Relaciones internacionales, relaciones humanas que no entienden de distancias
Por Ana Núñez (ananunez@revistanuve.com)
12 de julio de 2018
Nagisa Takahashi marchó de Japón hace ya un año para estudiar español en Madrid, “una ciudad muy internacional y avanzada en temas de género”, que despiertan en ella especial interés: “ahora veo más claro el problema o espacio que hay que avanzar en Japón al respecto, y cuando vuelva me gustaría aportar al empoderamiento de las mujeres”.
Takahashi aprende español mientras cursa un master de cooperación internacional conjunto entre la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en cuyo rectorado la hemos conocido, inmersa en una jornada de conmemoración del 150 aniversario de las relaciones diplomáticas entre Japón y España.
La UPM ha celebrado la efemérides con este evento, pensado para dar a conocer las relaciones académicas que mantiene con las universidades japonesas y que, según el profesor Juan Manuel Muñoz, “son muchas y creemos que han tenido un gran éxito”, algo que pueden apreciar “las empresas japonesas que están en España y las empresas españolas que están en Japón”.
Muñoz recuerda que ambos países cuentan con financiación para proyectos de investigación conjuntos, y por eso “queremos que vengan las empresas, que conozcan qué posibilidades hay de colaboración, porque hay muchas posibilidades de poder financiar proyectos conjuntos en los que tanto profesores como estudiantes pueden participar”. Considera también interesante la “buena oportunidad para que los ingenieros españoles vayan a trabajar a Japón”, un país cuyo envejecimiento demográfico habrá de ser paliado en un futuro con la inmigración.
Manuel Sierra, director de Cooperación de la UPM y organizador junto a Muñoz de la jornada, se encarga de las relaciones de su universidad con Japón, un país que le robó el corazón en 1998, durante su primera visita para realizar su tesis: “descubrí lo interesante que es el país y las oportunidades que ofrece a un estudiante de la UPM”. Durante aquella estancia, Sierra se quedó con “la manera que tenían de trabajar: me encantaba, había un contacto continuo y directo con los profesores y el jefe de laboratorio”, que completaban un estricto seguimiento y alta exigencia en el trabajo con actividades sociales, visitas culturales y tiempo compartido en comidas y cenas, “disfrutando del compañerismo con los profesores y el resto de alumnos, que servía para impulsar las relaciones. Al final, aunque se trabajaba duro, todo el mundo estaba muy contento”.
Desde su experiencia y como responsable en su universidad de las relaciones con el país nipón, Sierra trabaja para “que los estudiantes de la UPM puedan aprender no sólo a trabajar de manera tan eficiente como los japoneses, sino también a integrarse en esa cultura diferente, que hace que al final todos estén a gusto”. Y recuerda que “las relaciones internacionales tienen mucho que ver con el aspecto humano y hay que potenciarlo, porque al final eso resulta en científicos mucho mejores”.
Viajar ayuda a entender ambas culturas, según el profesor del Tokyo Institute of Technology, Naoto Ohtake, “porque la cultura japonesa es totalmente diferente de las culturas europeas: hay una enorme distancia entre nosotros, también en lo que se refiere a la cultura”, a lo que se suman grandes diferencias en los sistemas académicos. Por eso, un intercambio “es una experiencia muy buena para los estudiantes, para cambiar su mentalidad y crecer, y eso es maravilloso”.
Viajar también conlleva ventajas para los investigadores, afirma Ohtake: “hoy en día necesitamos de la colaboración internacional para lograr fondos, no sólo en Japón, sino también en España, y por eso los programas de colaboración son muy importantes desde el punto de vista científico y también político, ya que nos permiten participar en los nuevos sistemas de presupuestos”.
Al conversar sobre colaboración internacional, Ohtake recuerda con cariño el inicio de las relaciones diplomáticas entre su país y España: “en 1868 finalizó el periodo Edo y se inició una revolución en Japón”-explica- “sólo hace 150 años y justo después comenzó la colaboración entre Japón y España, que nos ha ayudado mucho desde que iniciamos nuestros cambios. Por eso, doy las gracias, Japón da las gracias a España.”