La actividad física puede atenuar un 36% el riesgo de mortalidad entre las personas de mas de 60 años
Un estudio internacional ha demostrado que atenuar mediante ejercicio físico el riesgo de mortalidad en gente anciana, frágil y con deterioro cognitivo
Fuente: Fundacion para el conocimiento Madri+d
Un estudio internacional liderado por la Universidad de Granada (UGR), en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid, el Instituto de Alimentación IMDEA, y el CIBER en Epidemiología y Salud Pública, todas estas instituciones en España, así como la Northeastern University en Estados Unidos, ha demostrado que la actividad física puede reducir un 36% el riesgo de mortalidad entre las personas cognitivamente frágiles.
Este estudio ha sido publicado esta semana en la prestigiosa revista Mayo Clinic Proceedings y forma parte de la cohorte de la Universidad Autónoma de Madrid, una cohorte representativa de la población española no institucionalizada de 60 años o más.
La fragilidad cognitiva es una manifestación clínica heterogénea caracterizada por la presencia simultánea de fragilidad física y deterioro cognitivo, en ausencia de demencia, y parece conllevar un mayor riesgo de muerte que la fragilidad física o el deterioro cognitivo por separado.
A pesar del efecto potencial de la actividad física regular para disminuir el declive cognitivo y su asociación con una menor mortalidad en individuos no frágiles, ningún estudio previo ha investigado si la actividad física podría atenuar el efecto de la fragilidad cognitiva en la mortalidad.
El estudio liderado por la UGR proporciona la primera evidencia empírica sobre el impacto de la actividad física sobre la mortalidad en individuos cognitivamente frágiles. Sus autores estudiaron a 3677 adultos mayores, con una edad media de 72 años, a quienes realizaron un seguimiento durante más de 14 años.
Estos resultados pioneros mostraron que la fragilidad cognitiva se asoció con un aumento de la mortalidad más marcadamente en adultos mayores inactivos y, lo que es más importante, ser físicamente activo puede reducir el riesgo de mortalidad entre los individuos cognitivamente frágiles en un 36%.
Irene Esteban-Cornejo, primera autora del estudio e investigadora de la Universidad de Granada, destaca las implicaciones clínicas del estudio y señala que “en comparación con los que eran robustos y activos, los participantes con fragilidad cognitiva e inactivos tenían el mayor riesgo de mortalidad”, lo que equivalía a ser casi 7 años mayor”.
Esta investigación puede tener implicaciones importantes, porque los niveles de actividad física se reducen drásticamente durante el envejecimiento, mientras que el deterioro cognitivo y físico ocurre naturalmente, afirma David Martínez-Gómez, coautor del estudio e investigador de la Universidad Autónoma de Madrid.
En este trabajo, la prevalencia de inactividad física en individuos cognitivamente frágiles fue de alrededor del 65%. Por lo tanto, “promover la actividad física entre individuos cognitivamente frágiles es crucial porque tienen margen de mejora y puede aumentar su supervivencia”. Sin embargo, se necesitan más estudios longitudinales y experimentales para esclarecer la importancia de la actividad física para disminuir la mortalidad en individuos cognitivamente frágiles.
Esteban-Cornejo y sus colegas concluyen que promover un estilo de vida físicamente activo podría ser una de las estrategias principales para mejorar el pronóstico vital en adultos mayores cognitivamente frágiles.
Los investigadores hacen un llamamiento a las Instituciones de Salud Pública para que prescriban actividad física regular como “medicamento” contra la mortalidad relacionada con la fragilidad cognitiva.
El deterioro cognitivo leve (DCL) es un estadio intermedio entre el deterioro cognitivo esperado debido al envejecimiento normal y el deterioro más grave de la demencia. Puede implicar problemas con la memoria, el lenguaje, el pensamiento y el juicio que son más significativos que los cambios normales relacionados con el envejecimiento.
Si tienes un deterioro cognitivo leve, puedes notar que tu memoria o tus funciones mentales se han “reducido”. Tu familia y amigos cercanos también podrán notar un cambio. No obstante, estos cambios no son tan graves como para que interfieran significativamente en tu vida diaria y actividades habituales.
Es posible que el deterioro cognitivo leve aumente el riesgo de padecer demencia en el futuro, causada por la enfermedad de Alzheimer u otro trastorno neurológico. Pero algunas personas con deterioro cognitivo leve nunca empeoran y algunas mejoran con el tiempo.
Atención del deterioro cognitivo leve en Mayo Clinic
Síntomas
El cerebro, como el resto del cuerpo, cambia a medida que envejeces. Muchas personas notan una reducción gradual de la memoria a medida que envejecen. Puede tomar más tiempo pensar en una palabra o recordar el nombre de una persona.
Sin embargo, la preocupación consistente o creciente sobre tu desempeño mental puede sugerir un deterioro cognitivo leve. Los problemas cognitivos pueden ser mayores de lo que se espera e indicar un posible deterioro cognitivo leve si presentas algunos de los siguientes síntomas o todos ellos:
- Te olvidas de las cosas con más frecuencia.
- Te olvidas de eventos importantes como consultas o compromisos sociales.
- Pierdes el hilo del pensamiento o de las conversaciones, los libros o las películas.
- Te sientes cada vez más abrumado al momento de tomar decisiones, planificar pasos para realizar una tarea o comprender instrucciones.
- Comienzas a tener dificultades para ubicarte en entornos familiares.
- Te vuelves más impulsivo o muestras un sentido de la realidad cada vez más deteriorado.
- Tus familiares y amigos notan todos estos cambios.
Si padeces un deterioro cognitivo leve, puedes presentar lo siguiente:
- Depresión
- Irritabilidad y agresión
- Ansiedad
- Apatía