![]()
España se inventa una ‘nueva’ energía fotovoltaica que aumenta un 40 % la eficiencia de los paneles y un 50 % la generación solar
6 investigadores murcianos han patentado el “amplificador solar” o eBooster, un dispositivo que sin cambiar los módulos fotovoltaicos reduce los costes de la energía solar desde el primer día.
La puesta en marcha del eBooster no requiere alterar los equipos ya instalados.
22/11/2025 11:00
Actualizado a 22/11/2025 11:00
Un equipo de seis investigadores de la Región de Murcia ha patentado un dispositivo, bautizado como eBooster o “Amplificador Solar” que, según sus promotores, puede incrementar hasta en un 40 % la producción de los paneles fotovoltaicos existentes. La tecnología nace de años de I+D+i y pretende optimizar la captación y la conversión de la radiación solar sin necesidad de sustituir los módulos instalados.
El proyecto tiene un origen doméstico: la idea se gestó en 2007 durante la crisis fotovoltaica y fue madurando con varios prototipos y ensayos, algunos realizados en la terraza de una vivienda, hasta desembocar en un producto que sus impulsores consideran listo para comercializar y escalar. El equipo, liderado por Enrique Ortuño (CEO) y con Francisco Arévalo como director comercial, asegura que el eBooster actúa desde el primer minuto en que se conecta al panel, mejorando la salida energética mediante electrónica avanzada y algoritmos de control.
El eBooster aspira a transformar la energía solar a escala global.
¿Qué es y cómo funciona?
El funcionamiento, según las entrevistas publicadas, se basa en un dispositivo pasivo con semiconductores de potencia y gestión energética inteligente que “amplifica” la energía transitoria y optimiza la temperatura de operación del módulo, con el consiguiente aumento de rendimiento. Entre las ventajas enumeradas por sus creadores figuran la compatibilidad con la mayoría de paneles del mercado, bajo mantenimiento y la posibilidad de reducir la superficie instalada para alcanzar la misma producción anual.
Desde el punto de vista regulatorio y comercial, eBooster ha asegurado protección mediante una patente nacional y una solicitud PCT internacional, resultado de un proceso de revisión de aproximadamente 18 meses que, según la empresa, avala su competitividad a escala global. El equipo busca ahora alianzas con fabricantes y distribuidores del sector fotovoltaico para poder escalar la fabricación y alcanzar mercados internacionales.
El impacto potencial del eBooster va más allá del ahorro en la factura doméstica. Por ejemplo, para la movilidad eléctrica, una subida significativa en la generación fotovoltaica se traduce en menor coste nivelado de la electricidad (LCOE) y, por tanto, en energía de recarga más barata para vehículos eléctricos.
Además, la posibilidad de extraer mayor producción de parques ya instalados podría reducir la necesidad de ampliar terrenos en grandes plantas solares destinadas a alimentar estaciones de carga rápida, con beneficios tanto económicos como medioambientales. Esta conexión entre fotovoltaica optimizada y despliegue de infraestructuras de recarga es una inferencia basada en los efectos técnicos que describe el propio proyecto.

Francisco Arévalo, responsable comercial y de gestión de inversiones.
La iniciativa ha despertado interés fuera de España: varios medios indican que hay contactos con países como Emiratos Árabes Unidos y regiones de América Latina, Estados Unidos y Asia para explorar colaboraciones o implantaciones piloto. Los responsables del eBooster señalan que el siguiente paso es integrar la solución con un actor consolidado del sector fotovoltaico que aporte manufactura y red comercial.
Pese al optimismo, la propuesta afronta retos habituales en la transición del laboratorio al mercado: validación en distintas tipologías de instalación (domésticas, comerciales y megaparques), evaluación a largo plazo sobre envejecimiento y mantenimiento, y pruebas de compatibilidad con tecnologías emergentes como bifaciales o perovskitas. Asimismo, la disponibilidad de componentes, capacidad productiva y coste unitario del eBooster serán determinantes para su aceptación por instaladores y operadores.
Las soluciones que aumentan la eficiencia “in situ” pueden ser muy valiosas cuando permiten posponer la sustitución de módulos o evitar ampliaciones de superficie, pero advierten que las cifras prometidas en fases iniciales deben confirmarse mediante ensayos independientes y ensayos estandarizados. En ese sentido, la verificación por terceros y la publicación de datos de rendimiento conforme a normativas internacionales serán claves para que el sector confíe en eBooster.
La biología llega para salvar la ineficiencia de los paneles solares: esta es la energía que no vemos y que proviene de la naturaleza
Nanocelulosa teñida con piel de cebolla, estructuras ‘ojos de polilla’ y células fotosintéticas: la biotecnología promete paneles solares más eficientes y sostenibles.

Actualizado a 18/11/2025 13:30
La degradación por radiación ultravioleta y las pérdidas por reflexión son dos enemigos silenciosos de las placas solares: reducen rendimiento, acortan la vida útil de los módulos y encarecen la fotovoltaica. En los últimos años, sin embargo, un grupo de soluciones inspiradas en la naturaleza y en biomateriales ha comenzado a ofrecer respuestas prácticas.
Desde películas biobasadas que bloquean casi por completo los rayos UV hasta recubrimientos con nano-texturas inspiradas en el “ojo de la polilla” que minimizan el reflejo, la investigación apunta a transformar tanto la eficiencia como la sostenibilidad de los paneles comerciales.

La ciencia al rescate de la degradación de los paneles fotovoltaicos
Un trabajo reciente muestra que una película de nanocelulosa teñida con extracto de piel de cebolla roja puede bloquear el 99,9% de la radiación UV hasta 400 nm, manteniendo al mismo tiempo buena transmisión en el rango visible, lo que la convierte en un candidato prometedor para proteger células de perovskita u orgánicas.
Otra vía complementaria usa la biomimética: replicar en la superficie del vidrio fotovoltaico las micro y nano estructuras que la naturaleza ya inventó. Las mallas sublongitudinales de los ojos de polilla crean un índice de refracción gradual que prácticamente elimina reflejos; estudios con réplicas industriales han reducido la reflectancia media a cifras del orden del 1–4%, mejorando la captación de luz a ángulos variables, una ventaja clave para los paneles que no siguen al sol.
Estas texturas, compatibles con procesos de nano-impresión, son cada vez más viables a escala industrial y pueden integrarse con recubrimientos hidrofóbicos para reducir suciedad y mantenimiento.
Más allá del vidrio y las capas protectoras, la biotecnología avanza hacia soluciones más radicales: los bio-fotovoltaicos (BPV) y los dispositivos biohíbridos mezclan fotobiología (proteínas fotosintéticas, microalgas o cianobacterias) con electrodos para generar corriente directamente a partir de la fotosíntesis.
Aunque hoy sus densidades de potencia y estabilidad están lejos de las placas comerciales de silicio, las revisiones científicas muestran avances constantes en transferencia electrónica extracelular y en la integración de materiales conductores biocompatibles, lo que abre la puerta a sensores autónomos, superficies generadoras de energía para el Internet de las cosas y, a medio plazo, a complementos energéticos para estructuras ligeras.
La mejora de la estabilidad de las celdas es otro campo donde los bio-materiales muestran potencial real. Las perovskitas, que son las más células prometedoras por su eficiencia, se han visto frenadas por su fragilidad frente a la humedad y los rayos UV.
Conocer costes, subvenciones o vida útil de la energía fotovoltaica
El Cambio Económico Europeo se centra en la energía y en la autosuficiencia


