Premio Nobel de Medicina de 2020
Premio Nobel de Medicina de 2020 por el descubrimiento del virus de la hepatitis C
Amparo Tolosa, Genotipia
Los investigadores Harvey J. Alter, Michael Houghton y Charles M. Rice han recibido el premio Nobel de Medicina de 2020 por el descubrimiento del virus de la Hepatitis C.
Los tres científicos realizaron investigaciones esenciales para la identificación y detección del agente responsable de la hepatitis C, contribuyendo a hacer frente a una enfermedad infecciosa que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Descubrimiento de un nuevo agente infeccioso
El trabajo de Harvey J. Alter en el Instituto Nacional de Salud de EE.UU. fue decisivo para identificar la existencia del virus de la hepatitis C, enfermedad infecciosa caracterizada por la inflamación del hígado, que al igual que la hepatitis B se transmite por la sangre y puede derivar en enfermedad crónica y cáncer de hígado.
Gracias a las investigaciones de otro Premio Nobel, Baruch Blumberg, en los años 60 del siglo XX, se sabía que algunos casos de hepatitis transmitida a través de la sangre eran causados por la acción del virus de la hepatitis B. También se conocía el carácter infeccioso de la hepatitis A, transmitida por comida o agua contaminada.
El descubrimiento de Blumberg hizo posible que se desarrollaran pruebas para detectar el virus en la sangre destinada a transfusiones y redujo el número de casos de hepatitis causados por transfusiones de sangre.
Sin embargo, Harvey J. Alter y colaboradores detectaron que había muchos casos de hepatitis asociados a transfusiones de sangre que seguían sin tener explicación.
A través de un metódico análisis, Alter y su equipo demostraron que ni el virus de la hepatitis B, ni el virus de la hepatitis A (para el que también se desarrollaron pruebas de detección) estaban implicados en los casos de hepatitis de origen desconocido asociada a transfusiones. Además, demostraron que la sangre de esos pacientes podía infectar a chimpancés, lo que apuntaba a la existencia de un nuevo agente infeccioso.
La identificación del agente infeccioso favoreció el desarrollo de pruebas para identificar su presencia, lo que ha contribuido a limitar la transmisión del virus, especialmente aquella producida a través de transfusiones de sangre. Además, han hecho posible el diagnóstico preciso de las personas afectadas por hepatitis C y han abierto el camino al desarrollo de tratamientos antivirales específicos que resultan efectivos en más de un 95% de las personas tratadas.
“Es difícil encontrar algo que proporciona tantos beneficios para la humanidad como lo que premiamos este año”, señala Thomas Perlmann, Secretario General de la Asamblea Nobel y el Comité Nobel de Fisiología o Medicina.
“El descubrimiento de un virus que ha llevado a mejoras para millones de personas en todo el mundo”.