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![]() EL GRITO DE LOS INOCENTES: UN GENOCIDIO TELEVISADOEleanor Moggio.- 21 de septiembre de 2025 El mundo observa, atónito y en silencio, cómo la historia se repite con un eco macabro. Cada día, las pantallas de nuestros televisores y móviles se convierten en ventanas a un genocidio en tiempo real. No son escenas de una película de guerra; son vidas reales, despedazadas por la indiferencia y la crueldad. Y en medio de este horror, el silencio de la comunidad internacional resuena más fuerte que las bombas.
La Tragedia de la Memoria Olvidada Resulta paradójico que el Estado de Israel, fundado en la memoria de un exterminio, parezca haber olvidado las lecciones de su propia historia. El sionismo, en su manifestación actual, ha degenerado en una forma de racismo que niega la humanidad del otro. Netanyahu, un líder que desprecia la vida de los palestinos considerándolos un «mal irreparable», parece no entender que lo verdaderamente irreparable es el exterminio que él mismo perpetúa. Un genocidio es precisamente eso: el exterminio sistemático de un pueblo, de su cultura y de su existencia. Y eso es lo que el mundo está presenciando en Gaza. El argumento de que Israel simplemente se defiende de Hamás, aunque legítimo en su origen, ha sido utilizado para justificar una campaña de destrucción desproporcionada. La entidad política de Hamás, que nació como alternativa a la OLP y que en su momento fue tolerada por Israel, ahora se usa como coartada para una guerra total contra una población entera. Pero, ¿quién es Hamás? Más allá de su brazo armado, es un movimiento que ha arraigado en la desesperación de un pueblo oprimido, y que ahora sirve, irónicamente, a los fines de aquellos que lo atacan. El mundo no puede seguir mirando hacia otro lado, mientras los inocentes son asesinados.
Detrás de este baño de sangre, se esconde la megalomanía de dos hombres: Netanyahu y Trump. Su ansia de poder no conoce límites. Hablan sin pudor de un «reparto de territorios» que ellos mismos han sembrado de sangre, dolor y un odio profundo que crece en el corazón de quienes lo han perdido todo, incluso la vida. este tablero geopolítico, no todo vale en política. La postura de líderes como Aznar y Ayuso, que atacan al gobierno de Pedro Sánchez por su postura crítica, se revela no solo como una estrategia política, sino como una defensa de sus propios intereses económicos. Como expresidente, Aznar es una figura central en el lobby pro-israelí internacional, cofundador de la iniciativa «Amigos de Israel». Por su parte, Ayuso ha viajado a Israel en busca de inversión, promoviendo acuerdos comerciales en ciberseguridad y tecnología. La defensa que ejercen no es puramente ideológica, sino que esgrimen su apoyo a Israel como una forma de atraer capital y fortalecer alianzas estratégicas, utilizando al conflicto como un arma arrojadiza contra el gobierno de España. Europa, la cuna de los derechos humanos y la civilización, no puede permanecer indiferente. Debe ser la voz de ese grito desesperado de los civiles inocentes. No podemos permitir que la política del terror y la codicia triunfen sobre la humanidad. La inacción de la comunidad internacional es una complicidad silenciosa. Los muros de la indiferencia se construyen con el miedo y la apatía, y cada muro nos aleja más de ser una sociedad justa y moral. Es hora de que Europa, y el mundo, no solo miren, sino que actúen. Es nuestra responsabilidad moral defender a quienes no tienen voz, a esos niños y civiles cuyo único delito es haber nacido en un lugar que se ha convertido en el escenario de una tragedia sin fin. |
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Hay quienes aún se atreven a justificar lo injustificable. En España, al igual que en otros rincones de Europa, la ultraderecha del PP y VOX parece aplaudir cada muerte, cada edificio derruido, como si la vida de un niño palestino tuviera menos valor que la de cualquier otro. No hay justificación política, ni estratégica, ni histórica que pueda explicar o legitimar el asesinato de civiles. No existe un político decente que pueda aplaudir la sangre de un menor.
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