Niños y tecnología: un arma de doble filo
¿Son realmente las pantallas tan perjudiciales?
Barcelona, mayo 2021 – La irrupción y popularización de las nuevas tecnologías de la información, la comunicación y el aprendizaje irrumpieron, poderosamente, en nuestras vidas, hace ya más de un decenio, cuando el teléfono móvil con conexión a Internet llegó a nuestras manos. Sin duda, la posibilidad de disponer de las mismas ventajas que daba hasta entonces un ordenador, pero sin ataduras físicas ni temporales, cambió radicalmente nuestros hábitos: de la pantalla grande a la pequeña, de la conexión intermitente a la permanente y de la conexión inmóvil a la móvil.
Estos son solo algunos cambios producidos en el mundo adulto, los que gozan de más visibilidad, pero la realidad es que existen también otros, ya consolidados o en vías de consolidación, que afectan de lleno a los menores, en el terreno familiar y escolar.
E-learning Niños y tecnología: un arma de doble filo Niños y tecnología: un arma de doble filo Niños y tecnología: un arma de doble filo
Hoy es una realidad en el mundo adulto, la universidad a distancia existe desde hace ya más de dos decenios en nuestro país, pero el confinamiento domiciliario de marzo de 2020 puso a prueba en las etapas obligatorias del sistema educativo. Si bien hay consenso en el debate educativo que en circunstancias normales no es indicado para la etapa de primaria, ya hay más dudas en la secundaria y, sobre todo, en el bachillerato y en los ciclos Formativos.
A pesar de los indudables beneficios del e-learning, el período de teleaprendizaje forzoso del último trimestre del curso 2019-2020 puso de relieve que el sistema educativo público, en sus etapas obligatorias, no se encontraba todavía en disposición de acometerlo con éxito.
La incorporación de tecnología en la escuela es un hecho más que consumado, a pesar de que se haya hecho de un modo irregular y errático. Mientras unas pocas escuelas ya contaban con ella de forma positiva, habiendo hecho previamente el necesario debate pedagógico y habiendo aplicado la necesaria transformación metodológica, lo más común todavía es adoptarla sin introducir cambios metodológicos fundamentales y aplicar una simple sustitución de medios y soportes.
Más a menudo, el mal uso de la tecnología en la escuela es fuente inagotable de conflictos y problemáticas en el aula (y fuera) y de frustraciones entre un profesorado muy erosionado por esta falta de reflexión y preparación, además de otros inconvenientes circunstanciales como son las incidencias en terminales y, sobre todo, en instalaciones.
Rendimiento académico
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El rendimiento académico está íntimamente relacionado con la evaluación y, por lo general, las escuelas evalúan todavía de forma tradicional, o sea, mediante pruebas escritas, ya sean exámenes o trabajos 1.0, mientras se desarrolla un aprendizaje por competencias y con nuevos recursos tecnológicos.
Lamentablemente, este es uno de los desajustes a corregir a lo más breve posible: transformar la metodología educativa en todos sus ámbitos, también en la evaluación del rendimiento escolar. ¿Cómo se pueden evaluar alumnos sensiblemente diferentes, que utilizan poderosas herramientas tecnológicas, con unas pruebas de evaluación todavía mayormente memorísticas?
Coeficiente intelectual
Hoy seguimos leyendo libros, pero también leemos en pantallas. Y no se lee del mismo modo: mientras el libro se lee de forma lineal, de principio a fin y de arriba abajo, la pantalla está modificando esta mecánica de lectura.
Un estudio de seguimiento ocular del Dr. Jakob Nielsen en 2006 concluyó que el lector de Internet no lee linealmente, sino que hace un scan de la pantalla en forma de F, es decir, leemos sin llegar a su fin las dos primeras líneas del texto y vamos descendiendo, como buscando un punto de interés. Así pues, leemos mucho más en la parte izquierda de la pantalla que en la derecha y, en total, menos de un 20% del contenido de una página web. Otros estudios han llegado a conclusiones similares.
Un estudio contemporáneo realizado por el profesor David Nicholas en el University College of London entre jóvenes de 12 a 18 años determinó, de un lado, que los jóvenes son seis veces más rápidos que los mayores en la lectura y, por tanto, también en la navegación por Internet, pero, por el otro, que Internet disminuye su capacidad de concentración, así como la capacidad de estos jóvenes para leer y producir textos largos.
Así pues, podemos afirmar que la lectura está evolucionando ante la pantalla más bien hacia una exploración superficial, en oposición a la lectura pormenorizada del libro.
Además, nuestro cerebro es plástico y se adapta a nuevas circunstancias modificando su estructura. Algunos estudios como el de Gary Small (2008), catedrático de Psiquiatría de Ucla y director del Centro de Memoria y Envejecimiento, demuestran que el uso continuado de herramientas digitales como los buscadores estimula de manera importante el trabajo de zonas cerebrales dedicadas a la toma de decisiones y la resolución de problemas.
Por contra, el neurocientífico Michel Desmurget, director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud de Francia refiere, en su libro La fábrica de cretinos digitales (2020), que varios estudios han demostrado que cuando aumenta el uso de la televisión o los videojuegos, el coeficiente intelectual disminuye. Afirma también que los nativos digitales son ya la primera ola de niños con un coeficiente intelectual menor que el de sus padres.
Pantallas recreativas
En Francia también, Premières Lignes Télévision rodó en 2017 un reportaje donde la Doctora Anne-Lise Ducanda, responsable de Protección Maternal e Infantil en Essonne alertaba de que el uso abusivo de las pantallas de móviles y tabletas puede provocar trastornos del lenguaje i del sueño en los más pequeños, pero también graves consecuencias en los más mayores.
Algunos líderes de la industria de las redes sociales reconocen incluso que estas se basan en el estímulo de los circuitos neuronales de la recompensa, o sea, en la segregación de dopamina, más conocida como la “hormona de la felicidad”, buscando crear adicción en el usuario.
Three Points, la escuela de negocios digital de Planeta Formación y Universidades
Three Points es la nueva escuela de negocios digital de Barcelona con titulación propia acreditada por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). El principal objetivo de Three Points es acompañar a las personas que deben liderar hoy la digitalización de las organizaciones conectando la formación en competencias digitales con el necesario cambio cultural vigente tanto en la sociedad como en el nuevo paradigma laboral.
Three Points pertenece a Planeta Formación y Universidades, la división de formación de Grupo Planeta, una red internacional de educación superior que cuenta con veinte instituciones educativas en España, Francia, Italia, Norte de África y Colombia. Cada año más de 100.000 estudiantes procedentes de más de 114 nacionalidades distintas, se forman a través de sus escuelas de negocios, universidades, escuelas superiores especializadas, centros de formación profesional y continua.
Informe: A un año de Covid-19: el auge de la transformación digital
El 14 de marzo de 2021 se cumplía un año del primer decreto de Estado de Alarma en España que supuso el inicio del primer confinamiento, y la asunción de la gravedad de la pandemia vírica de la Covid-19. Un año después parece que estamos en la recta final de la lucha contra el virus.
En este contexto, el objetivo de este informe es analizar del impacto de la Covid-19 en los procesos de transición digital, en organizaciones, negocios y profesionales.
En primer lugar, la Covid ha sacado a relucir las carencias de algunas organizaciones, debido a una mala planificación y a la falta de inversión en tecnología y su aplicación al negocio. La Covid le ha sacado los colores a más de una organización que no ha sabido cómo gestionar el teletrabajo de sus trabajadores o que no tenían un mínimo de caja para hacer frente a imponderables hasta que se organizaran los planes de ayuda en cada país.
En segundo lugar, un proceso de Transformación Digital es un proceso de Gestión del Cambio. Y, finalmente, la pandemia ha acelerado las tendencias subyacentes que ya estaban en marcha. Los procesos de Transformación Digital, en las organizaciones no son nuevos ni algo derivado de la pandemia. Éstos ya existían y, en muchos sectores, llevan años implementándose.
EL CONSUMIDOR CADA VEZ MÁS VOLÁTIL
En un año han cambiado muchas cosas desde el punto de vista del consumidor. En la mayoría de casos han sido cambios forzados y obligados por las circunstancias, principalmente el confinamiento, pero que han supuesto un cambio de hábitos, muchos de los cuáles quedarán una vez superemos la pandemia y volvamos a la llamada «nueva normalidad».
El comportamiento del consumidor suele ser una de las principales variables en los cambios en la demanda. Este comportamiento está influenciado por dos elementos que se suelen manifestar frecuentemente cada cierto tiempo: uno es el cambio generacional y otro es el avance tecnológico.
El auge del e-commerce
Se aprecia claramente el aumento de gasto en las compras en canales online (e-commerce) sobre el total de las ventas durante el pasado año. Gran parte de este aumento se explica por el confinamiento que, en mayor o menor grado, ha habido en muchos países que ha supuesto el cierre de la mayoría de las tiendas físicas. Los canales digitales se han convertido en la única posibilidad de compra en la mayoría de categorías de producto.
Una parte importante de este crecimiento se consolidará una vez recuperada la normalidad, por la conveniencia y comodidad de los canales digitales y, una vez perdido el miedo a lo digital, las compras online habrán dado un salto cuantitativo importante, hasta el punto de tener que repensar los puntos de venta físicos.
Repensar no quiere decir que vayan a desaparecer las tiendas, si no que se tendrá que profundizar en la confluencia entre los diferentes canales de contacto de las marcas, es lo que en los últimos años hemos denominado como omnicanalidad, y que tras el confinamiento será el nuevo estándar en el e-commerce.
La consolidación del streaming de contenidos
El negocio de streaming de contenidos es millonario. Actualmente, en el mundo hay 850 millones de hogares suscritos a las plataformas existentes, junto con más de 2.000 millones de teléfonos inteligentes que permiten un fácil acceso a la transmisión de contenidos en cualquier formato (texto, video, audio). A grosso modo, un tercio de la población del planeta está enganchada a una pantalla.
A un ritmo de estrenos de casi 550 series el último año, el streaming ha revolucionado el mundo del entretenimiento y se ha consagrado en tiempo récord, (poco más de una década) como la opción por defecto de nuestro tiempo delante de las pantallas.
Las plataformas en su lucha por conseguir suscriptores están produciendo mucho contenido. Es la época dorada de la producción audiovisual, ya que el contenido es el principal reclamo de estas plataformas para adquirir nuevos usuarios. Por lo que, en el momento en que está el sector, todas las plataformas están produciendo contenido para aumentar suscriptores.
Pero ¿hay mercado para tanta oferta? La cuestión anterior no es tanto una cuestión de dinero, de pagar varias plataformas sino de tiempo: ¿de dónde vamos a sacar el tiempo para ver todo lo que queremos? El recurso escaso es el tiempo, no tanto el dinero.
Actualmente, hay una lucha por la atención fruto de las posibilidades abiertas por las tecnologías digitales. Una atención que es escasa y reducida, por lo que hay que elegir entre tanta abundancia.Tras el confinamiento, veremos cuánta de esta nueva demanda es coyuntural y, por tanto, esos suscriptores que vuelvan al trabajo y a salir de casa desaparezcan, o si bien continuarán, ya que se ha formado un nuevo hábito.
La economía de la suscripción
Más interesante que el auge de las plataformas de streaming es el modelo de negocio que implementan basado en la suscripción. Un modelo que está ganando adeptos en otros negocios ante el éxito de las plataformas de streaming de contenidos.
Las tecnologías han habilitado nuevos modelos de negocio que hace pocos años eran impensables. Uno de los más sorprendentes es el freemium en el que una parte de los usuarios utilizan gratis los servicios de una empresa, y solo un pequeño porcentaje paga por su uso. Este tipo de negocios, que serían ruinosos en otras circunstancias, ahora tienen sentido por la escalabilidad del software; su capacidad de llegar a mucha gente de forma muy eficiente.
La industria del entretenimiento fue pionera en la economía de la suscripción, pero ahora está llegando a otras industrias, incluso en sectores inimaginables hasta hace poco como el consumo de energía o empresas alimentarias. En cada segmento operan decenas de firmas que simulan el modelo de las plataformas de streaming.
Si se consigue dar con la tecla —cosa que no siempre ocurre—, este modelo de negocio puede llegar a ser muy rentable a medio plazo. En épocas de crisis, como las actuales, se está mostrando como un modelo más resiliente por su mejor adaptación a la demanda y a la evolución del poder adquisitivo de los consumidores.
ORGANIZACIONES: TRANSICIÓN DIGITAL O MORIR
Vivimos una transición de lo analógico a lo digital. Esta evolución es dispar en función del mercado geográfico e industria que analicemos, pero es imparable. Y si alguien tenía dudas, esta pandemia las ha disipado. Por lo que podemos decir que en el futuro todas las compañías serán tecnológicas.
Las organizaciones han tenido que afrontar retos enormes en pocas semanas y, la gran mayoría ha sabido hacerlo, demostrando que es necesario un mínimo nivel de tensión y sentimiento de urgencia para concienciar e implementar el cambio. La Covid ha sido la excusa perfecta para que muchas compañías aceleren en el tiempo.
Trabajo remoto
En épocas de Covid, de confinamiento y de restricciones de movilidad, el trabajo remoto ha sido de los cambios más destacables por la magnitud de su impacto.
Ha sido un reto inmenso que va más allá de tener los recursos y herramientas tecnológicas para hacerlo efectivo; el trabajo remoto supone una nueva forma de organizar el trabajo, de gestionar la colaboración entre equipos, de saber interaccionar virtualmente con personas con las que estás acostumbrado a tratar presencialmente. Es un cambio muy profundo que todavía estamos asumiendo, y de cuyo impacto en el negocio y en las personas aún es pronto para valorar.
La gran duda respecto a esta tendencia es cuánto trabajo remoto nos dejará la nueva normalidad post-Covid.
Data Driven Everything
Si «lo digital» es lo que define la sociedad en la que vivimos, los datos son la materia prima de esta tecnología. La importancia de los datos no es nueva de la pandemia, lo que ha cambiado es el volumen, la velocidad en la que se capturan, la variedad de fuentes desde la que provienen, su fiabilidad, su estructura, entre otros, por lo que sin ser algo novedoso, el salto cualitativo y cuantitativo que hemos experimentado demanda nuevas herramientas y metodologías.
La tecnología es un medio y no un fin dentro de las organizaciones. Todas estas herramientas, metodologías y tecnologías que se han introducido en el área de marketing para el análisis de datos tienen como objetivo la identificación de oportunidades de negocio, de nuevos de patrones de consumo, nuevos segmentos de mercados no detectados o nacientes, patrones de pérdidas de clientes, etc.
Esta tendencia ya era clara antes de la pandemia. Ahora con la enfermedad de la Covid se han producido cambios drásticos en los patrones de consumo en muy poco tiempo. Para dar respuesta a estos cambios, las organizaciones han de desarrollar nuevas competencias profesionales digitales y eso pasa por reeducar a una parte importante de sus trabajadores.
¿Cómo han reaccionado las compañías?
La tecnología ha pasado a ser un elemento estratégico critico en las organizaciones. Muchas compañías ya no ven a la tecnología como una fuente de ahorro de costes y mejora de eficiencia, sino que ahora tiene que ser decisiva en la creación de nuevos modelos de negocio. Ha de ser una fuente de beneficios y no solo de ahorro.
No deja de sorprender que tenga que acaecer una pandemia global para llegar a esta conclusión que para muchas organizaciones, sobre todo en el sector tecnológico, era una evidencia hace años. La mejor prueba de ello es la incorporación de los CTO (Chief Technology Officers) en los Comités de Dirección de muchas compañías. Si la tecnología es estratégica tiene sentido que la persona responsable de su gestión ocupe un cargo relevante dentro de la organización.
El resurgimiento de las criptomonedas y los tokens
Otro de los eventos significativos durante el pasado año 2020 es el renacer del movimiento crypto, cuyo máximo exponente es la criptomoneda Bitcoin.
Todo lo que rodea a la tecnología Blockchain y las criptomonedas es un cuestionamiento de la base de nuestro sistema económico y social basado en instituciones centralizadas donde unos pocos deciden sobre otros muchos.
El movimiento crypto cuestiona estos planteamientos y propugna alternativas descentralizadas donde la confianza entre las partes emana de la tecnología y no de la voluntad de las personas. Es una propuesta conceptualmente radical y no exenta de altas dosis de idealismo que hasta la fecha era una quimera, pero que ahora la tecnología puede hacer posible.
Esta tendencia, iniciada en el año 2020, sigue consolidándose durante el año 2021. Durante los primeros dos meses de 2021, se han transaccionado más de $2 billones en criptoactivos, más de $700 mil millones de transacciones en redes públicas de Blockchain, y más de $500 millones en volumen de ventas de objetos de colección y arte basados en tokens digitales NFT.
Conclusiones
Como cierre de este informe recalcar la idea principal con la que lo abríamos: todavía es pronto para hacer una valoración sobre el impacto de la pandemia en el devenir de organizaciones y profesionales.
Los aspectos comentados en este informe no dejan de ser cambios evidentes que ya estaban pasando en algunos sectores más intensivos en el uso de las tecnologías, y que la Covid ha hecho extensivos a otros sectores, pero habrá otros colaterales que todavía no se manifiestan, o que no son visibles, que pueden tener un impacto relevante a medio y largo plazo.