Las listas de espera para mamografías en Madrid se disparan en el último año salvo en los centros de gestión privada
Ayuso se niega a remitir a Sanidad la información solicitada sobre los cribados de cáncer
- En la mayoría de centros públicos crecen las listas y el tiempo medio de espera. Estos datos contrastan con los de hospitales concesionales del Grupo Quirónsalud, con tiempos más bajos y estables.
- Fuentes de la Consejería de Sanidad defienden que, ante una sospecha de malignidad, el protocolo se activa «en un máximo de 72 horas para comunicar el resultado» y en «15 días» para el seguimiento.
- El PSOE de Madrid denuncia una brecha creciente entre centros sanitarios que empuja a los pacientes a recurrir a hospitales privados ante el colapso de la sanidad pública.

Madrid––Actualizado a
Juani Fernández notó un bulto en su pecho izquierdo el pasado lunes. Acudió de inmediato a su centro de salud, donde su médica de familia, tras explorarla, le explicó que era necesario hacerle una mamografía urgente. La derivación se tramitó con carácter preferente —tal como indican los informes médicos a los que ha tenido acceso Público—, pero la cita que Juani ha recibido en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias, en Alcalá de Henares, es para marzo del año que viene. Seis meses después de la solicitud.
A sus 60 años, Juani debería haberse realizado ya tres mamografías rutinarias dentro del Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama (DEPRECAM), que convoca a las mujeres de entre 50 y 69 años cada dos años. Sin embargo, confiesa a Público que no le dan cita desde 2018. «No entiendo por qué no me llaman, estoy dentro del programa, pero nadie me ha avisado», lamenta angustiada al otro lado del teléfono. Ante la espera y la preocupación, ha decidido acudir a una clínica privada para realizarse la prueba. «No me queda otra. No puedo pasar medio año sin saber qué tengo porque el sistema sanitario público esté colapsado».
Juani Fernández notó un bulto en su pecho izquierdo el pasado lunes. Acudió de inmediato a su centro de salud, donde su médica de familia, tras explorarla, le explicó que era necesario hacerle una mamografía urgente. La derivación se tramitó con carácter preferente —tal como indican los informes médicos a los que ha tenido acceso Público—, pero la cita que Juani ha recibido en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias, en Alcalá de Henares, es para marzo del año que viene. Seis meses después de la solicitud.
A sus 60 años, Juani debería haberse realizado ya tres mamografías rutinarias dentro del Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama (DEPRECAM), que convoca a las mujeres de entre 50 y 69 años cada dos años. Sin embargo, confiesa a Público que no le dan cita desde 2018. «No entiendo por qué no me llaman, estoy dentro del programa, pero nadie me ha avisado», lamenta angustiada al otro lado del teléfono. Ante la espera y la preocupación, ha decidido acudir a una clínica privada para realizarse la prueba. «No me queda otra. No puedo pasar medio año sin saber qué tengo porque el sistema sanitario público esté colapsado».
Juani es una de las 10.419 mujeres que actualmente aguarda en el sistema sanitario madrileño para poder realizarse una mamografía. El registro de espera de pruebas diagnósticas y terapéuticas, accesible a cualquier ciudadano, no deja margen de duda: las listas para mamografías en los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid han crecido respecto al año pasado.
Juani Fernández, paciente en Madrid: «No puedo pasar medio año sin saber qué tengo porque el sistema sanitario público esté colapsado»
En la región se practican distintos tipos de mamografías según su nivel de complejidad —alta, media o baja—. Independientemente de los casos que requieren pruebas más complejas, como biopsias u otras exploraciones complementarias, las de alta complejidad son las más importantes: se prescriben a mujeres con riesgo elevado de padecer cáncer de mama, presencia de nódulos, quistes o mamas densas, y requieren equipamiento avanzado como la tomosíntesis (mamografía 3D) o la resonancia magnética mamaria. Estas pruebas necesitan una tecnología de la que no disponen todos los hospitales madrileños, por lo que solo algunos centros, como La Paz o Puerta de Hierro, entre otros, están habilitados para realizarlas.
En el Hospital Universitario La Paz, los datos de septiembre revelan un aumento en las demoras: 694 mujeres aguardaban una mamografía de alta complejidad, con una espera media de 106,38 días, frente a las 403 pacientes y 66,25 días de espera registrados en 2024. El Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda sigue la misma tendencia: 927 personas esperaban la prueba con una demora media de 67,8 días, casi el doble que en septiembre del año anterior (403 personas y 38,51 días). En el Hospital de la Princesa, el volumen de pacientes creció de 239 en septiembre de 2024 a 332, en la misma fecha un año después, aunque el tiempo medio bajó ligeramente, de 60,16 a 55,74 días.
En el hospital La Paz, 694 mujeres esperan una mamografía de alta complejidad, con una espera media de 106,38 días
En el Clínico San Carlos, en cambio, la lista se redujo de 91 a 31 personas, pero la demora se triplicó, pasando de 16,18 a 42,06 días. En septiembre de este año, en el 12 de Octubre hubo 186 pacientes con una media de 27,99 días de espera frente a las 125 y 39,27 días del año anterior. En el Gregorio Marañón, los tiempos mejoran —de 46,98 a 35,04 días— y se reduce la lista de espera, de 299 a 190 personas. Por último, el Ramón y Cajal es el centro que presenta una mayor agilización: de 332 pacientes y 19,52 días de media en septiembre de 2024 a 145 y 6,94 días en septiembre de este año.
Citas exprés en privados, demoras en públicos
Estas cifras chocan con las declaraciones de la consejera de Sanidad, Fátima Matute, quien aseguró durante su intervención en el Pleno de la Asamblea de Madrid a mediados de octubre que, en casos con sospecha de malignidad, «las mamografías se programan en un plazo máximo de 15 días». Lorena Morales, portavoz socialista de Mujer y miembro de la Comisión de Sanidad, matiza a Público que la afirmación de la consejera «no es del todo cierta». Según denuncia, Matute omitió precisar que ese tiempo de espera reducido solo se cumple en los hospitales públicos de gestión privada, concretamente en los centros concesionales operados por el grupo Quirónsalud, donde los tiempos de citación son muchísimo más cortos. «Empujan a los pacientes madrileños a recurrir a hospitales privados, sin dejándoles otra opción».
Volviendo a los datos oficiales, en el Hospital Fundación Jiménez Díaz, gestionado por el grupo Quirónsalud, el tiempo medio de espera para una mamografía de alta complejidad fue en septiembre de 15,53 días, exactamente en la línea de lo que defendió Matute en sede parlamentaria. Sin embargo, cuando se analizan otros centros de la red pública madrileña, las demoras se disparan. Para las mamografías de media complejidad —las que se emplean en los programas de cribado o tamizaje poblacional—, los hospitales concesionales del grupo privado ofrecen una accesibilidad prácticamente inmediata: en el Rey Juan Carlos, el tiempo medio de espera fue de 7,18 días con apenas 56 personas en lista de espera, y en el Hospital de Villalba, también gestionado por Quirónsalud, la demora se redujo a 2,43 días y solo 14 pacientes pendientes. En la otra cara de la moneda, concretamente en el Hospital de Móstoles, 304 pacientes aguardaban su cita con un tiempo medio de 141,14 días en septiembre de 2025, frente a los 207 pacientes y 63,41 días registrados en el mismo mes del año anterior. De manera similar, en el Hospital Universitario Severo Ochoa había 452 pacientes en espera, con un tiempo medio de 35,09 días, comparado con 176 pacientes y 26,1 días en septiembre de 2024.
Entre el hospital del Tajo (público) y el hospital Infanta Elena (gestión privada) hay una diferencia de más de 70 días de media para una mamografía
Una situación similar se repite en las mamografías de baja complejidad: en el Hospital Infanta Elena, también bajo gestión del mismo grupo, solo 15 personas aguardaban la prueba, con un tiempo medio de 2,07 días. El contraste con la sanidad pública de gestión directa es evidente. En el Hospital Universitario del Tajo, por ejemplo, 368 personas permanecían en lista de espera en septiembre para realizarse una mamografía de baja complejidad, con un tiempo medio de espera de 81,6 días. Una diferencia de más de 70 días con los centros de gestión privada. También es llamativo el caso del Hospital de El Escorial. En septiembre de 2025, 284 pacientes esperaban una mamografía de baja complejidad, con un tiempo medio de espera de 124,03 días. En comparación, el año anterior, en la misma fecha, había 494 pacientes en lista de espera, con una media de 71,86 días. En total, contando con los datos de todos los hospitales que se encargan de realizar mamografías de las tres complejidades, hay 2.611 personas en lista de espera y un tiempo medio de 44,06 días.
Tras el reciente escándalo por los fallos en el cribado de cáncer de mama en Andalucía, el Ministerio de Sanidad pidió a las comunidades autónomas que remitieran información detallada sobre la cobertura, participación y seguimiento clínico de las mamografías dentro de sus programas de detección precoz. Por su parte, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso se negó a entregar los datos. Desde la Consejería de Sanidad se justificó esta decisión acusando al departamento de Mónica García de utilizar la solicitud como una «estrategia de confrontación política» y una maniobra de «distracción ante sus propias carencias de gestión». Matute recriminó que los programas de cribado poblacional son «competencia exclusiva de las comunidades autónomas». Y agregó que en Madrid su «implantación, seguimiento y evaluación» se llevan a cabo «desde hace años con plena autonomía, profesionalidad y éxito contrastado».
La Comunidad de Madrid mantiene el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama (DEPRECAM), que ofrece una mamografía gratuita cada dos años a mujeres asintomáticas de entre 50 y 69 años. El año pasado, con motivo del Día Internacional del Cáncer de Mama, Ayuso subrayó la importancia de las revisiones periódicas para diagnosticar la enfermedad en fases iniciales: «Cuando el cáncer de mama se detecta en estadio 1, la supervivencia supera el 98%, pero en estadio 4 esta tasa cae dramáticamente al 24%». Según la presidenta madrileña, la detección temprana «marca la diferencia entre un tratamiento eficaz y una batalla mucho más dura».
Sin embargo, los datos oficiales revelan la brecha entre las promesas y la realidad del programa de cribado madrileño. Independientemente de los datos detallados en este artículo sobre el registro de espera de pruebas diagnósticas y terapéuticas que incluye mamografías, y según el décimo tercer informe de hospitales 2022‑2024 del Observatorio de Resultados del Servicio Madrileño de Salud, en el ciclo bianual 2021/2022 se realizaron 351.783 mamografías, mientras que en 2023/2024 fueron 393.675. La población diana en 2023/2024 era de 970.539 mujeres y en 2021/2022 de 923.262. «Esto significa que la cobertura apenas subió del 38,1% al 40,5%, un incremento de solo 2,4 puntos», indica la diputada socialista Morales. Asegura que, con este ritmo, «resulta complicado que la Comunidad de Madrid pueda asumir la ampliación prevista del programa, incrementando drásticamente la población diana con 474.092 mujeres más«.
Lorena Morales, PSOE: «Al ritmo actual, harían falta otros 18 años para llegar al 70% de las mujeres que participarán en DEPRECAM»
Uno de los compromisos que se hizo el entonces Gobierno del popular Alberto Ruiz Gallardón en 1999 fue lograr que al menos el 70% de las mujeres invitadas participaran en el programa de cribado. Sin embargo, la realidad está muy lejos de esa meta. «Si han tardado 25 años en alcanzar apenas un 40,5% de participación entre la población a la que va dirigido el programa, al ritmo actual harían falta otros 18 años para llegar al 70% que promete la Comunidad de Madrid«, calcula. «Y eso sin ampliar aún el rango de edad. Si tomamos como referencia el incremento de apenas un 2,4% entre las rondas 2021/2022 y 2023/2024, incluso siendo optimistas, tardaríamos unos 12 años más en alcanzar ese objetivo», completa Morales.
La Consejería de Sanidad asegura que los casos con riesgo de cáncer de mama «no quedan sin atención», ya que se las deriva a centros con menor carga asistencial
La Consejería subraya la necesidad de distinguir entre la mamografía de cribado, dirigida a mujeres asintomáticas dentro de los programas poblacionales de prevención, y la mamografía diagnóstica, destinada a pacientes con síntomas o hallazgos clínicos sospechosos. «La correcta organización asistencial no debe regirse solo por los tiempos de espera, sino por la estratificación del riesgo: los casos urgentes se atienden con máxima prioridad, mientras que los cribados siguen circuitos protocolizados que no comprometen la seguridad ni los resultados en salud», explican. El organismo añade que las pacientes con síntomas compatibles con cáncer de mama «no quedan sin atención ni seguimiento» incluso en los centros con mayor saturación, ya que se las deriva a hospitales con menor carga asistencial «para garantizar la rapidez en la atención y el acceso a las pruebas necesarias».
Dentro del programa de cribado, también se observa una clara diferencia entre los hospitales de gestión pública y los concesionales del grupo Quirónsalud. Por ejemplo, en el Hospital Infanta Elena, las mamografías pasaron de 5.136 en 2022 a 6.300 en 2024. En el Hospital Fundación Jiménez Díaz, el aumento fue más pronunciado: de 331 en 2021 a 10.994 en 2023 y en el Hospital General de Villalba, se realizaron 4.994 mamografías en 2022 y 5.661 en 2024.
Público se ha puesto en contacto con el Grupo Quirónsalud para obtener su valoración de los datos, pero no ha recibido respuesta.
Sin mamógrafos en los hospitales públicos de Madrid
Entre las desigualdades detectadas, Comisiones Obreras (CCOO) denunció este miércoles que la Comunidad de Madrid no está impulsando de forma efectiva la realización de mamografías en la sanidad pública, lo que —según el sindicato— está generando una deriva de pacientes hacia los centros privados. Como ejemplo, citaron el caso del Hospital Ramón y Cajal, que en 2023 llevó a cabo 15.651 mamografías para una población de más de 600.000 habitantes, una media de apenas 21 pruebas al día. «En contraste, el Hospital Rey Juan Carlos —gestionado por el grupo privado Quirónsalud— realizó 44.709 mamografías en el mismo periodo para 180.000 habitantes, lo que supone unas 180 pruebas diarias«, señalaron.
CCOO denuncia que los mamógrafos de los hospitales públicos permanecen cerrados por las tardes, fines de semana y festivos
El sindicato denunció también que los mamógrafos de los hospitales públicos permanecen cerrados por las tardes, fines de semana y festivos, a pesar de las abultadas listas de espera. Por ello, reclama ampliar los horarios de funcionamiento, reforzar las plantillas y garantizar al menos 50 mamografías diarias por cada mamógrafo operativo, además de mejorar las condiciones laborales y salariales del personal. «Esta gestión favorece a la sanidad privada, agrava el déficit del sistema público, desmotiva a los profesionales y, lo más grave, pone en riesgo la salud de la población».







