

¿Tiene el PP, algo que ofrecer?
–que enlazo en el primer comentario por si alguien quiere leerlo-, que el PP carecía de proyecto alternativo a la “destrucción del sanchismo”. Que tras ese eslogan se esconde todo un cúmulo de intenciones no expuestas porque, electoralmente, no son rentables.
Pero quienes solemos leer algunos de esos medios “influyentes” en las derechas -no me refiero a los panfletarios que solo expanden bulos y casquería, sino a los influyentes de verdad- podríamos convenir que aquello que el PP oculta, se asoma a las páginas de esos medios.
Por eso, desde hace ya un tiempo, esos “medios influyentes” vienen publicando una serie de artículos y “tribunas”, con firmas de “plumas pata negra” del neoliberalismo, en las que intentan enfrentar a las generaciones jóvenes con las generaciones de sus padres o abuelos.
Atacan al sistema público de pensiones y lo responsabiliza de la precariedad del empleo de los jóvenes, a los que augura “que no cobrarán pensión de jubilación cuando les llegue la edad”.
Independientemente de la ruindad que supone la intención de enfrentar a unas generaciones con otras, todo el entramado argumental de los artículos y tribunas parten de unas premisas falsas y mentiras groseras,
Esto de atacar al sistema público de pensiones no es nuevo, llevan así casi cuarenta años. Recordemos uno de esos estudios que, allá por el año 2000, realizaba y publicaba una, hoy extinta por fusión, entidad bancaria en el que auguraba la quiebra del sistema de pensiones. Quiebra que se produciría como consecuencia de la demografía española.
Decía ese estudio que la proyección de crecimiento de la población española nos llevaba a un escenario de 39 millones de personas en el año 2010.
La realidad fue bien distinta, la población española en 2010 alcanzó las 46.667.175 personas, Cifra que suponía un incremento de 180.554 habitantes con respecto al año anterior.
Pues basados en ese estudio, se publicaron cientos, si no miles, de artículos anunciando la inmediata quiebra. Quiebra que, como el apocalipsis, nunca llegó.

Apocalipsis, sueños del PP
Ahora, en nuestros días, visto el fracaso de pronósticos, han cambiado la estrategia. Ahora se trata de enfrentar a jóvenes con mayores:
“Los jóvenes cobran muy poco, mientras los jubilados tienen pensiones muy altas”. “Los mayores son los responsables de los problemas que tienen los jóvenes”.
¡Habrá mayor vileza en esa campaña!
Otras vulgares falacias, pues ni todos los jóvenes tienen “salarios de miseria”, ni todos los jubilados tienen pensiones altas. Falacias que repiten en artículos escritos, en las tertulias de radio y tv, y que se propaga en los medios digitales y las redes sociales.
Pero si ahondamos algo en el asunto, veremos que los mismos que dicen estas patrañas, son los que escriben artículos contra la subida del Salario Mínimo, contra el incremento salarial en los convenios y, por supuesto, contra la revalorización de las pensiones acorde con el IPC. Son defensores del mantenimiento de la pobreza, a la vez que depredadores de lo público.
Una mirada, con alguna perspectiva histórica, a nuestro sistema público de pensiones, nos lleva a recordar que existe el llamado “Pacto de Toledo”, por el que se creó El Fondo de Reserva de la Seguridad Social” algo que, popularmente, se conoce como “hucha de las pensiones”. Pues esa “hucha” llegó a tener un fondo de casi 68.000 millones. Millones que fueron dilapidados por los gobiernos del PP.
Varios fueron los motivos para esa dilapidación.
Las políticas laborales de creación de empleo, se basaron en la deducción de cotizaciones a la Seguridad Social. Es decir, a la Seguridad Social se le metió en un círculo vicioso: Se le privaba de ingresos, al no recibirlos por cotizaciones y, a la vez, se le endosaban compromisos de pago futuros.
La utilización de los recursos de las pensiones como instrumento para reducir el paro a base de empleo precario, se demostró todo un fracaso y con la disminución de ingresos se obligó, a la Seguridad Social, a tener que echar mano de la “hucha”, extrayendo unas cantidades que vulneraban la propia Ley, que limitaba las cantidades a extraer a un máximo del 3% de la totalidad del fondo, por lo que el PP cambió la ley y dejó en suspenso esa limitación durante un periodo de cinco años.
De igual manera, los gobiernos del PP utilizaron los fondos de la “hucha” para “autocomprar” deuda pública. Es decir, el Tesoro (el Estado) emitía deuda pública y la compraba (el Estado) por medio del Fondo de Reservas. Y esto se hacía a espalda del Pacto de Toledo, siendo conocido con posterioridad a llevarse a cabo.
Si repasamos los medios de comunicación de la época, veremos, como la prensa española callaba –salvo raras excepciones-, mientras algunos medios extranjeros titulaban:
El Financial Times calificaba a Mariano Rajoy como “político provinciano” y a Luis de Guindos como “el peor ministro de economía de Europa”. Para empezar, no está mal.
El semanario alemán Der Spiegel consideraba que el gobierno español estaba saqueando el fondo de reserva de las pensiones. “España ha saqueado en silencio la hucha más grande del país”, Tampoco es “moco de pavo”
El diario The Wall Street Journal –medio muy escorado a la derecha y que defensor de los intereses económicos y financieros- publicaba, el 3 de enero de 2013, un artículo con el siguiente titular: “España usa fondos que respaldan el pago de pensiones para comprar deuda soberana”. Toda una llamada de atención sobre la insolvente política económica que practicaba el gobierno del PP.
Otro diario económico alemán –de nombre impronunciable- el Deutche Wirtchafts Nachwischten, titulaba, al día siguiente, 4 de enero de 2013, “Saqueo de los fondos de pensiones para comprar bonos del Gobierno de España”.
En el desarrollo de la noticia se recogen párrafos como estos: “al menos el 90%de los activos totales de los fondos de pensiones del Estado español convertidas en bonos de España.
El Gobierno de España especula con el dinero de sus jubilados, arriesgando más que sus ahorros”. Para acabar, con el repaso de medios, no está nada mal.
Pero no quedan aquí las falacias de los “neoliberales” que atacan el sistema público de pensiones. Ocultan que en gran parte de los países las pensiones se nutren de las cotizaciones de los trabajadores activos y de aportaciones del Estado. Tampoco dicen nada sobre el que la Seguridad Social ha venido pagando, hasta hace unos años, con “fondos propios” las pensiones no contributivas, algo que corresponde pagar al estado con cargo a los Presupuestos Generales.
El cálculo que diversos expertos han realizado sobre la cantidad pagada por la Seguridad Social, durante más de 30 años, en pensiones no contributivas- que no le correspondían- se estima en torno a 300 mil millones.
Como vemos cifra más que suficiente para acabar con las deudas de la Seguridad Social y rellenar “la hucha” de manera que aseguraría el futuro de varias generaciones.
Si después de leer lo expuesto no llegamos a la conclusión que el verdadero interés en acabar con el sistema público de pensiones estriba en desplazar todo ese dinero hacia los fondos privados, es que, con urgencia, debemos acudir al oftalmólogo.
La Seguridad Social mueve en pensiones unos 200 mil millones de euros anuales, una cifra demasiado golosa para que bancos, entidades financieras y fondos de inversión, no estén tentados por ella. Ahí está el verdadero interés al que los sicarios neoliberales no dudan en servir.
Hablan de la quiebra del sistema de pensiones, mientras fomentan la evasión fiscal. Son los mismos que articulan chiringuitos financieros para evadir impuestos. Este año, la AEAT ha recaudado casi 19.000 millones en su lucha contra el fraude fiscal, pero se calcula que el fraude fiscal está en torno a los 90.000 millones, gran parte de este ligado a las empresas del Ibex.
Hablan, estos neoliberales, que la presión fiscal española es muy elevada, cosa que no es cierta, pues los datos de la Oficina Europea “Eurostar” nos dice que la media de la Unión Europea en el año 2023 –último año disponible- fue del 41,2%, mientras que en España fue del 38,3%. Tampoco dicen, que es la clase trabajadora la que iguala la media europea, mientras que son los adinerados los que están, a la hora de pagar impuestos, por debajo del nivel europeo, pero claro, claman contra el impuesto a las grandes fortunas.
Tampoco hablan estos “neoliberales” que el nivel de la economía sumergida en España se acerca al 25%. Que, de aflorar solo una parte de esa economía, los ingresos del Estado crecerían en torno a 40.000 millones. Dinero que podría ir destinado a políticas públicas de Sanidad, Educación o desarrollo de infraestructuras.
No, el neoliberalismo no está preocupado por nuestro futuro como trabajadores o pensionistas, solo están preocupados por ver como meten la “mano en la caja”, Porque para ellos, lo de menos en el nivel y calidad de vida de la mayoría social.
No, para ellos, lo importante es buscar las formas para que los ricos sigan incrementando sus patrimonios a costa de empobrecer a la mayoría social.
No quieren un país próspero, quieren un país donde se pueda especular sin impedimento alguno, y si hay un gobierno que ponga las más mínimas trabas a ese deseo, pues no tienen reparos en acabar con él sin reparar en medios y utilizando técnicas golpistas.
Luego sale el presidente de la patronal y dice sandeces como estas: “¿Tú crees que Carlitos trabaja 37 horas y media a la semana?” o esta otra de: ”En España mucha gente no quiere trabajar”.
Frases más propias de “barra de bar” que del máximo representante de los empresarios españoles. A los que habría que recordarles que, Alcaraz es un deportista de élite que gana millones y que en España no es que haya “gente que no quiere trabajar”, lo que si hay es alguna gente que no está dispuesta a trabajar por salarios de mierda y en condiciones precarias. A lo mejor, si pagasen buenos salarios, no tendrían problemas en encontrar trabajadores.
De la explotación de personas migrantes hablaremos otro día, pero no resulta decoroso clamar contra la inmigración a la vez que se les explota en diferentes sectores laborales, principalmente el campo y la hostelería.
Pero esa es la España -de cerrado y sacristía, que diría Machado- por la que abogan las derechas. La España en la que nadie ose tocar privilegios y fortunas.