España en llamas, aunque algunos de ellos han sido provocados por las altas temperaturas, la mayoría han sido incendios intencionados, tal y como han reconocido las autoridades.
La mayor parte no arde a causa de la ola de calor, en realidad se utiliza la ola de calor para causar incendios con múltiples focos simultáneos.
Hay 38 incendios activos y miles de personas evacuadas. El fuego nos deja el peor dato de la última década: en lo que llevamos de año han ardido ya más de 70.000 hectáreas. Además, estos fuegos ya se han cobrado la vida de dos personas en Zamora: un bombero y un pastor.
El incendio “intencionado” del Valle del Jerte se suma a la treintena de fuegos que asolan España
“Al haber nacido en dos focos, casi con total seguridad ha sido intencionado”, ha dicho el portavoz de la Consejería de Agricultura de la Junta de Extremadura. El incendio de Mijas ha quedado estabilizado
Preocupan los incendios declarados en Castilla y León, Extremadura, Andalucía y Galicia. En Cataluña, los incendios empiezan a estabilizarse aunque todavía no están apagados del todo, pero los bomberos siguen trabajando día y noche para hacer desaparecer las llamas.
El problema
El fuego es un elemento natural que necesita nuestro ecosistema para la regeneración de bosques y montes, pues aporta estrategias rebrotadoras y de germinación tras su paso. Sin embargo, ha dejado de ser una perturbación natural que modela el paisaje para convertirse en una terrible amenaza que en más de un 96% de los incendios de causa conocida en España está ocasionada por el ser humano.
La solución
De cara a reducir la siniestralidad es fundamental que la población tome conciencia del riesgo, extreme las precauciones y se busquen alternativas al uso del fuego.
A su vez, hay que hacer un mayor esfuerzo en la persecución de las personas que queman el monte.
El fuego como las pandemias , no son selectivas con las ideas políticas , nos afectan a todos y bajo este prisma hay que unir fuerzas , ya que los últimos incendios están afectando a las viviendas, demasiadas vidas en juego, bomberos, protección civil, voluntarios, ciudadanos de avanzada edad y sus huertos y ganados.
TODOS UNIDOS, ANTES DE QUE EL FUEGO Y EL CAMBIO CLIMATICO COMO CONSECUENCIA TERMINE CON NOSOTROS
Además, las administraciones tienen que establecer campañas de extinción de incendios que no estén ligadas a la época estival. De ese modo se evitarían las decisiones de última hora promovidas por una meteorología impredecible y se fomentaría la estabilidad laboral en el sector forestal, evitando que las contrataciones se centren solo en los meses de mayor riesgo de incendio. Los servicios operativos no son infinitos ni omnipresentes y los incendios de alta intensidad suponen riesgos y peligros añadidos.
Los incendios han destruido en lo que va de año 70.000 hectáreas de masa forestal. La Administración renuncia a la gestión del bosque y favorece la urbanización en zonas riesgo. La mayor parte de los siniestros son intencionados
El Ministerio de transición ecológica, facilita el siguiente grafico, que no deja lugar a dudas
Fuente: ministerio para la transicion ecologica
España en llamas, vivimos una oleada de incendios que estan dejado miles de hectáreas calcinadas por las llamas.
España arde ‘intencionadamente’
En estos momentos
El incendio de Sierra de Mijas se ha dado por estabilizado y la situación en Extremadura ha mejorado a pesar de la ola de calor; no obstante, hay dos fallecidos y un ganadero desaparecido por los incendios en Losaico, Zamora, que han arrasado unas 25.000 hectáreas. La situación es tan preocupante que ha obligado a suspender un tramo del AVE Madrid-Galicia. «Los incendios de Ferreruela y Roelos de Sayago presuntamente incendios intencionados en una época y en un momento crítico», afirma el director genera de Patrimonio Natural, José Ángel Arranz.
Se cree que los fuegos de Jerte, de Mijas, de Cebreros han sido intencionados. Los agentes forestales también sospechan de que el incendio de Cataluña sea provocado y descartan que haya sido por causas naturales. Aquí hay más de mil hectáreas arrasadas y está muy próximo a los Parques naturales de Montserrat y Sant Llorenc de Munt, donde las llamas podrían atacar con gran virulencia.
Además, en Galicia, 750 personas han tenido que ser evacuadas por el fuego en la zona de O Barco de Valdeorras. Allí h varias viviendas calcinadas, y los vecinos se preguntan si el seguro les cubrirá los daños. Ourense está siendo la ciudad más perjudicada por las llamas, con miles de hectáreas arrasadas, y preocupa que Lugo también vea afectada su región pronto.
Penas de cárcel por los incendios intencionados
El Código Penal recoge penas de entre 10 y 20 años de cárcel y multa de 12 a 24 meses a quienes provoquen un incendio forestal que suponga un peligro para la vida o la integridad física. Las autoridades ya están investigando quiénes han sido los causantes de algunos incendios y de qué manera los produjeron.
La Realidad
La realidad es que quienes provocan los incendios, quedan impunes ante la ley, de hecho no se detiene prácticamente a nadie y si lo hacen, parece ser, que es muy difícil demostrarlo. Esto provoca que año tras años se sigan produciendo incendios de forma exponencial y sin ningún tipo de medida al no existir castigo real.
La peor cara
Los destrozos medioambientales perjudican durante años al entorno en el que se han producido destruyendo fauna y flora de la zona y a los ecosistemas de forma irremediable y en muchos de los casos utilizando estas tierras para especulación urbanística, quedando todo en una impunidad escandalosa.
El número de días con riesgo extremo de incendios ha aumentado en todo el mundo y se ha duplicado en la cuenca mediterránea en los últimos 40 años
Explica la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (csic.es) Cristina Santín, del del Instituto Mixto de Biodiversidad de Mieres, centro compartido entre el CSIC, la Universidad de Oviedo y el gobierno del Principado de Asturias.
Los modelos climáticos utilizados en este estudio indican que la frecuencia con la que se dan condiciones climáticas propicias para grandes incendios en la actualidad en algunas regiones, como, por ejemplo, la cuenca mediterránea y la Amazonía se desvía ya considerablemente de lo esperado sin calentamiento global, debido al aumento de temperatura de 1,1 °C inducido por el ser humano. El incremento en el riesgo de incendios se ha producido, además, de forma más rápida que la prevista por los modelos.
Este desacople, indica el estudio, está también relacionado en algunas regiones con políticas altamente eficaces de supresión de incendios, como en el caso de la cuenca mediterránea. “Sin embargo, esa es un arma de doble filo ya que puede dar lugar a acumulaciones muy grandes de vegetación y aumentar así el riesgo de incendios a medio-largo plazo. A pesar de que las condiciones climáticas que promueven los incendios forestales ya han aumentado en muchas regiones del mundo y continuarán haciéndolo, los factores humanos todavía median, y en algunos casos incluso revierten los efectos climáticos. Pero eso no quiere decir que podamos relajarnos, si no actuamos ahora para reducir el calentamiento global por debajo de los 2°C, el riesgo de incendio aumentará en solo un par de décadas a niveles nunca vistos”, concluye Santín.
LOS INCENDIOS FORESTALES
https://es.greenpeace.org/es/noticias/grandes-incendios-forestales/
El abandono del monte y la sequía convierten España en un polvorín
Incendios forestales
. Francisco José Benito
Los incendios han destruido en lo que va de año 70.000 hectáreas de masa forestal. La Administración renuncia a la gestión del bosque y favorece la urbanización en zonas riesgo. La mayor parte de los siniestros son intencionados
La crisis rural provoca el abandono del monte y de las prácticas que tradicionalmente contribuían a su conservación. Paradójicamente, esto se produce cuando la superficie forestal registra un ligero aumento en la Península.
El abandono que sufre el monte está convirtiendo a España en un auténtico polvorín, tal y como ha vuelto a ponerse de manifiesto este año. La paulatina disminución de la ganadería de pastoreo , por el efecto de las macrogranjas esta rompiendo el ecosistema.
Los meteorólogos y expertos en incendios forestales ofrecen los peores augurios, debido a la sequía que afecta a toda la Península Ibérica y que ya provocó incendios en el norte peninsular durante el invierno, una situación que no recuerdan ni los más ancianos. La estadística sitúa a 2019 como el cuarto año con más extensión quemada en la última década después del catastrófico 2012, en que ardieron 216.900 hectáreas arboladas, y de 2017, con 176.000.
En nuestro país faltan acciones de prevención y gestión de los montes: podas, limpias o cortafuegos. Pero, sobre todo, lo que ha ocurrido en los últimos diez años es que no ha habido gestión de la llamada ‘interfaz urbano-forestal’, es decir, la frontera entre las urbanizaciones que se han permitido construir en las laderas y márgenes de los bosques y el propio bosque. En estas zonas hay que restringir los usos posibles (barbacoas, quema de rastrojos), especialmente en época de verano, cuando el riesgo es mayor.
Antonio Córdoba, coordinador de la Generalitat Valenciana en el operativo para extinción de incendios en la provincia de Alicante, revela un problema que es aplicable a toda España. «Cada vez hay más masa forestal. El abandono de los campos agrícolas y de oficios tradicionales como la ganadería o el aprovechamiento de la leña propicia que la extensión esté creciendo. Se practican franjas auxiliares al lado de caminos y carreteras, y también se obliga a las compañías eléctricas a desbrozar alrededor de las líneas y cableados. Pero no es posible llegar a todos los sitios, porque la masa forestal es mucha y va creciendo».
Cuando la humedad del terreno baja del 30% las plantas son incapaces de obtener agua del suelo, con lo que se van secando poco a poco. Este proceso provoca la emisión a la atmósfera de etileno, un compuesto químico presente en la vegetación y altamente combustible. Tiene lugar entonces un doble fenómeno: tanto las plantas como el aire que las rodea se vuelven fácilmente inflamables, con lo que el riesgo de incendio se multiplica.
Y si a estas condiciones se suma la existencia de períodos de altas temperaturas y vientos fuertes o moderados, la probabilidad de que una simple chispa provoque un incendio se vuelve significativa.
En España, cada vez hay más masa forestal, pero está peor gestionada y más abandonada, lo que favorece los incendios
Por otro lado, al margen de que las condiciones físicas sean más o menos favorecedoras de un incendio, hay que resaltar que, en la gran mayoría de los casos, no son causas naturales las que provocan el fuego, sino la acción humana, ya sea de manera intencionada o no. Las causas se clasifican en varios grandes grupos.
En primer lugar, figuran los intencionados. Según datos del Gobierno, representan cerca del 60% de los casos que se producen todos los años en el país. Las motivaciones son variadas. Destaca la acción de los pirómanos, los usos cinegéticos, el vandalismo o las venganzas personales. En algunas ocasiones la causa tiene que ver con el intento de ahuyentar animales (lobos, jabalíes), la especulación urbanística, la animadversión contra las repoblaciones forestales o el deseo de bajar el precio de la madera.
Fuente: Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente | INFOGRAFIA: WWW.EPDATA.ES
Las negligencias y las causas accidentales representan un 20%-25% de los casos. En este apartado, las quemas agrícolas están también entre las causas habituales. Otras son las colillas y hogueras mal apagadas, motores y máquinas, quema de matorral, líneas eléctricas, quema de basuras, trabajos forestales.
También los rayos que caen sobre los árboles causan estas tragedias. Representan entre un 4% y un 5% de los casos, según el Ministerio para la Transición Ecológica.
Fuente: Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente | INFOGRAFIA: WWW.EPDATA.ES
Las negligencias y las causas accidentales representan un 20%-25% de los casos. En este apartado, las quemas agrícolas están también entre las causas habituales. Otras son las colillas y hogueras mal apagadas, motores y máquinas, quema de matorral, líneas eléctricas, quema de basuras, trabajos forestales.
También los rayos que caen sobre los árboles causan estas tragedias. Representan entre un 4% y un 5% de los casos, según el Ministerio para la Transición Ecológica.
Desaparece un almacén de CO2
El resultado de los incendios es letal, ya que los ecosistemas forestales juegan un papel fundamental en la mitigación del cambio climático, al capturar gases de efecto invernadero, como el CO2, que es secuestrado por ese gran almacén que es el sumidero forestal
Una correcta gestión sostenible de los mismos puede ayudar a reducir la presencia de CO2 en la atmósfera, a fijar más carbono y a mitigar los efectos nocivos de la crisis climática. Los montes actúan como una infraestructura verde, con gran potencial de mitigación y adaptación al cambio climático, que es capaz de generar economía verde y ofrecer a la sociedad servicios ecosistémicos muy diversos. A pesar de ello, el propio cambio climático también contribuye al deterioro de los bosques.
El arbolado presenta los peores datos de deterioro desde hace 30 años en un proceso claro de decaimiento, según el último Inventario de Daños Forestales. Los bosques empeoran su estado, acuciados por una combinación letal de sequía y ataque de plagas y enfermedades acentuadas por el cambio climático, de ahí que el problema comience a ser muy grave. Los factores que afectan al bosque se alían entre sí y aceleran su destrucción. Por ello, el reto de las Administraciones es frenar estas amenazas.
INCENDIOS QUE LIBERAN GRAN CANTIDAD DE CO2
La rapidez con que se desarrollan muchos incendios nos sitúan ante un nuevo panorama en el que el cambio climático juega un papel muy relevante. Estos incendios extremos, bautizados como de sexta generación, se diagnosticaron a raíz del estudio de los grandes desastres de 2017 en Portugal y Chile. Se trata de siniestros que liberan grandes cantidades de energía y llegan a provocar la formación de nubes convectivas en capas altas de la atmósfera que alimentan su propagación. En el mes de junio de este año se han producido grandes incendios en las regiones árticas que han liberado a la atmósfera 50 megatoneladas de CO2, lo que equivale a la cantidad emitida por todos los incendios árticos producidos en el mismo mes entre 2010 y 2018. A esta situación hay que añadir además los grandes incendios producidos en el Amazonas, casi todos intencionados, y que han hecho de 2019 un año negro para las masas forestales mundiales.
Francisco José Benito
A los glaciares ibéricos les quedan treinta años
Mucho dinero detrás de los incendios
Qué está haciendo Greenpeace
Trabajamos para incidir en la necesidad de soluciones al riesgo de ignición y propagación alejadas de los bulos repetidos sobre piromanía y terrorismo ambiental. Enfocamos la realidad de los incendios forestales para generar discursos que se traduzcan en acciones.
Vinculamos el éxodo rural con la nueva era de incendios forestales. Greenpeace ha calculado cuatro millones de hectáreas de cultivos abandonados que se han transformado en masas vulnerables que agravan el riesgo de incendio forestal.
Consideramos que los incendios forestales, especialmente en áreas donde hay viviendas, es una responsabilidad compartida entre los poderes públicos y la sociedad civil. Por ello, trabajamos para pedir una planificación de los incendios antes y durante la emergencia (prevención, emergencias y autoprotección), como así marca la Ley de Montes y la Directriz Básica de Planificación de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales. Por ello demandamos:
- En prevención. Establecer planes preventivos en en zonas de alto riesgo de incendio (Zonas ZAR), tal y como marca la Ley de Montes. Solo cinco comunidades tienen planes, pero son escasos y no se asegura implementación.
- En emergencias. Establecer planes de emergencia en zonas de riesgo, tal y como marca la Directriz Básica de Protección Civil. Actualmente el 80% de los municipios en zonas de riesgo no tienen plan de emergencias.
- En autoprotección. No se cumple la Directriz Básica de Protección Civil que obliga a las personas propietarias de las viviendas en zonas de riesgo a que tengan planes de autoprotección. Son prácticamente testimoniales.
También trabajamos para promover un cambio de mentalidad de manera que la población perciba el riesgo, asuma su responsabilidad y se organice para prevenir y mitigar los incendios. Calculadora de riesgo de incendiosaquí puedes encontrar una
La enorme (y olvidada) tarea de prevenir
Los incendios forestales (especialmente los provocados) son una catástrofe medioambiental, económica y humana sin paliativos.
Tecnología para combatir el fuego
La ciencia y la tecnología del fuego no paran de evolucionar: cada vez hay más laboratorios que se dedican a estudiar experimentalmente el fuego para conocer con todo el detalle posible las dinámicas. También se trabaja en la creación de componentes para utilizar contra el fuego que ayuden a retardar su expansión o que, combinados con las condiciones meteorológicas concretas, ayuden a su extinción.
El uso de drones en tareas de reconocimiento y de robots para tareas de extinción también está empezando a probarse en numerosos incendios. Combinados con otro tipo de tecnología como Pyrosat, (un sistema desarrollado en Valencia que utiliza la información vía satélite para predecir lo mejor posible qué zonas son susceptibles de convertirse en un infierno forestal) son la punta de lanza de toda una nueva forma de combatir los incendios.
El reto en la prevención
Satélites y Drones que examinan conjuntamente los mas mínimos cambios de temperatura, en tiempo real con gran sensibilidad y exactitud.
El inicio de un incendio se puede determinar y grabar el entorno de cercanía con gran exactitud.
Investigacion Drones
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