El cerebro reacciona ante una experiencia virtual como si fuera real
Una nueva investigación ha comprobado que el hecho de usar un palo virtual para acariciarnos la otra mano virtual provoca un hormigueo en la mano física acariciada, a pesar de que está fuera de la experiencia virtual.
La sensación táctil fantasma, que experimentan personas que utilizan entornos de realidad virtual, se describe como una vaga sensación de tacto físico cuando, por ejemplo, un usuario entra en contacto con el avatar de otro usuario en un entorno de realidad virtual.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Bochum, en Alemania, ha realizado un estudio para comprender mejor los mecanismos cerebrales que subyacen a estas sensaciones. Los resultados se han publicado en la revista Scientific Reports.
En este estudio participaron 36 voluntarios que usaban gafas de realidad virtual. Primero, se acostumbraron al entorno de realidad virtual moviéndose y tocando objetos virtuales. Luego se les asignó la tarea de tocarse la mano virtual con un palo virtual mantenido con la otra mano.
Experiencia virtual
Es decir, los participantes tenían que tomar un palo virtual y tocarse la otra mano virtual con ese palo virtual como si estuviera acariciándose la otra mano.
Puede parecer muy placentero, pero la mano física no tendría que percibir ninguna sensación cuando interactuba con la otra mano virtual porque la mano física estaba fuera y no formaba parte del espacio virtual.
Pero no es así. La mano física sintió un hormigueo cuando su correspondiente mano virtual era acariciada con un objeto virtual, según constató esta investigación. Realmente podemos sentir cosas que no existen.
Impacto sensorial
El proceso para llegar a esta constatación no fue sencillo. En primer lugar, se preguntó a los participantes si sentían algo físicamente, por el mero hecho de “tocar” un objeto virtual. Si no sentían nada, se les permitía seguir tocándose y se volvía a hacer la pregunta más tarde. Si sentían sensaciones físicas, se les pedía que las describieran y calificaran su intensidad en diferentes ubicaciones de las manos. Este proceso se repitió para ambas manos.
La mayoría de los participantes informaron consistentemente que la sensación era de “hormigueo” en la mano física mientras veían los toques de un palo virtual con su otra mano virtual.
Toque fantasma
Eso significa que, de alguna forma, percibieron en el cuerpo una reacción sensorial directamente relacionada con una experiencia virtual, con un toque fantasma.
En un experimento de control se investigó si también se podían percibir sensaciones físicas similares sin contacto visual con objetos virtuales.
En esta fase se utilizó un pequeño puntero láser en lugar de un palo virtual para tocar la mano virtual. Este experimento de control no provocó en los participantes la sensación física de un toque fantasma, lo que sugiere que la ilusión del tacto fantasma es exclusiva del toque virtual.
Explicación cerebral
Los investigadores aclaran en su artículo que el tacto fantasma puede experimentarse porque las señales visuales que percibimos de la experiencia virtual modulan la actividad cerebral relacionada con las sensaciones táctiles.
Es decir, que cuando vemos nuestra mano izquierda virtual acariciada por un palo virtual que movemos nosotros con la mano derecha, el cerebro reacciona como si nuestra mano izquierda fuera real y no meramente virtual. Por eso sentimos el hormigueo en nuestra mano izquierda física, característico de una experiencia sensorial placentera.
Los autores sugieren incluso que esa sensación se puede conseguir a través del así llamado esquema corporal, la imagen mental de nuestro cuerpo que usamos para planificar nuestros movimientos: el cerebro usaría esa información táctil, archivada desde nuestra infancia, para provocar el hormigueo.
Ilusión fantasma
El nuevo descubrimiento sobre la ilusión del tacto fantasma abre nuevas posibilidades para futuras investigaciones sobre la percepción humana y también podría aplicarse en los campos de la realidad virtual y la medicina, señalan los investigadores.
Christian Klaes, miembro del Departamento de Investigación de Neurociencia de la Universidad del Ruhr, afirma en un comunicado: “esto podría incluso ayudar a profundizar en la comprensión de las enfermedades y trastornos neurológicos que afectan a la percepción del propio cuerpo”.
El equipo de Bochum tiene previsto continuar su investigación sobre la ilusión del tacto fantasma y los procesos subyacentes. Por este motivo, se ha iniciado una colaboración con la Universidad de Sussex.
Referencia Phantom touch illusion, an unexpected phenomenological effect of tactile gating in the absence of tactile stimulation. Artur Pilacinski, Marita Metzler & Christian Klaes. Scientific Reports volume 13, Article number: 15453 (2023). DOI:https://www.nature.com/articles/s41598-023-42683-0
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