e Innovación (INEA), mientras que el Banco Europeo de Inversiones prestará ayuda para el desarrollo de proyectos prometedores que no estén listos para su plena aplicación.
Más información:
- Web del Fondo de Innovación
- Sitio web de INEA
- Portal de financiación y licitaciones
- Pacto Verde Europeo
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