Experiencias únicas para vivir en Japón
Dormir en un ryokan, disfrutar de un onsen o recorrer Kioto como una maiko (aprendiz de geisha) son algunas propuestas.
En la ciudad ninja de Iga y el pueblo Ninjutsu de Kōka se pueden encontrar museos, casas de ninjas con numerosos rincones secretos y actividades al aire libre de saltos y lanzamiento de shuriken.
La historia, la cultura, el patrimonio natural y las costumbres de Japón hacen que sea un país con atractivos únicos. Pero además, algunos de estos atractivos se han convertido hoy en experiencias únicas que sólo se pueden vivir en el País del Sol Naciente. Estas son algunas propuestas:
- Aprender la ceremonia del té
La ceremonia del té es conocida también como el camino del té, un ritual que consiste en preparar y ofrecer té verde a los invitados además de ser toda una filosofía sobre la forma de agasajar y de compartir el momento con los presentes. Esta práctica, originalmente muy popular durante el periodo del gobierno samurái, hoy se puede aprender a través de clases y talleres en las escuelas más grandes de las artes tradicionales incluso en algunos hoteles y también se puede asistir como invitados en numerosos establecimientos. Esta ceremonia, caracterizada por los movimientos y el protocolo a seguir según el tipo de té, tiene su origen en el budismo zen y el ritual invita a que todos los asistentes se concentren en la ceremonia y practiquen la máxima de vivir el momento.
- Alojarse en un ryokan y disfrutar de un onsen
Los ryokan son uno de los alojamientos tradicionales de Japón y una de las experiencias que más acercan al viajero al antiguo modo de vida en la cultura japonesa. En los hoteles ryokan las habitaciones son grandes estancias con suelos de tatami fabricados con paja de arroz y puertas correderas. La habitación principal, con una mesa y sillas bajas como único mobiliario, hace las veces de dormitorio, donde el personal del establecimiento extiende el futón antes del anochecer. En estos alojamientos es costumbre ponerse el yukata tanto para estar en la habitación como para pasear por el hotel, ya sea a la hora de la cena, la comida o el desayuno. Se trata de un kimono ligero de algodón que se complementa con el tradicional calzado japonés, las sandalias de madera geta. La práctica de ponerse el yukata forma parte de algunas normas de los ryokan, reflejo también del estilo de vida nipón.
La gastronomía de este tipo de alojamiento está basada en los productos locales y en platos de tradicionales japoneses. Además, la mayoría de los ryokan cuentan también con un onsen (baños termales), donde hombres y mujeres se bañan por separado. Esta relajante experiencia tiene también un protocolo particular, que entre otras cuestiones no permite el uso de bañador ni ningún otro tipo de traje de baño, y precisa enjabonarse y ducharse completamente antes de entrar en las bañeras de agua termal.
- Pasar la noche en un templo budista o alojamiento Shukubo
Alojarse una noche en un templo budista es una experiencia perfecta para culminar un viaje a Japón inolvidable. Se trata de una forma de experimentar en primera persona la vida y rituales de los monjes budistas. En algunos templos se autoriza la presencia de invitados durante la meditación Zazen (meditación sentada) y en las oraciones matinales, mientras que en otros sólo ofrecen habitaciones de pago para turistas. También se pueden realizar actividades como el shakyō o copiar manuscritos de sutras con tinta y pincel. Otro de los grandes atractivos es la degustación de la cocina japonesa vegetariana de los monjes, el Shojin-ryori. Entre las normas durante los días de convivencia se encuentra la de respetar los horarios del templo: cena a las 17:30 o 18:00 horas, dormir a las 21:00 horas y despertarse a las 05:00 horas, a la vez que los monjes.
Uno los lugares más destacados para disfrutar de esta experiencia es el Monte Koya, que además de contar con numerosos alojamientos de este tipo, es una zona de gran belleza natural.
- Divertirse en un matsuri
En cada estación se celebran por todo el país numerosos festivales vinculados con la historia de Japón, la cultura, la danza, la naturaleza… Los matsuri o festivales japoneses combinan rituales solemnes con un ambiente festivo y alegre. Los hay en todas las regiones y durante todo el año, pero, sobre todo, en verano, cuando los fuegos artificiales son protagonistas. Asistir es gratuito y es la ocasión perfecta de conocer desde dentro la cultura japonesa más tradicional.
Entre los más importantes, se encuentran: Sapporo Yuki Matsuri, el festival más grande de nieve y hielo donde se pueden observar grandes obras esculpidas en hielo; Aomori Nebuta Matsuri, que reúne a más de 3 millones de visitantes para contemplar sus bellas carrozas de papel; Akita Kantō Matsuri, famoso por el desfile de Kantō, un palo de bambú con ramas transversales de las que cuelgan 46 lámparas; o Gion Matsuri, el festival más importante de Kioto e inscrito como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, que muestra en un desfile las tradicionales carrozas, decoradas con antiguos tapices y telas.
- Convertirse en ninja, samurai o maiko por un día
Vestirse como un samurái, ser un ninja y aprender algunas de sus habilidades, recorrer Kioto o Kanazawa vestida como una maiko (aprendiz de geisha) son algunas de las vivencias que permiten a los viajeros mimetizarse con alguna de las figuras más destacadas de la historia japonesa. Por todo el país hay establecimientos que ofrecen el alquiler del disfraz y habitualmente se incluye una divertida sesión de fotos. Además, en la ciudad ninja de Iga y el pueblo Ninjutsu de Kōka se pueden encontrar museos, casas de ninjas con numerosos rincones secretos y actividades al aire libre de saltos y lanzamiento de shuriken (cuchilla arrojadiza japonesa, normalmente con forma estrellada).
Más información: www.turismo-japon.es