20 de Noviembre, recordando juicios propios de la dictadura.
El Supremo condena al fiscal general a una multa de 7.200 euros y dos años de inhabilitación por la filtración del correo de la pareja de Ayuso
A los que vivimos la dictadura, nos ha transportado de nuevo a los juicios donde no hacia falta ninguna prueba de cargo, mucho menos, si como en este caso la acusación pertenecía al regimen.

del juicio en noviembre



La Sala de lo Penal, con dos votos en contra, considera probado que Álvaro García Ortiz participó en la filtración y le condena por un delito de revelación de secretos a pagar una multa, a indemnizar con 10.000 euros a González Amador y le inhabilita durante dos años
El Tribunal Supremo ha decidido condenar a una multa de 7.200 euros y dos años de inhabilitación al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por la filtración de la confesión de fraude fiscal de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Los jueces le consideran culpable de un delito de revelación de secretos al considerar probado que él filtró ese correo electrónico a la prensa en la noche del 13 de marzo de 2024, cuando la Fiscalía recopilaba toda la información del caso para desmentir los bulos que difundía el entorno de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Surrealista
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, reniega de condenar la época más oscura de la historia moderna de España. El sanguinario Francisco Franco se sitúa un escalón por debajo de Pedro Sánchez en la clasificación de villanos que maneja la baronesa del Partido Popular (PP), quien utiliza con una pasmosa ligereza la palabra dictador para atacar a cualquier adversario político de izquierdas, pero no la pronuncia para referirse al tirano que llegó al poder a través de un alzamiento militar que derivó en una guerra civil y en régimen represor de 40 años.
La condena a la dictadura, la eliminación de símbolos que exaltan a sus precursores o la resignificación de espacios de tortura son considerados actos de “enfrentamiento” para Ayuso, enarbolando el clásico discurso de los que tienen predilección por el bando sublevado. La libertad (de consumo) se difumina en Madrid cuando quien la quiere ejercer es una mujer que elige libremente abortar en la sanidad pública o un familiar de una víctima del franquismo. Una posición hasta cierto punto comprensible viniendo de un miembro del partido fundado por uno de los ministros más importantes de Franco.
Este jueves, durante la celebración de la sesión de control al Ejecutivo autonómico, Ayuso simplemente ha vuelto a hacer gala de sus postura reaccionaria. “¿Por qué no prueba a condenar el franquismo?”, le ha sugerido la oposición. “Significa condenar las torturas en la Puerta del Sol, los trabajos forzados en Cuelgamuros, los campos de concentración para la personas LGTBI, las fosas comunes que hicieron de sepultura indigna para 114.000 españoles”, ha espetado la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot. Pero la líder del PP prefiere boicotear la colocación de una simple placa en Sol y defender el carácter inalterable del Valle de los Caídos.
“¿Qué de todo eso le molesta condenar? ¿Qué le incomoda a una persona que se llena la boca siempre con la palabra libertad?”, le ha planteado Bergerot. “Nací en democracia (1978) y aprendí de aquellos españoles, padres y abuelos, que no querían ni una España ni la otra, que pertenecía a la inmensa mayoría de españoles que no querían la guerra civil”, ha respondido la responsable del Ejecutivo madrileño, equiparando al régimen republicano democrático y a los miles de españoles que lo defendieron con su vida con un levantamiento militar sustentado por las élites.
“Hoy temen que volvamos a los males del guerracivilismo”, ha recuperado su discurso habitual, deslizando el miedo y apuntando a que actualmente la situación es similar a entonces. “Para condenar la guerra civil hay que condenar la antesala, levantar un muro entre españoles para que haya que acabar con el otro, no debatir ideas”, ha zanjado. Escasos minutos antes, la representante de Más Madrid se había anticipado a lo que iba a suceder. “Usted va a llamar dictador a todo dios menos al que lo era de verdad”, ha apuntado.
“Será que extraña los tiempos de Franco, en los que las mujeres tenían que ir a abortar a Londres”, ha desarrollado, poniendo sobre la mesa la campaña de Ayuso para que las madrileñas, a las que ha llegado a mandar a “abortar fuera”, no puedan interrumpir su embarazo libremente en la Comunidad. Salvo que esto genere un dinero en la privada, a donde son derivadas. Neoliberal y nacionalcatólica a partes iguales. “Nosotros creíamos que tenía envidia de Falcon y tiene envidia de Franco”, ha resumido Bergerot.
RELACIONADOS NUVE