Prometernos convivencia en sociedad
Por CARLOS MAGRO.- Co.labora.red
Prometernos convivencia en sociedad, cada sociedad es responsable de lo que muestra y de lo que esconde (Fernando Broncano, 2019); de lo que deja en la oscuridad, o de a quienes deja en la penumbra, y de aquello que ilustra y aquellos a quienes ilumina. De lo que dice o permite que se diga, y de lo que calla o a quienes decide acallar. Cada sociedad es responsable de sus conocimientos y sus ignorancias.
Nuestra sociedad del conocimiento es también una enorme fábrica de ignorancia estratégica y de desinformación sistémica (Fernando Broncano, 2019). Hay todo un no-saber que es producido por la ciencia misma. El avance del conocimiento aumenta proporcionalmente el de los no-saberes (Jerome Ravetz, 1990).
Vivimos en una sociedad cada vez más consciente de estos no-saberes que progresa entonces, no tanto aumentando sus conocimientos, como aprendiendo a gestionar sus desconocimientos (Daniel Innerarity, 2009). Lo que no se sabe, el saber inseguro, las formas de saber no científico y las ignorancias no han de considerarse como fenómenos imperfectos sino como activos en un nuevo ecosistema de aprendizaje.
Así, aprender significa tomar decisiones sobre qué es lo relevante y lo irrelevante, hacia dónde mirar y cuándo y sobre qué velar la mirada, a quién escuchar y qué colectivos ignorar (Fernando Broncano, 2019).
Aprender se ha vuelto una actividad imprescindible. Aprender hoy no es tanto apropiarse de la verdad como ser capaces de dialogar con la incertidumbre (Edgar Morin). Aprender hoy es saber navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza (Edgar Morin. 1999), actuar sin saber qué sucederá, vivir en la incerteza sin sentirse inseguro. Aprender es lo que hacemos cuando no sabemos qué hacer.
Más que verdades cerradas, nuestro tiempo reclama diversidad. Más que lugares concretos para aprender necesitamos comunidades abiertas que nos permitan compartir nuestras dudas y nuestras prácticas. Más que suministrar respuestas correctas debemos aprender a hacernos las preguntas adecuadas. Más que perseguir infinitamente lo que pasa, debemos aprender a prestar atención a lo que nos pasa.
Aprender es escuchar (escucharnos) dice el precioso texto que hoy nos convoca aquí**. También es hablarnos. Conversar. Querer aprender expresa siempre el deseo de colocarse en relación a algo o a alguien. Aprender requiere una manera particular de mirar las cosas, las personas y los colectivos. Aprender es prestar atención a lo que nos rodea. Y es también prestarnos atención como comunidad. Es dar nuestra atención a algo o a alguien. Aprender es dar tiempo y darse tiempo. Aprender es dar y darnos a pensar. Aprender es cuidar y cuidarnos.
Nunca aprendemos nada totalmente solos. Aprender demanda la interacción e intercambio activo con otros, por lo que propiciar la posibilidad de intercambios, las acciones compartidas, el hacer juntos y el lenguaje colectivo se revelan como esenciales.
Aprender requiere sentirse apoyado y legitimado, saber que se tiene el derecho a ser curioso, a discutir, a llevar la contraria, a imaginar cómo las cosas podrían ser otra manera. Aprender es también poder hacernos colectivamente preguntas incómodas. Aprender juntos sería buscar respuestas a preguntas que nos interesan.
Uno de nuestros mayores fracasos es precisamente nuestra incapacidad para incluir a todos y todas en este ecosistema de aprendizaje. Expandir nuestra capacidad, como sociedad, de aprendizaje requiere crear un clima y un entorno de aprendizaje adecuado donde todo esto sea posible y se dé.
La sociedad del aprendizaje tal y como la definió Robert Hutchins en 1970 (una sociedad en la que el aprendizaje debería ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento) no será nunca el resultado de no hacer nada, ni de medidas aisladas y actuaciones desconectadas, sino la consecuencia de un proyecto construido y compartido por toda una comunidad. Un proyecto de todos, hecho entre todos y que atienda a todos. Un proyecto construido sobre los pilares de la colaboración, la cooperación, la confianza, la complicidad, el apoyo mutuo y la tolerancia. Un proyecto que nos permita pensar e incorporar también los márgenes del conocimiento, lo desconocido, lo incierto, lo ambiguo y lo incontrolable.
Aprender es una forma de relacionarnos y una manera de prometernos convivencia. (Antonio Lafuente, 2018)
“No queremos una verdad de otros a la que se nos invita, sino una verdad nuestra entre todos, hecha de fragmentos memorables que sólo existen por la convergencia con otras aportaciones tan minúsculas como indispensables“ (Antonio Lafuente, 2018).
No queremos una verdad que se haga al margen nuestro, sino una verdad que sea el resultado de una construcción relacional.
*He tomado prestado el título de Prometernos convivencia de este texto de Antonio Lafuente que inspira gran parte de este texto.
** Este texto está escrito para una jornada en Medialab Prado bajo el título Aprender es escuchar.
Bibliografía:
Fernando Broncano (2019). Puntos ciegos. Ignorancia pública y conocimiento privado. Lengua de Trapo
Robert Hutchins (1970). The Learning Society. Unesco
Daniel Innerarity (2009). La sociedad del desconocimiento en La sociedad de la ignorancia y otros ensayos. Libros infonomía.
No es cuestión de abandonar los libros. Es cuestión de cambiar la escuela